Niños, jóvenes, adultos y mayores; creyentes y probablemente también no creyentes, gente, en definitiva, de toda condición, clamaban en Barlovento un grito unánime: “¡Queremos a Rubén!”. El cura que ha conquistado el alma del norte de La Palma, primero Garafía y ahora Barlovento.
El clamor del pueblo intenta que llegue a la sensibilidad del obispo Bernardo Álvarez para que reconsidere su decisión de que este pastor joven, que se ha hecho un lugar en las tierras palmeras, regrese a la Península.
Rubén Gallego llegó acompañado del Obispo al mediodía para la celebración en el templo parroquial de El Rosario de las confirmaciones de los jóvenes barloventeros, en medio de una protesta sorda y mucha tensión de los vecinos.
En las últimas semanas se han pronunciado tanto desde Barlovento como Garafía para reclamar que no se haga efectivo el traslado del párroco a tierras castellanas y hoy, que el obispo acudía a las confirmaciones, era el momento decisivo de esta batalla para conseguir que el sacerdote se quede en Barlovento.
El cariño que se ha ganado entre los vecinos del norte de La Palma Rubén Gallego es inversamente proporcional a la posición del obispo, al que no le ha gustado algunas de las formas de este clérigo.
En estos momentos se está celebrando una reunión entre el obispo y representantes vecinales para abordar la situación. Rubén ha recibido el cariño de los vecinos, que han salido a arroparlo y darle todo su apoyo en estos momentos tan complejos.
