Uno no acaba de acostumbrarse a que lo estrambótico termine siendo lo habitual en nuestra política palmera. Si hace menos de un año que se adjudicó el primer tramo de la rehabilitación de la Avenida Marítima de Santa Cruz de La Palma, y si hace apenas unos meses que se comenzaron las obras en la citada arteria capitalina, resulta sorprendente que el Cabildo anuncie ahora la aportación de un 40% adicional del presupuesto de licitación.
¿Pero qué ha pasado para que se infle de esta manera un presupuesto adjudicado hace unos meses?
¿Se han paralizado las obras por mal tiempo? Tengo entendido que no.
¿Se han paralizado las obras por expedientes administrativos adversos? Tengo entendido que no.
¿Se han paralizado las obras por resoluciones judiciales contrarias a las mismas? Tengo entendido que no.
¿Se han paralizado porque se haya agotado el presupuesto? Tengo entendido que no.
¿Ha habido un incremento excesivo en el precio de los materiales a utilizar? No ha pasado tiempo suficiente para ello.
Entonces, ¿quién ha elaborado el presupuesto de esta licitación y quiénes lo han aprobado en el Pleno del Cabildo?
¿Son de fiar nuestros dirigentes políticos para llevar el timón de una nave que no consigue marcar su ritmo?
Me parece que estoy haciendo demasiadas preguntas que no van a tener respuesta. Este no es el camino, señores. En la pasada campaña electoral del mes de mayo, ya ‘Pueblos de Benahoare’ lo decía bien alto: no se hace una política correcta cuando los inversores no confían en la isla. Señor Zapata, señor Pestana, por favor no sigan sacando pecho por las inversiones que realiza el Cabildo, porque todos sabemos que no obedecen a demandas reales de la población. ¿Qué pasará cuando los presupuestos del Cabildo nos obliguen a apretarnos el cinturón? Pues que no habrá ni obra pública …….. ni obra privada, y entonces le echaremos la culpa al cambio climático.
Tomás Rodríguez Concepción, Presidente de ‘Pueblos de Benahoare’.
Archivado en:
Más información
Últimas noticias
Lo último en blogs