Desde el pasado mes de julio, la Villa de Mazo vive agitada y descorazonada ante el dolor que produce, para muchos, la terrible imagen que supone ver cómo, día a día, excavadoras y manos sin misericordia machacan y amputan sus históricas calzadas de piedra. Hay un enfado monumental en buena parte de la ciudadanía. Voces muy respetadas se han pronunciado de forma poética o desgarrada: Elsa López, hija adoptiva de La Palma; Myriam Cabrera, hija predilecta de Mazo; el catedrático de Universidad Pedro Luis Pérez de Paz; Rose Marie Dähncke, reconocida micóloga alemana; junto a otras como Eduvigis y Máximo Pérez Tejera, cuyo padre, Alejandro Pérez Cabrera, allá por los años de 1920, diera primera forma con sus manos a estas calzadas tan originales y tan nuestras. Casi mil personas han firmado para reclamar la inmediata paralización de las obras (incluido un antiguo párroco), al mismo tiempo que arden los comentarios en las redes sociales. Mientras, la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias ha pedido al Cabildo que tome en consideración la suspensión cautelar de las obras, sin que nadie se dé por aludido. Ante esta grave situación, cabría esperar una pronta respuesta, o algún tipo de respuesta, por parte de los responsables insulares de Patrimonio Histórico, encargados de velar por la conservación de nuestros bienes culturales. A día de hoy, desconocemos su postura sobre el tema. Es por esa causa por la que quisiera manifestar, a título particular (soy miembro de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico, pero no hablo en su nombre), mi opinión para que no se me acuse en el futuro, y con toda razón, de guardar silencio.
Aunque las razones para su conservación y protección son de sobra conocidas, en mi caso podría resumirlas en estas palabras. Lo que se ha hecho hasta ahora me parece un destrozo, una chapuza y un estrambótico engendro. Esto, simple y llanamente, no se puede permitir por mucha accesibilidad con la que se pretenda justificar. Las calzadas de Villa de Mazo son únicas. Se trata de un atentado irreparable no solo al patrimonio del municipio y de la isla, sino de toda Canarias, ya que unas calzadas de esta naturaleza, de esta singularidad y de este valor no se encuentran en ningún otro pueblo del archipiélago. No son simples caminos o calles empedradas. Son, haciendo honor a su nombre, auténticas calzadas con toda la nobleza y la clásica belleza del modo antiguo, un anchuroso río de basalto que centellea con todo su esplendor bajo la fuerte luz del sol.
Añadiría, además, que hace falta un “estómago especial” para arrancar esas piedras y poner en su lugar unas placas, al parecer de la fábrica de Arucas, cuyo precio (para restaurantes, hoteles, centros comerciales y obras públicas) he visto que ronda los 33,00 euros el metro cuadrado. Ello no deja de ser una forma de profanación porque no son meras piedras. Su valor va más allá. Es material e inmaterial y, como ya otros han dicho, matar las calzadas es matar el Corpus de Mazo, por mucho que se nieguen a la evidencia. Esta salvaje actuación revela también desprecio hacia tantas y tantas personas para las que estas calzadas no son un simple pavimento y que se sienten profundamente heridas con cada piedra removida de su lugar, lo que incluye también a los represaliados de la Guerra Civil que trabajaron en su construcción —¿lo de la ley de Memoria Histórica aquí no vale? —
