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Los ecologistas otorgan una de sus banderas negras a la costa de La Palma por su "contaminación"

Archivo. Microalgas. J.C.

En el Informe Banderas Negras 2019 presentado el pasado jueves en Santander, Ecologistas en Acción vuelve a hacer una revisión de la situación de la costa de todo el estado español, recogiendo los casos más característicos del deterioro del litoral, otorgando dos banderas por provincia, una por contaminación y otra por mala gestión. Con un total de 48, este documento pretende ser el contrapunto a las Banderas Azules que sirven de reclamo turístico, y que han visto reducido su número en 25 unidades respecto al año anterior.

El documento diagnóstico de este año, viene vertebrado por la “turistificación”, proceso que alude a los impactos que la masificación turística tiene tanto en el frágil litoral costero como en el tejido social y cultural de las ciudades y barrios. Canarias es citada reiteradamente en el informe como comunidad cuyo desarrollo basado en el “monocultivo turístico” impacta radicalmente en el territorio y el medio natural, dada la urbanización masiva, las infraestructuras asociadas y la presión antrópica. Modelo que pocas veces revierte en la calidad de vida de la población local, según Ecologistas En Acción.

La Bandera Negra a la mala gestión en la provincia de Santa Cruz ha recaído en el proyecto del Puerto de Fonsalía, dado el “irreparable” impacto que su realización tendría, al estar enmarcado en la Zona de Especial Conservación Teno-Rasca, de un elevado valor natural, con la presencia de especies amenazadas de extinción como la tortuga verde, las praderas submarinas de sebadal, arrecifes costeros y una veintena de especies de cetáceos cuyo avistamiento constituye hoy la segunda economía en visitas de la isla. Los ecologistas afirman que la realización de este puerto es incompatible con la conservación y con el desarrollo sostenible de la provincia, ya que en sólo 25 km de litoral ya existen cuatro puertos, y esperan que no se insista en la sinrazón que supuso el puerto de Granadilla.

La costa de La Palma retrata con su bandera, según los ecologistas, a la contaminación, lo que “sucede en todo el archipiélago respecto a los vertidos incontrolados”. La isla Bonita posee en la actualidad “17 puntos de vertidos censados en 7 de los 14 municipios de los cuales tan sólo 3 se encuentran autorizados”. Según cifras oficiales el 82% de los vertidos no tienen la autorización correspondiente, “y si a ello le sumamos los municipios que ni siquiera tienen censo de vertidos, estaríamos hablando de una cantidad mucho mayor de aguas residuales que llegan al mar sin ningún tipo de autorización y mucho menos de tratamiento”.

Los ecologistas señalan como especialmente grave la situación de Breña Baja y Santa Cruz de La Palma, que poseen entre los dos 10 puntos de vertido censados y tan sólo uno autorizado. El primero, junto a Puerto Naos y Fuencaliente son vistos con mayor preocupación por los ecologistas al tratarse de zonas de gran actividad turística y residencial. “Según el Plan Hidrológico Insular, más del 60% de la población y de viviendas no tienen en la actualidad un saneamiento adecuado, lo que nos da una idea de la magnitud de la situación”, afirman.

En el caso de la provincia de Las Palmas, las banderas negras por contaminación y mala gestión están concentradas en la isla majorera. La contaminación es reiterada en la Playa del Muelle Chico de Corralejo, con prohibiciones habituales de baño por aguas fecales al no aplicar a rajatabla la depuración de aguas y la existencia de pozos negros vigentes.

Por otro lado, denuncian posibles irregularidades en el seguimiento y control de la calidad del agua tras el hundimiento en el Puerto de Gran Tarajal en febrero del pasado año, afirmando los ecologistas que tras las labores de extracción de 170.000 litros de gasóleo, 42.729 litros de fuel, 14.174 litros de aceites, 3.024 kg de pinturas, 379 litros de disolventes entre otros, las concentraciones de algunos metales como el cadmio eran superiores a las previas, y preguntan por qué se abandonaron las tareas descontaminación si los propios informes del Gobierno de Canarias indicaron que los sedimentos del interior del muelle estaban contaminados por metales pesados.

La bandera a la mala gestión la dirigen los ecologistas a la “permisividad” con la que las Dunas del Parque Natural de Corralejo son vapuleadas por la Cadena RIU, quien recientemente ha pedido una autorización para la ejecución del proyecto básico de Modernización y Reforma del “Club Hotel Ríu Oliva Beach Resort” y de los apartamentos aledaños, y cuya existencia no da tregua a un paraje frágil y singular ya de por sí muy vulnerable ante la amenaza de otro de los temas transversales del Informe Banderas Negras 2019: la crisis climática.

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