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“Ferrocarril aéreo frutero”. Teleférico por La Cumbre

Juan Graje, embarque de plátanos.

En 1914 pretendieron unir Santa Cruz de La Palma con El Puerto de Tazacorte. La noticia publicada en la prensa de las islas podría parecer propia del día de los Santos Inocentes. No fue así.

En la década de los años 10, del siglo XX, las producciones del campo del Valle de Aridane llevaron a los empresarios agrícolas a estudiar la posibilidad de transportar por “ferrocarril aéreo”, en lenguaje de la prensa, los plátanos y otros frutos del campo desde El Puerto de Tazacorte hasta Santa Cruz de La Palma, y supongo, también a la viceversa. La razón estaba justificada, abaratar costes y una precaria carretera por el sur de la isla.

La más antigua referencia que conocemos de la utilización en La Palma de cables trasportadores de frutos las encontramos en El Puerto. El periódico Tazacorte, el 28 de enero de 1911, con cierto asombro, recoge: “En unión de varios amigos, bajé un día al puerto de Tazacorte a ver funcionar el cable que mi amigo Gumersindo Acosta ha instalado para embarcar frutos y mercancías los días que el mar está agitado”. Se refiere a la instalación desde el risco de Juan Graje hacía el mar de unos cables con unas vagonetas que conducían a los barcos fondeados las mercancías y frutos. Suponemos también facilitaría el desembarco de otras. Restos de estas instalaciones aún quedan en la zona.

En 1913 la Compañía Marítima de Canarias adquiere las instalaciones del trasportador aéreo de Acosta Hernández. Este novedoso método de trasporte de Gumersindo Acosta debió ser el germen para abrir otras posibilidades y concretamente el caso que nos ocupa. Ante estos antecedentes de trasporte aéreo-marítimo en El Puerto no debió ser muy novedoso en la isla un nuevo proyecto, aunque la distancia fuera quizás superior a 40 kilómetros y atravesando una geografía agreste y cargada de vegetación.

En el mes de mayo de 1914 la prensa palmera y canaria destaca una curiosa noticia. En La Palma se encontraba el ingeniero sueco Berd Rund, perteneciente a una compañía alemana establecida en Colonia, para los estudios de un trasportador aéreo de frutos y mercancías desde El Puerto de Tazacorte, pasando por la Cumbre, hasta la población y puerto de Santa Cruz de La Palma. Entendemos que su utilización sería de ida y vuelta. Los términos y calificativos de los medios de comunicación del proyecto, hoy totalmente inviable ante la protección de los espacios naturales, son variopintos e incluso llegan a denominar al artilugio de “ferrocarril aéreo”. Lamentablemente no conocemos la energía que debían emplear.

Por un tiempo convivió entre nosotros el ingeniero que llenó de “ilusiones de progreso” a la isla, evidentemente no llegaron a nada. Mucho debió tener de responsabilidad el estallido de la Primera Guerra Mundial y la incertidumbre económica. Unos tres meses después de la llegada del ingeniero de la empresa alemana, recordemos que este país fue contendiente, el 28 de julio de 1914 comenzó la llamada Gran Guerra y concluyó el 11 de noviembre de 1918. Atrás quedaban más de siete millones de fallecidos y la reconstrucción del viejo continente. Todo nuevo proyecto de desarrollo quedó paralizado.

Las fuentes documentales que conocemos de la gran empresa palmera son las de la prensa. Ignoramos si se llegó a redactar algún anteproyecto o proyecto de este trasporte aéreo que atravesaba la geografía palmera de este a oeste, pasando por La Cumbre.

Por el interés de las noticias reproducimos algunas de ellas que se encuentran el Archivo Digital Jable, dependiente de la Universidad de Las Palmas.

El periódico El Progreso el 28 de mayo de 1914 recogía que había llegado a Santa Cruz de Palma “el distinguido ingeniero sueco Mr. Bern Rund, de la poderosa Compañía alemana J. Pohling Aktiengeselischaft, establecida en Colonia, que viene a estudiar el proyecto de línea aérea entre este puerto y la zona que forma el Valle de Aridane, hasta Tazacorte, pasando por la Cumbre.

Mr. Rund se encuentra haciendo el estudio preliminar, y, según sabemos, sus impresiones son satisfactorias y hacen por tanto acariciar la esperanza de que el proyecto llegue a ser una beneficiosa realidad”.

El mismo día otro rotativo tinerfeño informaba: “Con objeto de estudiar el establecimiento de un ferrocarril aéreo, desde la ciudad de Santa Cruz de la Palma á Tazacorte, enlazando Los Llanos y el Paso, ha llegado á aquella isla un ingeniero extranjero, hecho venir por varias personas interesadas en el asunto, los cuales parece que tratan de constituir empresa con tal fin [Diario de Tenerife 28 de mayo de 1914].

La prensa grancanaria también se hace eco del ambicioso proyecto señalando un tendido semejante para Los Sauces y Barlovento. El Diario de Las Palmas el 16 de mayo de 1914, en referencia a algún rotativo palmero recoge: «El Sr. Ingeniero que ha venido á hacer el estudio para el tendido de un transportador aéreo entre esta ciudad y Tazacorte, y que al exponerle el proyecto de igual estudio para enlazar esta población con las de los Sauces y Barlovento, se mostró entusiasmado también con este nuevo proyecto, más fácil y económico por la menor extensión y por a horizontalidad del terreno á recorrer, se encuentra ya ocupado en hacer este segundo estudio.

Podemos adelantar al público que la obra del transportador no es una empresa ideal, sino un negocio positivo, pues el costo de la conducción de cargas no admite competencia posible, ya que es muchísimo más reducido que el del transporte marítimo, el más barato por punto general.

El proyecto es muy probable que se convierta en realidad en plazo próximo, tanto más cuanto que el tendido sólo necesita algunos meses para hacerse».

Lo más parecido de la utilización de cables trasportador en la zona de El Puerto lo encontramos años después, en 1924, cuando el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane conceden licencia a la empresa Fayffes Limitada para colocar ocho puntos de hierro para el tendido de un cable de acero que facilite sus trabajos cuando en tiempos lluvia corría el Barranco de las Angustias en el Puerto de Tazacorte. Ese tendido aéreo fue una realidad.

Así fue y fue recogido con entusiasmo por la prensa y ahí quedó para ser gozo y curiosidad de esas pequeñas historias que engrandece a los emprendedores.

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