Petroglifo. Foto de Jorge Pais
El director del Museo Arqueológico Benahoarita, Jorge Pais, ha anunciado que van a trasladar a estas instalaciones un petroglifo que se encuentra en la pared de un pajero de Garafía para garantizar su conservación, ante la posibilidad de que los nuevos dueños del terreno donde se encuentra rehabiliten esta construcción y pueda desaparecer. “Lo más urgente es proceder a su recuperación y traslado al Museo, donde podrá ser conservado en óptimas condiciones”, dijo.
El arqueólogo palmero e inspector de Patrimonio del Cabildo recuerda en una entrada en las redes sociales sobre este caso que “hace un par de años estuvimos valorando la posibilidad de trasladarlo a un lugar más seguro aunque, finalmente, decidimos dejarlo in situ porque no corría peligro su integridad”. “Sin embargo, ahora la situación ha variado por lo que debemos actuar rápidamente para evitar su deterioro o desaparición, tal y como sucedió, por ejemplo, hace unos años con un grabado de la misma zona que formaba parte de los muros de un goro de cochinos y que, al desmantelarse con una pala mecánica para fabricar un cuarto de aperos, desde entonces no lo hemos vuelto a ver, bien porque la cara grabada quedó hacia el interior de la pared o porque fue partido en pedazos más pequeños”.
Pais destaca el vínculo tan estrecho que existe entre los petroglifos benahoaritas y Garafía, el antiguo cantón de Tagalguen. “Y es que, a pesar de que nos encontramos ante uno de los municipios más prospectados y conocidos, arqueológicamente hablando, no dejan de producirse nuevos hallazgos que, como sucede en este caso, se encuentran en las zonas más insospechadas”.
El investigador, ganador precisamente del último premio José Pérez Vidal por un trabajo sobre los petroglifos de La Palma, señala que en la actualidad rondan las 500 estaciones de grabados rupestres localizadas en la Isla y casi la mitad se sitúan en Garafía.
Sobre el grabado de Garafía, en el que van a intervenir para su conservación, indica que su existencia la dio a conocer el artesano y ceramista Pedro Miguel Pemi, hace unos 5 años. “El motivo podría ser una espiral o unos círculos-semicírculos concéntricos, ejecutados con la técnica del picado, de anchura y profundidad medias. Y, salvo por el hecho de que está mutilado, presenta un aceptable estado de conservación. Además, está enclavado en una zona de extraordinaria riqueza arqueológica con cuevas de habitación y funerarias, otras estaciones de grabados rupestres y conjuntos de cazoletas”, concluye.
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