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El SCS reconoce la "necesidad" de la Unidad del Dolor de La Palma después de nueve años funcionando

El anestesiólogo Rafael Omaña dice que es un paso del que “nos alegramos” pero “queremos tener más espacio físico con más personal y que se puedan hacer más consultas y más tratamientos”

Este especialista atiende solo esta Unidad en la que no cuenta ni siquiera con un enfermero

Hospital General de La Palma. Archivo,

El Servicio Canario de Salud ha reconocido la necesidad de la Unidad del Dolor de La Palma después de nueve años funcionando. Este reconocimiento supone incluir dicha unidad dentro de la cartera de servicios del Hospital General, una noticia positiva aunque no es a lo que aspira el anestesiólogo Rafael Omaña, que es quien se ha encargado de prestar este servicio en el centro hospitalario durante todos estos años para aliviar el dolor de muchos pacientes.

“Ahora lo que han aprobado es una unidad tipo 1, es decir, que el SCS ha reconocido la necesidad de una Unidad del Dolor en la isla de La Palma. Pero esta aprobación no hace que cambien mucho las cosas en la atención al paciente, porque una unidad de este tipo es monográfica, donde solo pasa consulta a tiempo parcial un médico y que incluye tratamientos más sencillos”.

Sin embargo, según comentó Rafael Omaña a este periódico, “la unidad de nuestro hospital actualmente está haciendo tratamientos avanzados, así que ese reconocimiento estaría un poco por debajo de lo que ya se está haciendo”. Explicó por ello que “lo que yo pido, y en lo que seguiré insistiendo al SCS, es que se apruebe una unidad tipo 2, donde ya incluya un anestesiólogo a tiempo completo, personal de enfermería y sitios específicos que ahora no hay para esta atención”.

“De forma aguda no cambia tanto la atención del tratamiento, pero dentro de lo que queremos es importante porque ya reconoce que la unidad se necesita”, dijo el anestesiólogo, para añadir que “la gerencia parece que ha manifestado que quiere aprobarla hasta el tipo 2, que es lo que queremos para que no solo se apruebe una Unidad del Dolor sino que pongan los recursos para ello”.

De momento esta Unidad del Dolor, que ahora se ha reconocido, no cuenta con un espacio físico concreto,”atendemos a los pacientes en espacios de anestesia, porque esta unidad vendría a ser parte del servicio de anestesia”. “De hecho yo soy anestesiólogo”, dijo Omaña que se dedica parcialmente al dolor, “hago quirófanos, hago anestesia, hago guardias y hago dolor, eso significa que las consultas, los quirófanos son limitados, y esta aprobación nos da facilidades de que podemos pedir ir a un quirófano mientras que antes tenías que coger el que les sobrara a los demás y hacer los tratamientos cuando hay huecos no cuando se me asigne, que es distinto”. La parte informática también mejora con este reconocimiento, según ha dicho.

De modo que “es un paso hacia adelante, pero no es lo que queremos, que es tener más espacio físico con más personal y que se puedan hacer más consultas y más tratamientos”.

Omaña García señaló que cuando se logre ese objetivo se podrían coordinar con el hospital Universitario de Tenerife para que pacientes que están allí se puedan tratar aquí. “Ahora la proporción de personas que tratamos no es poca pero pero faltan muchas horas y muchas consultas para poder dar una buena respuesta”. Aún así indicó que “tenemos mejor respuesta que la unidad de Tenerife, los seguimientos son mejores, son más rápidos, y se pueden iniciar tratamientos antes porque la unidad de Tenerife está muy congestionada”.

Rafael Omaña, como ya hemos sañalado, es de momento la única persona que atiende la Unidad del Dolor en el hospital “no tengo ni enfermero pero hay dos anestesiólogos que estoy intentando formar para que en un futuro formen parte de la unidad”.

Las personas que atiende este especialista padecen dolor crónico de todo tipo, oncológicos y no oncológicos, de momento “lo que no tratamos son niños porque no tengo experiencia con ellos”, señaló. La lumbalgia es el dolor que más trata entre los pacientes no oncológicos, de hecho indicó que “los servicios que más pacientes nos derivan son los de trauma y neurocirugía”. Otros dolores que atiende son los de hombro, rodilla o cadera, dolores que muchas veces invalidan a la persona que los sufre. “Hay pacientes que han estado invalidos con el dolor y gracias a estas terapias ya viven una vida normal”, reconoció Rafael Omaña. El dolor ya se considera una enfermedad.

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