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Testimonio del trato recibido durante 19 días en el Hospital Universitario

Beatriz Gómez: “Sabía que la sanidad estaba jodida pero hasta que no lo vives no lo sientes”

  • Esta palmera se queja del trato recibido en el HUC y en la Mutua Tinerfeña
  • "Me tuvieron dos días en el pasillo tirada en muy mal estado"
  • "En el centro de salud no me quieren hacer las curas en casa porque soy joven&#34

19 días de "pesadilla" vivió Beatriz Gómez en el HUC donde dice que no recibió el trato adecuado.

"Sabía que la sanidad estaba jodida pero hasta que no lo vives no lo sientes" o "he vivido más en 19 días que en todo mi vida", de este modo describe la joven palmera Beatriz Gómez, de 33 años, el pésimo trato que dice haber recibido en el Hospital Universitario de Canarias, HUC, y por parte de la Mutua Tinerfena tras sufrir una grave lesión en una pierna por una caída que le va a llevar al menos un año y medio de recuperación.

La odisea vivida por Beatriz empezó el uno de diciembre de este año que toca a su fin cuando se dirigía a hacer prácticas en un curso intensivo de Fred Olden y se cayó en el muelle de Santa Cruz de Tenerife sufriendo una importante lesión en una pierna "cuando me vi la pierna tenía un hueso para un lado y otro para el otro", por lo que fue trasladada al Hospital Universitario donde fue operada aunque la experiencia vivida allí no fue nada grata. "Cuando llegué al hospital me pusieron unos calmantes para el dolor y me pusieron un derivado de morfina para colocarme la pierna en su sitio y escayolármela pero luego me tuvieron dos días en el pasillo tirada en muy mal estado".

"Me dijeron -añade- que tenía una lesión bastante grave y que era de operar lo antes posibles pero que antes la mutua tenía que ponerse en contacto con el hospital. Pasaron dos días, yo preguntaba por mi familia y una mujer vestida de verde me recriminó que no era la única que estaba en malas condiciones y que si mi familia no había ido a verme era porque mucho no le importaba". Una respuesta que me provocó, dice la joven, un ataque de ansiedad y que logró superar gracias a una señora que "estaba al lado mío en el pasillo, que me dijo que no me preocupara, que su hija llamaría a mi familia para informarle de mi situación y gracias a eso mis padres se enteraron realmente de las condiciones en las que me encontraba".

A partir de este instante, su madre se puso en contacto con la mutua que solo accedió a cubrir 1.500 euros de los gastos del accidente sufrido por Beatriz pese a que ésta se había hecho un seguro. "El papel de la mutua llegó al hospital un sábado después de estar dos días tirada en el pasillo en muy malas condiciones y luego me pasaron a una habitación con diez personas de urgencias. Ese día por la tarde un médico me dice que ya tenían el papel de la mutua y que me ofrecían 1.500 euros, me preguntó si quería que me trasladaran para operarme con ellos en un centro especilizado o quedarme en el hospital y yo pedí quedarme aunque tuviera que esperar unos días a que el quirófano estuviera libre puesto que me aseguraron que mi pierna no corría riesgo".

Diez días después del ingreso la operaron y "luego me tuvieron siete días sin levantarme para nada y el día 17 el traumatólogo quería darme el alta pero me negué porque no estaba bien". Ante esta negativa, según el relato de Beatriz Gómez, a la mañana siguiente fue a verla una asistente social porque, según las palabras de una enfermera, no me quería ir cuando la realidad "es que no podía y no iba a asumir ningún riesgo porque no tenía autonomía y tenía que viajar en un avión".

Esa misma persona fue quien organizó el traslado de la joven palmera pero cuando todo estaba listo "me dijo que había un problema y es que como había entrado por la mutua, la ambulancia no me iba a poder recoger porque ya me había pasado de los gastos y que la operación tampoco me la iba a cubrir la seguridad social y no solo eso sino que me aconsejó que saliera del hospital cuanto antes porque cada día que estuviera allí eran más de 400 euros que tendría que pagar yo. Le dije que eso no podía ser, llamé a mi familia que se puso en contacto con ella y al día siguiente estaba todo arreglado para que la seguridad social se hiciera cargo de todo pero la ambulancia no me recogió porque estaba desavisada, así que me tuve que buscar la vida para ir hasta el aeropuerto".

El viaje en avión tampoco fue fácil ya que, según cuenta Beatriz, la pierna no le cabía en los sillones y ya en Los Llanos, en el centro de salud se negaron a ir a hacerle las curas a su casa "por ser joven, sin saber las condiciones en que me encontraba". Al final ha logrado que la atiendan pero yendo al centro para lo que necesita la ayuda de varios familiares porque vive en una casa con escaleras. "No puedo entender por qué se niegan a hacerme las curas en casa después de haber pasado por una operación muy complicada, me tenían cinco sueros, y tuve una bomba de morfina cinco días, haciéndome mis necesidades en la cama durante 17 días, y me dicen que estoy en condiciones de ir a hacerme las curas al centro sanitario cuando nadie ha venido a ver en qué condiciones estoy, es lamentable".

De la experiencia vivida dice que nunca olvidará lo que le dijeron de que si su familia no había ido a verla era porque mucho no les interesaba, ver pasar un cadáver cuando estaba en el pasillo, escucharle a un médico decirle con una gran frialdad a un hombre de unos 50 años que se fuera despidiendo porque tenía metástasis y se iba a morir o ver cómo un enfermero remedaba a una anciana que deliraba. "No ha sido nada grato lo que he vivido y lo que he visto en estos 19 días en los que he llorado mucho y por eso he querido contarlo para que se sepa", asegura esta joven, escritora de profesión, que ahora quiere escribir un libro sobre este capítulo doloroso de su vida que nunca olvidará.

 

 

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