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Opinión
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Maximo Pérez Tejera

El poder de la fotografía

  • "Una imagen vale más que mil palabras".

Es sabido que el género fotográfico tiene una función importante a la hora de fijar en el recuerdo a un personaje, un acontecimiento o un hecho histórico de consideración.

A Marilyn la recordamos con las faldas al vuelo; el día D, por una playa llena de barcazas y soldados; a Churchill con abrigo, puro y sombrero; a Humphrey Bogart, con la  gabardina y el sombrero de  Casablanca; a Nikita Kruschev,  golpeando su estrado con el zapato; al  Che, con su boina; a Kennedy, caído sobre su limusina; y al que no quisiéramos recordar, como un calvo medio de lado, con una cinta que cruza su oronda figura.

Podríamos hacer más extensa la muestra, pero es suficiente para entender lo importante de la inmortalidad que proporciona el invento. Así que, tanto lo sublime como lo nefasto, lo feliz como lo trágico, lo deseable como lo indeseable, queda plasmado en esa foto oportuna que algunos profesionales elevan a la categoría de arte.

La comunicación gráfica ha creado su propio lenguaje en el que las palabras son sustituidas por efectos visuales, lo que se ha reflejado en el axioma "Una imagen vale más que mil palabras".

Reconocido el efecto que una buena foto ejerce sobre la sociedad, aparece el efecto contrario. Cuando un acto o hecho quiere revestirse de importancia, el marketing que lo promueve busca una buena foto que lo venda como tal. Pero esta práctica no siempre es positiva. Recordemos, por ejemplo, la foto de las Azores de efectos muy negativos para parte de la población. Otras no son muy elocuentes en cuanto a sus pretensiones y nos someten a un duro ejercicio interpretativo en el que no acertamos a dar una respuesta certera.

Es exactamente lo que me ha pasado días pasados al ver la foto de cinco señores conocidos cenando en un famoso restaurante de Madrid.

Comer por comer. No tiene nada de particular y cada uno lo hace con quien le plazca, pero, cuando nos venden la foto, nunca es gratuita y encierra intenciones que, como digo, yo no alcanzo a descubrir

¿Es el anuncio de una abdicación colectiva después de sus más y sus menos con las instituciones  que han representado?

¿Es un planteamiento común diciendo que van a cerrar su boca para siempre dejando que las nuevas generaciones hablen por sí mismas?

¿Es una reivindicación colectiva proponiendo su ejemplo como digno de ser perseguido?

¿Es el anuncio de un pacto entre la monarquía, la derecha y la socialdemocracia, para demostrar su fortaleza frente a los las nuevos frentes que se cuecen en España?

O ¿Es una constatación de quien meó más lejos a la hora de dar la espalda a la corrupción y a los chanchullos que han llevado a España a la situación en la que se encuentra?

Y, como no sé de qué se trata, lo  único que se me ocurre decir es:

¡Que les aproveche!

Continuamos.

 

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