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Las nueve 'Banderas del Cosmos' de César Manrique

No existen fronteras, no existen alambradas ni murallas. El infinito limpio y diáfano por explorar para la ciencia… Sin banderas, gallardetes y rayas, sin latitud y longitud, sin ecuador y meridianos artificiales que marquen propiedad territorial consecuencia de la violencia de millones de guerras entre la especie humana. El Cosmos es libre e inmenso. Así lo vio el universal artista lanzaroteño César Manrique (1919-1992).

Por unas horas, solo por unas horas, en recios mástiles anclados en el Roque de los Muchachos, cúspide de la isla canaria de La Palma, ondearon con una dulce brisa de los vientos alisios las “Banderas del Cosmos” diseñadas por Manrique, era 29 de junio de 1985.

Coincidiendo con la inauguración de los Observatorios Internacionales de El Roque de los Muchachos, en el término municipal de Garafía, César Manrique publicó un catálogo, en forma de libreto, con las nueve “Banderas del Cosmos”, réplicas de las izadas en tela en los mástiles. Cada una de ellas con su título designado: Caronte, Deimos, Calisto, Titanio, Ganímedes, Tritón, Titán, Fobos y una novena en la que no consta su nombre. Los títulos designados a las Banderas del Cosmos coinciden con nombres de satélites del sistema solar.

El propio Manrique manifiesta en el catálogo que su idea para la inauguración era “con banderas de planetas y satélites desconocidos, diseñados con motivos imaginados dentro de los parámetros de la mecánica celeste”. Realmente así no fue y las banderas, según la documentación consultada, tienen un astro por nombre designado y conocido. No llegamos a comprender lo que pudo suceder para este cambio de opinión.

TITULOS DE LAS BANDERAS DEL COSMOS

Caronte es el más grande de los satélites de Plutón, fue descubierto en 1978 por el estadounidense James W. Christy. Su nombre procede de la mitología griega. Caronte era el barquero encargado de llevar las almas al infierno navegando por el río Aqueronte.

Deimos, voz de procedencia griega con el significado de “terror”, orbita entorno a Marte, el más pequeño, y externo, de los dos satélites de conocido “planeta rojo”.

Titán: Es el satélite de mayor tamaño de Saturno y el segundo del sistema solar tras Ganímedes. Por ahora es el único objeto celeste, aparte del planeta tierra, que hay evidencias de materiales líquidos. Fue descubierto en 1655 por el astrónomo Christiaan Huygens.

Fobos: Es el satélite de mayor tamaño de Marte y más próximo al planeta. Fue descubierto, junto a Deimos, en 1877 por el estadounidense Asaph Hall, quien propuso sus nombres extraídos de la Ilíada en la que Marte (Ares en la mitología griega) invoca al miedo (fobos) y al terror (deimos). Según estudios el satélite Fobos pierde desaceleración y posiblemente dentro de unos 100 millones de años colisione con su planeta o se desintegrará.

Calisto: Lo descubrió en 1610 por Galileo Galilei (1564-1642) en la órbita de Júpiter. Con un tamaño considerable es el tercer satélite del sistema solar. Su composición es de roca y hielo.

Titania: En el catálogo de la inauguración de El Roque de los Muchachos figura en masculino, Titanio. En nuestra opinión debe ser un error de la edición y ser realmente el satélite Titania descubierto por William Herschel en 1787, nombre de la reina de las hadas en la obra Un sueño de una noche de verano de Shakespeare. Está formado por un núcleo rocoso y un manto de hielo, cubierto por cráteres de impacto.

Ganímedes: Nombre del joven y apuesto héroe de la mitología griega, protagonista de las conocidas obras museísticas “El rapto de Ganímedes”. Satélite natural del planeta Júpiter y el de mayor tamaño del sistema solar, ocupa el noveno lugar de los objetos de mayor tamaño de nuestro sistema. Está compuesto fundamentalmente de silicatos y hielo de agua. Según estudios, al parecer, tiene un océano interno que debe contener más agua que todos los océanos del planeta Tierra juntos.

Tritón: Se encuentra a unos 4500 millones de kilómetros del Sol, satélite del planeta Neptuno. Lo descubrió William Lassell en 1846. Lleva el nombre del dios de la mitología griega. Tiene una órbita contraria a la de su planeta, hecho excepcional. Es considerado uno de los astros más fríos del sistema solar, -235 º C.

En 1987 en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en la plaza de Colón, tuvo lugar la exposición “Misterio del Universo” en la que participaron ondeando en el exterior del recinto, en un parterre hacía la Castellana, las Banderas del Cosmos de César Manrique. Según recoge la prensa una de las banderas fue sustraída. No sabemos con exactitud si la reproducción de las expuestas en Madrid coincide con los mismos diseños que las de La Palma.

A finales del año 2019 el Cabildo Insular de La Palma expuso en homenaje a César Manrique (1919-1992), coincidiendo con el centenario de su nacimiento, cinco de la nueve Banderas del Cosmos que debieron ondearon en El Roque de Los Muchachos en 1985. Concretamente: Titán, Deimos, Titanio [Titania], Tritón y Fobos, se daba por extraviada la dedicada a Calisto.

Ahora surge la duda si llegaron a ondear realmente, en textil impreso, las nueve que reproduce el libreto-catálogo al que nos hemos referido. Por documentación gráfica de ese momento observamos ocho mástiles con las Banderas del Cosmos en el entorno del Roque de los Muchachos, nos falta una novena. La conclusión que sacamos es que perdidas o extraviadas están cuatro: Calisto, Ganímedes, Caronte y otra sin el nombre del satélite que la identifique en el libreto.