Actuar sobre nuestro patrimonio requiere no solo conocimientos técnicos. Se necesita una especial sensibilidad y conocimientos en muchos aspectos, en técnicas tradicionales, en materiales, en ejecución. Y no se pueden intervenir unas calzadas de esta naturaleza con los mismos materiales que usamos para hacer una piscina, un chalet o un hotel. Diferentes a las de cualquier otro sitio por su anchura e inusuales dimensiones (ahora reducidas a un sui géneris y ridículo carril), por el tipo de cantera utilizada, por el bello e inigualable trabajo de sus piedras basálticas, pulidas por el uso y el paso del tiempo, y por su paisajística visión en pendiente, las calzadas son la imagen misma del pueblo de Mazo, un Bien de Interés Cultural, estén o no estén declaradas. Y si no lo están, es por la absoluta desidia y el desinterés de las administraciones que se han sucedido en el Ayuntamiento y en el Cabildo, de todos los colores y durante décadas. Es una auténtica vergüenza que Villa de Mazo solo tenga declarados como BIC el baile del Borrachito y los sitios arqueológicos de Belmaco y de Tigalate (y estos declarados de oficio). A los ojos de los responsables de velar por nuestro patrimonio, parece que desde el siglo XV en adelante el pueblo de Mazo no ha tenido ni historia ni cultura. No cuentan con esa declaración ni la parroquia de San Blas, ni las ermitas de Belmaco, Lodero y Santa Rosalía y, por supuesto, las calzadas y las edificaciones singulares asociadas e inseparables de ellas, como la iglesia parroquial y su cerco murado y almenado, el osario con sus tres cruces, el puente de San Blas, la casa parroquial, edificada en 1802 por el párroco Francisco Felipe de Lemos, el cementerio, la antigua hacienda de Henríquez de Almeida, después de Sotomayor, reedificada en 1793 por el coronel Miguel de Monteverde, la casa de los Pérez Díaz, la plaza y el ayuntamiento proyectado en 1928 por el arquitecto Pelayo López y la Casa Roja. Este bello marco de piedra es el nexo de unión de todas ellas y el único elemento que permitiría su declaración como conjunto histórico. Parece que durante el último cuarto de siglo (desde 1994 se transfirieron las competencias en materia de patrimonio histórico a los cabildos insulares) los responsables políticos no han tenido tiempo para promover su declaración, una situación que podríamos hacer extensible a prácticamente todos los municipios de la isla ¿Cuánto tiempo más necesitan? ¿Otros 25 años? Esa es su primera obligación (y la más desatendida): garantizar legalmente la conservación de nuestros bienes culturales. A la vista están las consecuencias: el baile del Borrachito es BIC, las calzadas no; lo que nos habla, al fin y al cabo, de una cultura de pandereta y de bienes culturales a la carta declarados o no según la conveniencia política de turno.
El actual equipo de gobierno puede alegar que ha heredado este desafortunado proyecto (que parece reducirlo todo a una cuestión técnica, también mal resuelta) de la corporación anterior, pero ha tenido la oportunidad de parar y plantear soluciones que no pasen por la destrucción. La decisión de continuar con el destrozo, e incluso de acelerarlo ante las críticas, ha sido solo suya y, antes que parar la obra (o que se la paren), se diría que está dispuesto a llevar la rampa hasta la misma puerta de la iglesia para zanjar el tema cuanto antes y que este se haya olvidado para las próximas elecciones, algo cada vez más improbable. Tampoco ha mostrado ningún interés en buscar otras alternativas ni se ha tomado en serio las distintas opciones que ciudadanos y colectivos han puesto sobre la mesa (parece que todo tiene que pasar necesariamente por la solución más destructiva). En su lugar, se ha esforzado en buscar argumentos para desdeñar el valor de las calzadas ¿Qué amor por su pueblo, qué clase de “sentido patriótico”, o simplemente cívico, es ese para unos responsables municipales? ¿No es esta la isla, y el pueblo, que presume de su cultura y de sus tradiciones o, a la hora de la verdad, es pura retórica vacía de cara a la galería o a los congresos bianuales de Patrimonio? Desacreditar el valor de las calzadas por el simple hecho de que fueron construidas en el siglo XX resulta cínico y falaz. El Corpus vertical surgió, tal y como lo conocemos, en los años 60, por obra y gracia de la extraordinaria y creativa generación que lo alumbró. Sin ir más lejos, esa apreciada manifestación cultural que es el baile del Borrachito, para el que bien que se dieron prisa (tanto Cabildo como Ayuntamiento) en declarar Bien de Interés Cultural, data de 1979.
