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Un especialista en hidrología médica asegura que las aguas de la Fuente Santa son excepcionales

  • Con capacidad de vasodilatación, asegura que son muy escasas en el mundo

La Fuente Santa de Fuencaliente. Archivo.

El CIT Tedote ha remitido a los medios una carta de Francisco José Gaudó Gaudó, médico especialista en Hidrología Médica, académico de la Real Academia de Medicina de Zaragoza e ingeniero de Canales, Caminos y Puertos, en la que pone de manifiesto las bondades de las aguas termales de la Fuente Santa.

Destaca que las aguas cloruradas y carbogaseosas, como las que se encuentran en el manantial de Fuencaliente, con capacidad de vasodilatación, son muy escasas en el mundo, de hecho "solo se conocen dos casos en Europa". "Estamos, pues, ante unas aguas excepcionales, muy poco frecuentes y consideradas como la joya de la Hidrología Médica", recalcó. Sobre las enfermedades que se podrían curar o paliar con dichas aguas, asegura que "todo tipo de reumatismos son susceptibles de tratamiento, sean de tipo artrósico (degenerativo) o artítrico (inflamatorio)".

Además sostiene que "hay que incluir como seguro tratamiento de todo tipo de rehabilitación del aparato locomotor, incluso amputaciones y similares".

Además se pueden tratar todas las enfermedades relacionadas con la mala circulación sanguínea: "la claudicación intermitente, Raynaud, acrocianosis, úlceras de decúbito, problemas arteriales, venosos y úlceras de la piel, pie de diabético, psoriasis, hipertensión y, en general, todas las dolencias en las que interviene la circulación sanguínea periférica". Asimismo, aclara que hoy en día estas aguas no se suelen emplear en el tratamiento de la sífilis ni la lepra, tampoco contra el ergotismo (envenenamiento por cornezuelo del centeno), "pero fueron utilizados en los siglos XVII y XVIII en Bad Nauheim y en Royal con notable éxito en esta enfermedad en aquella época".

Independientemente de las enfermedades, Gaudó sostiene que "se pueden utilizar en tratamientos de belleza cuando se desea oxigenar la piel de una forma muy efectiva".

En cuanto a la balneoterapia infantil, considera que "las aguas cloruradas son estimulantes por lo que, en principio, son propias para todos los niños, salvo los hiperactivos". Eso sí, advierte de que las instalaciones deben estar adaptadas para el uso de niños. En cuanto a las formas de tratamiento con estas aguas, indica que deberán realizarse mediante sistemas clásicos como: bañeras o piletas, chorros o duchas, sin olvidar todos los sistemas actuales de piscinas, jacuzzis, hidromasajes, cromoterapias, aromaterapias, saunas, crioterapias, masajes de todo tipo y otros tratamientos".

Gaudó recomienda, en cualquier caso, que "habría que realizar lo antes posible pruebas de experiencias terapéuticas de las aguas de la Fuente Santa, para incluir los mejores tratamientos posibles, y las precauciones y contraindicaciones". "Las aguas balnearias suelen ser persistentes en composición, cualidades y temperatura. El hecho que se tenga conocimiento de que la temperatura actual es igual que la de la antigüiedad (desconchaban las lapas), y que la composición actual es cloruradas carbogaseosas , y en su tiempo se trataban enfermedades como la lepra o la sífilis, provoca que la cualidad de ser aguas vasodilatadoras periféricas se ha tenido que conservar, pero se insiste en que hay que realizar pruebas médicas que lo confirmen".

Concluye señalando que "en Canarias hay muchos médicos con conocimientos y especialistas en balnearios" y expresando su deseo de que "en un período de tiempo cercano sus aguas se utilicen con un notorio aprovechamiento".

 

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