César Manrique en esos días apuntaba, con su visión de artista, que lo ideal era que ondearan en ese momento sólo las “Banderas del Cosmos”. El protocolo estricto de los países representados no se lo permitió y también ondearon las banderas de cada país participante en el proyecto científico. Lo que observamos, curiosamente, es que en el escenario-tribuna central del acto los mástiles de los pabellones nacionales eran mucho más bajo que los que lucían las Banderas del Cosmos de Manrique, que sobresalían considerablemente en altura.

Otro de los materiales de la inauguración, el 29 de junio de 1985, del complejo astrofísico fue una carpeta conteniendo tres serigrafías, firmadas por Manrique, con las banderas de Calisto, Tritón y Titán. Completaba los objetos de la inauguración de los observatorios palmeros un magnífico disco LP, en vinilo, de la compositora y profesora de música Carmen Hernández Santana (Gran Canaria, 1948) titulado “Banderas del Cosmos”.

El catálogo-libreto contiene un texto firmado por Manrique el 1 de abril de 1985. Su lectura envuelve al lector en un Cosmos imaginado por el artista, en sus palabras: “En este comienzo de la era espacial las banderas deberían dejar de ser localistas, diferenciadoras y creadoras de competitividad guerrera. Con las banderas del Cosmos se podría comenzar con un sentido más bello y poético, como símbolo de conocimiento de otros lugares, sin tratar de diferenciarse por oídos gratuitos e irracionales, o por orgullosos racistas elementales. El ser humano es de la misma especie en todo el planeta tierra”.

Manrique se remonta indirectamente a un mundo-tierra primitivo dónde aún las fronteras, buscadoras de riquezas para unos pocos no estaban marcadas por sangre derramada: “Con esta nueva conciencia de relativo conocimiento, la libertad podría llegar a ser absoluta, al darnos cuenta de nuestra pequeñez y la insignificante del espacio tiempo en nuestra existencia”.

César se compromete en la defensa del planeta-tierra y hace una llamada a los creadores y a un compromiso: Los artistas, tenemos la obligación moral y ética de aplicar nuestro talento a la vida, llenando de armonía y belleza nuestro medio vital. Educando y sensibilizando para evitar así la destrucción torpe y sistemática de nuestro planeta. Así podríamos tener una existencia que merezca la pena haber sido vivida. […] Cualquier artista con la suficiente capacidad de observación y asombro ante la medida inimaginable del Cosmos, puede sentirse fascinado por empezar a comprender en que lugar aproximado nos encontramos y lo que podríamos ser y realizar.

Muchos nos tememos que el sueño cósmico de Manrique se encuentra hoy: “a millones de años de luz de una posible verdad absoluta”.

Reproducción del texto de Manrique

Las banderas del Cosmos

Los modelos visuales que nuestra mente puedan comprender, posiblemente se encuentran a millones de años de luz de una posible verdad absoluta.

Considero que la ambición más atrayente es la de exponer ante nuestra mirada la inmensa plenitud del universo para llegar a sondear todas las profundidades de lo que hemos sospechado a niveles de nuestra limitada constitución cerebral.

Con esta nueva conciencia de relativo conocimiento, la libertad podría llegar a ser absoluta, al darnos cuenta de nuestra pequeñez y la insignificante del espacio tiempo en nuestra existencia.

Así podríamos evolucionar sin los perjuicios ancestrales establecidos y con la alegría de poseer una conciencia plural, llena de fantasía, para que el arte y la armonía estén presentes en todo nuestro quehacer existencial.

Cualquier artista con la suficiente capacidad de observación y asombro ante la medida inimaginable del Cosmos, puede sentirse fascinado por empezar a comprender en que lugar aproximado nos encontramos y lo que podríamos ser y realizar.

La idea de inaugurar los observatorios astrofísicos en las cumbres de la hermosa isla de La Palma con banderas de planetas y satélites desconocidos, diseñados con motivos imaginados dentro de los parámetros de la mecánica celeste, me pareció que sería darle al acto de la inauguración un nuevo símbolo refrescante ante conceptos internacionalista a nivel cósmico y no caer en un provincialismo terrícola.

En este comienzo de la era espacial las banderas deberían dejar de ser localistas, diferenciadoras y creadoras de competitividad guerrera. Con las banderas del Cosmos se podría comenzar con un sentido más bello y poético, como símbolo de conocimiento de otros lugares, sin tratar de diferenciarse por oídos gratuitos e irracionales, o por orgullosos racistas elementales. El ser humano es de la misma especie en todo el planeta tierra.

Los artistas, tenemos la obligación moral y ética de aplicar nuestro talento a la vida, llenando de armonía y belleza nuestro medio vital. Educando y sensibilizando para evitar así la destrucción torpe y sistemática de nuestro planeta. Así podríamos tener una existencia que merezca la pena haber sido vivida.

César Manrique

1 de abril de 1985

En Santo Domingo, capital municipal del término municipal de Garafía, hace unos años se ha adquirido un inmueble destinado a albergar el futuro Museo de la Historia de la Astrofísica, supongo que exclusivamente a la astrofísica desarrollada en La Palma.

Será un punto de encuentro de lo que ha aportado la isla a la ciencia universal y dónde el que podríamos llamar testamento ológrafo, Banderas del Cosmos, de Manrique deberá tener un lugar destacado.

* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)

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