En 2017, la actual alcaldesa de Mazo, entonces en la oposición, reclamaba la creación de una unidad de Patrimonio Histórico, destacando “el alto nivel patrimonial con el que cuenta el municipio”. ¿Qué hubiera dicho esa unidad de Patrimonio ante una actuación como la que, bajo su responsabilidad, se ha hecho en las calzadas? ¿Piensa la alcaldesa que lo hubiese permitido? ¿Qué clase de unidad de patrimonio, o de parranda, hubiese sido esa? Como demuestran los hechos, parece que solo eran palabras huecas y vacías, otra utilización de nuestro patrimonio como arma política. El cabildo es igualmente responsable. No puede desentenderse de su deber de proteger nuestro patrimonio, que es su obligación, en base a los pactos y alianzas políticas que ha sellado. Nadie debería jugar con nuestros bienes culturales como si fuesen de su propiedad y a su antojo, movido solo por cálculos políticos. Nuestro patrimonio histórico tiene que estar por encima, o al margen, de este, si se me permite la expresión, lodazal, y en su defensa tendríamos que estar todos unidos, alentados y guiados por nuestros servidores públicos. Ese patrimonio no pertenece únicamente a la actual generación. Nosotros somos sus guardianes y sus usufructuarios y no tenemos derecho a destruirlo. Lo hemos recibido de nuestros antepasados y estamos obligados a entregarlo a las generaciones futuras.
De todo esto sí podemos extraer una primera conclusión: está por ver que el pueblo de Mazo haya resuelto el problema de la accesibilidad. Lo que sí es irrefutable es que el daño hecho a las calzadas es irreparable, por mucha piedra que quieran guardar para el futuro. El patrimonio, cuando se destruye, no tiene vuelta atrás e intentar su recomposición, una vez destruido, siempre será un parche. Las generaciones venideras lo recordarán como una actuación infame y una vergüenza que quedará siempre en el palmarés de los que lo han hecho y de los que lo han permitido.
Jesús Pérez Morera
*Doctor en Historia del Arte
Profesor Titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna
Miembro representante, por la Real Academia de Bellas Arte de San Miguel Arcángel y por la Universidad de La Laguna, de las Comisiones Insulares de Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular de La Palma y del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife.
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malostiempos
Salgo en defensa del escrito del Dr. Morera, al que en varios comentarios se le pretende; como no; descalificar, todo en función, de no se sabe que actuaciones personales, y en no se sabe que pretéritos años; en fin; todo un reguero de anotaciones maliciosas, y malintencionadas, sin ni siquiera la previa categoría de “presuntas”, De esta miserable manera no se valora la densidad de todo lo que ha escrito tanto de forma textual, como contextual. Uno de los comentaristas, le llega a aludir de forma directa a su propio estómago, como dando a entender, eso; “falta de escrúpulos” que es como vulgarmente se utiliza esta afirmación, y no precisamente para ensalzar a nadie.
Ataques a su persona es lo que ha recibido, no valoración de su, cuando menos docta opinión.
El profesor Morera hace una completa y amplia explicación y la contextualiza, a lo que los que le critican solo circunscriben la cuestión de la accesibilidad, y varias actuaciones personales del señor, que no se sabe si son verdad, o meros infundios para descalificar, lo que no es descalificable, sino opinión a tener en cuenta.
Mucho se ha escrito aquí de accesibilidad, pero no se ha escrito nada sobre dignidad, ya que a mi me parece que a las gentes de Mazo hay que tratarlas de forma digna, si no es que a todo el mundo se le debe tratar así.
En otro hilo de esta misma cuestión, escribía yo, que todo este asunto tiene unos responsables, no viene a discurrir o transcurrir solo, y que estos responsables no han dado la cara, ni han hecho lo que tenían que hacer, asumiendo lo que tengan que asumir.
