Peregrinación de la Virgen de las Angustias. 1929. Foto MRQ.
En el margen derecho del impresionante barranco de las Angustias, a su paso por el término municipal de Los Llanos de Aridane, se alza el Santuario de la Virgen de su mismo nombre. En los primeros años posteriores a la conquista el barranco tenía el topónimo de “río de Tazacorte” y con el paso de los años, y desde muy antiguo, su topónimo pasó a ser conocido indistintamente como “río de Tazacorte o las Angustias”. En este momento el nombre oficial es el de barranco de las Angustias. Este cambio de denominación de topónimo está relacionado con la destacada devoción que los palmeros profesaron y profesan por la bellísima imagen de la Virgen.
Fue el acaudalado flamenco Jácome Groenemberg (Monteverde) quien a su costa trajo de Flandes a la Virgen de las Angustias a principios del siglo XVI.
La primitiva ermita se construyó en piedra de cantería roja, tejado a dos vertientes y una espadaña para alojar la pequeña campana, también flamenca. En los inventarios de 1522 y 1528 se describe que en la cabecera del templo se alzaba un altar de madera provisto de manteles, frontal y cielo de lienzo blanco con flecos del mismo color, ara y dos candelabros grandes de metal, sobre el que descansaba la imagen de la Virgen de “Nuestra Señora de bulto con su Hijo preciosos en los brazos, cuando lo descienden de la Cruz, encerrada en un tabernáculo con otras figuras pintadas”.
Jácome, junto a su esposa y familia, acudía todos los sábados a oír misa, misa que aún hoy se sigue haciendo, que había instituido él, “quien tenía por devoción el ir allí” y a su coste corría con el gasto del aceite que debía arder ese día.
La devoción popular por la Virgen de las Angustias iba aumentando con el transcurso de los años. Promesas y milagros de la Virgen que el pueblo los relata. La Virgen salía en peregrinación y subía a la parroquia, de la que siempre ha dependido eclesiásticamente, de Nuestra Señora de los Remedios, en el casco urbano de Los Llanos de Aridane.
El pueblo en momentos de angustiosas calamidades públicas miraba y buscaba el consuelo de la “madre del barranco”, que se alongaba sobre el acaudalado cause permanente, hasta hace pocos años, del desagüe natural del parque nacional de La Caldera de Taburiente. La lluvia era necesaria para los campos yermos por la temida “seca”. El 19 de enero de 1839 el Ayuntamiento acuerda solicitar al Obispado la subida en procesión de la Virgen de las Angustias ante la desolación por la pertinaz sequía, reflejando las actas que con anterioridad había estado en octava la Virgen de los Dolores “no habiendo sido posible el conseguir semejantes beneficios”.
En 1878 autoridades y vecinos decidieron traer en peregrinación a la Virgen y programarle suntuosos actos religiosos en solicitud o rogativa de lluvia. El clamor popular tuvo su recompensa y la Virgen les trajo lágrimas de agua que calmaron la sed. No en vano su casa se encontraba a pocos pasos del agua que corría velozmente hacía el mar del Puerto de Tazacorte.
Eran años en que la prolífera prensa de la isla se encargaba de recoger con detalle la crónica y testimonio de esa fe cristiana. El periódico palmero La Palma, de fecha 9 de mayo de 1878, publicó esta extensa y bellísima crónica digna de ser divulgada y conocida.
Esta crónica, de anónima firma, dice: “El I. Ayuntamiento de esta villa de Los Llanos en sesión de 21 de marzo próximo pasado, en completa y perfecta armonía con el venerable párroco de la misma, acordó conducir la venerable imagen de la Virgen de Ntra. Sra. de las Angustias desde la ermita de su nombre a esta parroquia matriz de Ntra. Sra. de los Remedios en solemne rogativa, con el fin de que por su intercesión se dignara el Altísimo conceder la lluvia tan necesariamente indispensable a estos campos, asolados entonces una larga y conmovedora sequía.
Llegado el día designado para la subida, que fue en la mañana del 25 del significado mes de marzo, la numerosa muchedumbre que por doquiera atestaba la carrera del tránsito movida, por el sentimiento único de la devoción, daba ostensibles señales del más acendrado recogimiento y fervor con que se preparaba desde las primeras horas en religiosa oración a buscar s su santuario a la milagrosa Reina de los cielos; y en efecto, después de haber presenciado el santo sacrificio de la misa que celebró el venerable sacerdote D. Elías Santos Lorenzo y oír el breve pero expresivo discurso alusivo al acto que éste pronunciara en vía de inculcar en la extensa concurrencia el mejor orden, veneración y constante ruego al Todopoderoso para que tendiese su mando protectora sobre nosotros, a hora de las siete poco más o menos de la referida mañana se puso en marcha la solemne procesión de rogativa con asistencia de la ilustre Corporación y demás autoridades y empleados públicos residentes en esta villa, observándose durante el trayecto hasta hacer la entrada en parroquia la más rigurosa compostura y venerable atención en la general concurrencia. Hecha su entrada en el templo la Virgen de las Angustias se le ofreció inmediatamente una función con misa solemne de ministros y sermón, el cual estuvo a cargo del renombrado orador sagrado presbítero D. Víctor Lorenzo y Lorenzo que con tanta oportunidad escogió el tema: Ecce ancilla Domini; fiat mehi secundum verbum luum, y supo también grabar en él gentío que cuajaba las bóvedas del templo el sistema y la norma de vida que habíamos de seguir para no incurrir en los justos castigos de Dios.
Es necesario hacer constar de que mientras duraron los ejercicios religiosos que todas las noches venían haciéndose a la Virgen, los venerables presbíteros doctor D. Víctor Lorenzo y Lorenzo u D. Elías Santos Lorenzo, alternando respectivamente predicaban a la numerosa concurrencia, que afluía diariamente, saludables doctrinas y consejos a implantar el bien en las entrañas de la sociedad, lo cual llevaron a cabo con elocuencia lenguaje y valor de fe. Más, la Divina Misericordia, nunca sorda a los ruegos de sus hijos, hico bien pronto cesar las intranquilidades y zozobras de éstos mismos, pues en la memorable mañana del 6 de abril, Sr. Director, las nubes, obedeciendo al mandato del Creador, dejaron caer copiosas y fecundantes lluvias sobre el suelo esterilizado ya por destructora sequía, e introdujo el regocijo general en los corazones que ha poco tiempo estaban contristados por la grave y sensible consideración de ser pronto víctimas de la miseria”. Así se relataba en la prensa del siglo XIX el auxilio divino del Cielo.
El 30 de junio de 1878 consta en el Archivo Municipal de Los Llanos de Aridane que se hicieron pagos “ocasionados en la subida y bajada de la Virgen de las Angustias a esta parroquia acordados por el Ayuntamiento”.
Continuará
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).
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