Natural de Villa de Mazo, del que nunca se desvinculó, nuestra Oilda ha muerto en Las Palmas de Gran Canaria. La recuerdo desde pequeño y la recuerdo como un símbolo de mujer fuerte, enérgica, incansable, trabajadora, con un gran espíritu de superación y con un especial don para ser motor social.
Siempre tuve con ella una gran empatía y compartimos muchos criterios en las muchas ocasiones en que coincidimos trabando para Corpus y otros eventos culturales. Me gustaba hablar con ella por su sentido común, su talante actual y vital, y esa cultura propia de muchas personas que, sin carreras, nos dan ejemplo de un buen "saber estar" y de superación personal.
Oílda fue una persona comprometida socialmente, fue alma del Corpus, voz potente del coro parroquial, miembro del grupo de teatro que con su "Baldomera" nos regaló una interpretación profesional en "Anacleto se Divorcia", concejal en nuestro ayuntamiento y colaboradora en cualquier evento cultural a la que recurríamos buscando su consejo y su buen gusto.
Descansará en paz después de una vida repleta de eso que llamamos buen hacer.
Un fuerte abrazo para toda la familia mío y de toda mi familia.
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En mi nombre y en el de mi familia agradezco profundamente a Máximo estas palabras con las que, a buen seguro, se identificarán todos los que la conocieron y también los que tan sólo compartieron algún momento con esta gran mujer.
Mucho más que mi tía; madre, maestra, amiga. Seguirá viva en nuestra memoria y su ejemplo será para muchos guía en nuestra lucha vital.
Pedro Miguel González Sánchez
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