No se si todos los que hemos opinado aquí hemos valorado las calzadas “in situ”. Las calzadas tienen una pendiente “natural”, que las hace y las ha hecho muy difíciles para transitar de forma pedestre. ¿quien ha pretendido vender, y vende de esta grotesca manera una franca accesibilidad? ¿Alguien afirma o firma ese loable beneficio futuro para toda la población sin excepciones?. Como no está siendo asi, lo mejor es dejar este Patrimonio de Mazo, reconocido o no, tal y como está.
D. Jesús, felicidades por su completa exposición; creo que algunas personas no la entienden, ni quieren entenderla.
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tirbucio
Sr. Morera, usted como miembro de la Comisión Insular de Patrimonio del Excmo. Cabildo Insular de La Palma desde hace ya bastantes años,¿ dónde estaba cuando hace unos años se hizo una plaza con una pérgola al comienzo de la calzada que baja hacia el ayuntamiento??.
¿Dónde estaba usted cuando se hace años decidieron cambiar el piso de la plaza del ayuntamiento por unas losetas artificiales y amarillentas?.
¿Dónde estaba usted cuando hace años (2014) pavimentaron un camino real, estaba con piedra de calzada y la dejaron en hormigón?.
¿Dónde estaba usted cuando hace unos años (2017) destruyeron un nicho de una Cruz de 1905?.
Usted estaba donde mismo está ahora, pero la diferencia es que gobernaba otro partido político. Ahora sale con este artículo de opinión poco profesional, donde tiene que dar su opinión y debatirlo es en la Comisión de Patrimonio, no ahora cuando la obra está casi llegando a su fin. Será que con esto lo que quiere es que en el futuro nadie le reproche que no dijo nada, debería de haberse pronunciado hace más de un mes.
Por cierto, cuando la alcaldesa solicitó la creación de una unidad de Patrimonio Histórico, se encontró con los votos EN CONTRA del grupo de gobierno de CC (nota de prensa del día 30 julio 2017).
A darse golpes de pecho a otro lugar.
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Liberao
Cuanta controversia ha despertado este asunto…Cuántas opiniones, válidas TODAS, ¿Algunas más que otras? No seré yo quién lo diga, no tengo la capacidad técnica ni tampoco el intelecto para ello…
Sólo digo lo que pienso, ¿Acaso a alguien le importa? ¿A alguien le importa los argumentos de los que SI están a favor? ¿Tienen la intención de hacer vida en esas “destrozadas” calles (Como dicen algunos/s)?
Todo ha cambiado y más el ser humano. Nos hemos vuelto más cómodos (Queriendo o sin querer), nos hemos vueltos más prácticos (Queriendo o sin querer), nos hemos vuelto inconformistas (Queriendo o sin querer).
¿No cabe que podamos caminar o pasear por nuestras calles con facilidad y tranquilidad? ¿No podríamos considéralo como un “camino seguro” para vecinos/as y visitantes? ¿Podríamos llegar a verlo como un impulso al deteriorado sector económico local (Tiendas y servicios más a mano)? ¿Es probable que una vez terminadas las obras podamos hacer un paseo cultural y ACCESIBLE para TODOS/AS (Iglesia, Casa Roja, Ayuntamiento, Artesanía etc.)?
Al fin y al cabo, todos/as podemos tener razón, ¿Unos más que otros? No seré yo quién lo diga…
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Peje Verde
Hablan de la accesibilidad sin haber caminado a diario esas calzadas desde niño y hasta reconocer varias piedras ya pulidas de transitar por ellas.
La propia pendiente las hace sumamente inaccesible para empujar y carrito con un bebé o circular en silla de ruedas.
Nunca he visto transitar a una persona de las que describo anteriomente, después de 100 años hemos convivido y adaptado a la orografía, utilizamos un vehículo para acceder al centro de Salud, Ayuntamiento…
Y los de movilidad reducida van por las transversales que tienen una pendiente ligera.
Los caminos empedrados y calles prácticamente han desaatrevido todas debajo de una capa de asfalto, por eso estas son casi únicas.
