Imagen del vertedero de Mendo antes de iniciarse las obras que permitirán su regeneración.
Montañas y montañas de basuras se acumulan en los alrededores de lo que fue hasta el año 2006 el horno incinerador de Mendo que se eleva como el mejor símbolo de la nefasta gestión de residuos que se ha llevado acabo en la isla de La Palma. Junto a las toneladas de basuras que reposan en el suelo sin tratar, se levanta una nave industrial, que termina de romper el entorno natural, situado en el Paisaje Protegido de Tamanca y en los límites del Parque Natural de Cumbre Vieja, agravado aún más por el estado de abandono, decrepitud e insalubridad en la que se encuentran estas instalaciones.
Cualquiera puede entrar a la zona de la nave. La valla que protege el acceso está desplazada y se puede acceder sin ningún problema para visitar este "monumento de los horrores" en que se ha convertido este vertedero abandonado. Dentro del inmueble, basura por todos lados, junto con restos todavía palpables de la vida que tuvo hasta no hace poco. Un cuadro aún con llaves, archivadores con documentos, neveras abiertas con restos de enlatados, ropas de faena, revistas de ocio, etc. En definitiva, un espectáculo dantesco que cuesta entender en medio de un paraje natural tan sobrecogedor.
Todo el instrumental tecnológico se conserva en pie, deteriorado, pero visible para quien quiera contemplarlo. Maquinarias oxidadas, cuadros eléctricos destrozados, mobiliario de oficina deshecho. El propio horno almacena en su interior abundante basura que seguro se ha ido depositando con posterioridad a su cierre.
Mendo fue el tercero de los hornos incineradores que se cerraron en La Palma (antes fueron los de Mazo y Barlovento) dado que incumplía determinaciones de la legislación europea sobre emisión de gases a la atmósfera. Cuando se cerró el horno, el entonces consejero de Planificación del Cabildo y ahora diputado regional, José Izquierdo Botella, anunció que la Corporación Insular realizaría un proyecto de sellado y rehabilitación de esta zona sin que hasta la fecha se sepa nada de ello.
Durante este tiempo, quien único se ha preocupado por el lamentable estado en que se encuentra esta zona fue la ex alcaldesa de El Paso, María Dolores Padilla, que se personó en este enclave con la Policía Local para levantar un informe. En ese momento, un año después del cierre, La edil socialista pidió al Cabildo que asumiera la recuperación.
En el informe realizado hace más de tres años, la situación era similar a la de ahora, con la acumulación de escombros y todo tipo de residuos domiciliarios, en los terrenos anexos al antiguo horno incinerador. El recinto se encontraba abierto, los locales y dependencias del horno de Mendo habían sido desvalijados y en la zona donde se enterraban las basuras tras el proceso de quema se encuentran ahora acumulados unos veinte camiones de residuos urbanos sin tratar y esparcidos por los alrededores".
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