Reivindican el trabajo desarrollado en Venezuela por la intelectual y escritora María Rosa Alonso
Mesa redonda sobre Galdós, María Rosa Alonso y el viaje de los escritores actuales. Foto Montaña Pulido
El editor, escritor e investigador José Esteban reveló en el Festival Hispanoamericano de Escritores que en la casa de Benito Pérez Galdós “se comía a la canaria”. En la mesa del autor de Fortunata y Jacinta no faltaba, entre otros productos del archipiélago, el gofio, según se sabe por lo que contó su sobrino.
José Esteban es autor de un interesante libro sobre la relación que mantuvo el escritor con la cocina a través de sus textos, un volumen en el que se destaca su defensa de los platos tradicionales españoles frente a los extranjeros, sobre todos los de la vecina Francia que eran los que se solían hacer en las cocinas de las familias ricas, relegando a un segundo o tercer puesto el popular cocido madrileño, plato que fue reivindicado por Benito Pérez Galdós.
El escritor venezolano Francisco Javier Pérez Hernández habló durante su intervención de la intelectual y escritora María Rosa Alonso. A su cuidado, la Universidad de La Laguna ha publicado una nueva edición de Residente en Venezuela en el que además de un estudio preliminar, recopila ensayos acerca de sus impresiones sobre el país, su forma de entender ciertos temas literarios y culturales, y su preocupación por destacadas figuras del pasado venezolano.
María Rosa Alonso vivió quince años en este país latinoamericano, y siempre dijo que fue a Venezuela “a aprender”
La intelectual y escritora descubrió la gran literatura venezolana, a autores como Arturo Uslar Prieti, Ramos Sucre, entre otros autores que hasta ese momento habían pasado desapercibidos en el país.
Las intervenciones de Antonio López Ortega y Anelio Rodríguez Concepción se decantaron por el lado emocional. No obstante el título de esta mesa de debate era el Islas de ida y vuelta. Galdós y María Rosa Alonso y el viaje de los escritores actuales.
El escritor López Ortega leyó un emotivo texto en el que explicó como se sentía en su condición de exiliado. “Hace un año que recalé en Tenerife. De 2011 a 2017 viví en al isla de Margarita cuando quise huir de Caracas, que se ha ido convirtiendo en una isla. Hoy Venezuela es un archipiélago que se desparrama por el mundo” cuando, paradójicamente, “los venezolanos somos, nos guste o no, seres del petróleo”.
Anelio Rodríguez Concepción habló de los vínculos entre los palmeros con la isla de Cuba, aunque este vínculo es más emocional que intelectual, ya la isla del Caribe se ha convertido en su imaginario “en un espacio mítico”, “el mundo mitificado de nuestros abuelos”.
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