El Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) se alegran de hacerse eco de la concesión del Premio Nobel de Física 2019 a los astrónomos James Peebles (Universidad de Princeton), Michel Mayor (Universidad de Ginebra) y Didier Queloz (Universidad de Ginebra y Universidad de Cambridge).
La Academia Sueca otorga el Premio por “las contribuciones a la comprensión de la evolución del Universo y del lugar del la Tierra en el Cosmos”. Para Mayor y Queloz, el premio reconoce su descubrimiento, publicado en 1995, del primer planeta fuera del Sistema Solar, orbitando una estrella de tipo solar. A Peebles se le reconocen sus aportaciones teóricas sobre Cosmología física.
La concesión del Nobel de Física 2019 tiene especial relevancia para el ING, que en 2017 cerró un acuerdo con el Dr. Queloz para la instalación de un potente espectrógrafo en el telescopio Isaac Newton (INT) del Observatorio del Roque de los Muchachos, en Garafía (La Palma). Queloz y un consorcio europeo y norteamericano que incluye al IAC, construyen este instrumento, de nombre HARPS-3, para llevar a cabo el programa Terra Hunting Experiment (THE) o Cazador de Planetas Terrestres.
Jonay González Hernández, investigador Ramón y Cajal del IAC e Investigador Principal español de HARPS-3, explica: “En el IAC se desarrolla uno de los subsistemas de HARPS-3. Este instrumento permitirá mediciones de velocidad de las estrellas con una precisión mejor que 1 metro por segundo. El programa THE, que cubrirá 10 años de observaciones, estudiará las estrellas más cercanas al Sol visibles desde el hemisferio norte, con el fin de identificar y estudiar planetas gemelos de la Tierra, orbitando en la zona de habitabilidad de estrellas de tipo solar”.
Marc Balcells, director de los telescopios ING, resaltó que “el descubrimiento del primer planeta extra-solar marcó un hito en la astronomía moderna, abriendo un campo de investigación que ha crecido enormemente hasta hoy y que permite a la humanidad avanzar en la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta. Para el ING la colaboración con Queloz representa una tremenda oportunidad de continuar décadas de aportaciones a la Astronomía, y muestra que los telescopios de apertura intermedia como el INT pueden ser competitivos cuando se les dota de instrumentación puntera”.
El IAC ha colaborado también con Mayor en la construcción del instrumento ESPRESSO para el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), codirigido por Rafael Rebolo, y con Queloz en el proyecto Speculoos Norte del Observatorio del Teide, en Tenerife, para la observación de tránsitos de exoplanetas terrestres en estrellas muy frías y enanas marrones, junto con Rebolo y Roi Alonso. Mayor ha sido, además, miembro del Consejo Asesor de Investigación del IAC durante varios años.
El Premio Nobel de Física 2019 es el sexto que se otorga a resultados de la Astrofísica desde 2000, y el segundo en su historia en el campo de la Astronomía óptica observacional (el primero en 2011 por el descubrimiento de la expansión acelerada del Universo).
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Nitrofoska
Todo esto estará muy bien para científicos, astrofísicos, apasionados y demás “hobbystas” de las curiosidades estelares y del Universo. Pero me gustaría saber si todas estas cosas, traducidas son aplicables a La Tierra, a nuestros habitantes, si nos trae algún beneficio útil.
Hasta el momento, sólo he oído algunos balbuceos que intentan justificar lo interesante que sería saber que podemos tener un exoplaneta y sea supuestamente habitable, el constatar (no sabemos cómo) que no estamos solos en el Universo, tenemos un gemelo, o muchos, o miles, pero claro está, no podríamos llegar nunca hasta ellos y hacerles una visita y hasta creo harían bien en alejarse más aún, no vaya a llegar el Homo sapiens sapiens y les arruine cualquier forma de vida que exista en ellas.
Todo está perfectamente organizado, nos separan miles de años luz, por lo que afortunadamente hay que abortar cualquier proyecto de acercamiento. Por simple deducción, podríamos afirmar que es muy posible no seamos la única forma de vida que exista, pero como no podemos viajar a la velocidad de la luz, la máxima conocida, y tampoco disponemos de vehículos para tomar las mismas, pues a soñar qué: “No sólo de pan vive el hombre”.
Si; me gustaría que algún Isaac Asimov contemporáneo, un científico iluminado hiciera acto de presencia, y ya puestos diera luz sobre estos descubrimientos, pero que lo entendiésemos todos.
Otra pretensión jodidamente humana:
https://es.gizmodo.com/las-primeras-plantas-que-crecen-en-la-luna-ya-estan-mue-1831828829
Cordiales saludos
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