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Opinión
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Las mallas que protegen el Risco de La Concepción. Hacer la obra y dejar material sobrante y basura

Finales de la anterior legislatura, sobre abril de 2019. El entonces consejero de Obras Públicas del Cabildo Insular de la Palma Sr. D. Jorge González, anuncia a los medios que las obras de enmallado (para evitar desprendimientos de rocas) de la parte alta del Monumento Natural, Espacio Protegido, del Risco de la Concepción, sobre Santa Cruz de La Palma, están finalizadas. Pues NO, no fue así. Una obra termina cuando se ha recogido todo, sea el material utilizado, el material sobrante y la basura generada. Hay leyes que lo indican. Incluso parece ser que se cobra un plus para “gestión de residuos” por parte de las empresas, al concluir estas labores. Durante varios meses, con carácter de urgencia, se estuvo trabajando allí a través de una empresa capacitada para ello, de las llamadas de “trabajos verticales”, pues es un lugar de difícil acceso y peligrosidad. Imágenes publicadas entonces lo demuestran…que se requiere personal experimentado y especialmente formado. Pero parece que, si bien la formación técnica era buena, la sensibilidad medioambiental y el respeto a la Ley dejan mucho, mucho, muchísimo que desear.

Veamos por qué.

He aquí que, en este elevado y arriesgado lugar, dos años después, un grupo de personas que se iniciaban en la técnica ancestral del salto del pastor se topan con que entorno a la zona superior del enmallado, por la vertiente que da a Santa Cruz de La Palma, en un radio de unos 50 a 100 metros, hay abandonado lo siguiente: rollos completos de cable de acero para enmallar y de alambre inoxidable para atar, trozos cortados del anterior material, cuerdas de seguridad para anclarse, algún cubo plástico y muchos, muchos envases plásticos vacíos de agua y otros líquidos. Parece evidente que la empresa que trabajó allí, y que tuvo que usar grandes medios técnicos para subir las toneladas de material necesario para la obra (helicóptero incluido), al final le dio pereza dedicar un par de horas en recoger todos los residuos generados y el material “sobrante”. Gestión de residuos que, como ya mencionamos más arriba, si no estamos mal informados, se cobra con un plus especial. Vaya, vaya, vaya. ¡Qué profesionalidad! Y de quienes los contrataron y debían vigilar que todo el trabajo estuviera terminado…para qué hablar.

Aparte de la irresponsabilidad profesional y medioambiental que esto supone, nos planteamos también otras cuestiones, otras preguntas. ¿Es que no temían que al final este hecho se pudiera conocer? ¿O es que pensaron que…”como aquí arriba no sube nadie, excepto nosotros…no hay peligro que se descubra”…? También es sorprendente abandonar un material sobrante o ya utilizado que es bastante caro. Los cables de acero abandonados, conocidos popularmente como “guayas” cuestan su buen dinero. Y alguna de las cuerdas de seguridad, son del tipo más caro, semi estáticas. Y dejaron unos cuantos metros…muchos metros. ¿Quién pagó eso? ¿No era reutilizable ese material?

Por cortesía, hemos informado a través de diversos medios a quienes tenían la responsabilidad de haber controlado o haber evitado este desaguisado, para que exigieran a los responsables la recogida inmediata de todo este material y de toda esta basura. Todo sigue igual un mes después y no hay noticias al respecto. Pues no nos dejan más salida que la denuncia pública y medioambiental. Así lo han querido.

Post. Data. Esperamos y deseamos que este artículo sirva para que se haga algo de una vez. Ahora bien, poniéndonos en el peor de los casos, si no se dignan los responsables en cumplir con su deber, y recoger todo el material y residuos, tal vez podríamos pensar en utilizar un último recurso de denuncia pública. Allá para otoño, cuando ya pasen los calores, se podría convocar una acción de voluntariado medioambiental, para que subiéramos al Risco de la Concepción gente que tengamos la preparación técnica suficiente para ir a este tipo de lugares sin riesgo, recoger todo el material y basura abandonada, y bajarla. Luego, al llegar a la capital, ya veríamos, según tuviéramos el ánimo o el mal genio subido ese día, en llevar el material al Punto Limpio más cercano, o dejarlo en la puerta de alguna institución pública….

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