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Liberao
Cuanta controversia ha despertado este asunto…Cuántas opiniones, válidas TODAS, ¿Algunas más que otras? No seré yo quién lo diga, no tengo la capacidad técnica ni tampoco el intelecto para ello…
Sólo digo lo que pienso, ¿Acaso a alguien le importa? ¿A alguien le importa los argumentos de los que SI están a favor? ¿Tienen la intención de hacer vida en esas “destrozadas” calles (Como dicen algunos/s)?
Todo ha cambiado y más el ser humano. Nos hemos vuelto más cómodos (Queriendo o sin querer), nos hemos vueltos más prácticos (Queriendo o sin querer), nos hemos vuelto inconformistas (Queriendo o sin querer).
¿No cabe que podamos caminar o pasear por nuestras calles con facilidad y tranquilidad? ¿No podríamos considéralo como un “camino seguro” para vecinos/as y visitantes? ¿Podríamos llegar a verlo como un impulso al deteriorado sector económico local (Tiendas y servicios más a mano)? ¿Es probable que una vez terminadas las obras podamos hacer un paseo cultural y ACCESIBLE para TODOS/AS (Iglesia, Casa Roja, Ayuntamiento, Artesanía etc.)?
Al fin y al cabo, todos/as podemos tener razón, ¿Unos más que otros? No seré yo quién lo diga…
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GALVA
Pues claro…
Pongan un ascensor en La Giralda…
Que la rampa no es accesible.
Aunque se dice que Isabel La Catolica la subió a caballo.
Buena amazona…
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GALVA
Así demuestran su nivel los sociatas de Mazo….
La poltronera de Jovita; que es al arte lo mismo que el ejército de Pancho Villa…
Y demás participantes del vodevil…
PATETICO.
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Edupr
Punogofio no entendemos de igual manera ni el respeto a las personas ni al patrimonio por lo tanto poco que dialogar con usted y sólo decirle que este grupo de gobierno tuvo mi voto pero que en esto no me representa. Así entiendo la democracia y menos mal que cada 4 años hacemos balance de como se ha gobernado y volvemos a elegir.
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punogofio
El único que carece de vergüenza y falta el respeto aquí, no a mí, sino a la inteligencia, es usted. Que parece que es el único que tiene derecho a ser la voz de los vecinos de Mazo, como si fuera la reencarnación del cantón de Tigalate . A Don Jesús Pérez Morera lo respeto como profesional de la Historia del Arte. Un gran investigador. Pero la vida de mis vecinos y su bienestar, lo siento, pero no me la dicta este señor desde su Cátedra en la Universidad de La Laguna. En todo caso serán los legítimos representantes de este municipio, que esos sí son la voz de los vecinos. ¿Sabe lo que es la democracia? ¿Comprende usted algo de representación? Me da que poco.
Es muy fácil teorizar, pero hay que ponerse en los pies de las personas, de aquellas a las que hay que hacerle la vida un poco más sencilla. Claro, esas personas no son poetas, ni intelectuales, ni destacados próceres de la cultura palmera. Esa gente es la que va al supermercado por las mañanas a comprar, la que tiene que acudir caminando al Centro de Salud de Mazo, la que se acerca al ayuntamiento para pagar un recibo….Sabe, esas personas valen al menos lo mismo que todos a los que cita Pérez Morera en su artículo. Y en este debate los han olvidado, ninguneados y apartados.
Todo es compatible. Las calzadas seguirán y la gente mayor o con problemas de movilidad se podrá desplazar con algo más de comodidad. ¿Le parece tan mal eso de verdad? ¿Eso es “un destrozo, una chapuza y un estrambótico engendro”, como lo define el doctor? ¿Hasta dónde va a llegar este histerismo que ya roza el absurdo?
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JuAntonio2366
Buenas tardes!
Cuando no se tiene mucha movilidaf, algún tipo de discapacidad o llevas a un niño en un carrito es importante que el camino ayude a transitar. Entiendo que esta obra sirve para mejorar la vida de muchas personas. No veo que vayamos a causar daño al patrimonio, solo hacer la vida más fácil al ciudadano.
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