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Ricardo García logra su reto de unir Magaluf y Santa Eulalia haciendo esquí acuático

  • El deportista venció al agotamiento y al mal tiempo para cumplir su objetivo

Ricardo García logra su objetivo de unir sobre esquís acuáticos Magaluf y Santa Eulalia.

El deportista palmero, Ricardo García Castro, concluyó con éxito este sábado 15 de agosto la prueba de esquí acuático que tenía prevista.

A pesar de las adversidades sufridas por las condiciones meteorológicas (viento, lluvia y olas fuertes) que no eran las que se esperaba para la realización de la prueba, Ricardo García lograba enfrentarse a un nuevo reto: Unir la playa de Magaluf (Palma de Mallorca) y Santa Eulalia (Ibiza)

En un período de tiempo verdaderamente corto, 3 horas 20 minutos, a una velocidad media de 16-19 nudos, recorriendo un total de unas 60 millas naúticas. Salió a las 8:45 de la mañana de la playa de Magaluf y llegó a la playa de Santa Eulalia a las 12:05 horas.

El éxito ha sido rotundo, no solo por haber superado esta prueba en sí, que ya es difícil, sino porque es sin arnés de tiro, solo con la fuerza de sus brazos.

Además, desde su gravísimo accidente de tráfico en el que fue atropellado, en el 2012, solo se había enfrentado a otro reto en el 2013, por lo que estos dos éxitos han significado muchísimo para él. Porque significa que todo el esfuerzo que ha realizado por recuperarse tiene una recompensa y con esto quiere, no solo que le sirva para él, sino para muchas personas que como el han vivido una situación similar. Un accidente o una enfermedad que les impide seguir con su vida diaria. Esto demuestra que, una vez más, la tenacidad, el deseo, la fuerza por lograr objetivos es más fuerte que los dolores o que cualquier cosa que paralice la vida de una persona. "Siempre en la vida uno se debe proponer metas, sueños. Buscar ese objetivo, sin desmoralizarse, sin pensar en lo peor, sino todo lo contrario y con ese optimismo se logrará todo lo que se desee".

Este ha sido uno de los objetivos desde el 2012 de Ricardo. No sólo demostrarse a sí mismo que podía recuperar su vida, sino que pretendía animar a que muchas otras personas vean que "querer es poder".

Y mucha gente le ha seguido desde entonces, y le ha animado a continuar con sus retos porque supone un ejemplo de superación y alienta a más personas para que suban su autoestima y piensen que "todos podemos si nos lo proponemos".

Todo esto ha sido posible por la colaboración de numerosas empresas.

El equipo iba integrado por dos lanchas, una de arrastre y otra de apoyo, que le iba suministrando agua, plátanos y los frutos secos tan imprescindibles para poder obtener energía para la prueba.

Llevaban dos patrones profesionales en cada lancha, uno de ellos que ha realizado con él todas las travesías, el notario Manuel Luis Beltrán, dos enfermeros, una coordinadora de seguridad, dos miembros más del equipo que eran los encargados de acercar a Ricardo con un bichero, atado en un extremo con una red, todos los alimentos, bebidas y de tener todo previsto para cualquier contingencia. Imprescindibles para que pueda realizar la prueba.

La noche anterior, el deportista no pudo dormir nada por el estado de nervios que tenía, pues era su segunda hazaña tras su accidente y las imágenes que le venían a la mente le impedían conciliar el sueño.

Esto suponía empezar la prueba sin energía y agotado pero no dudo en ponerse sus esquís y lanzarse a las aguas mallorquinas, a pesar de conocer que había tormentas y que la mar no sería del todo favorable pues había fuerte oleaje y viento. Pero habían venido de muy lejos para no realizar la prueba…

Así que se lanzó al agua y no volvió a salir hasta llegar a la playa de Santa Eulalia.

Debido a estas circustancias metereológicas, Ricardo no permitía a la lancha de apoyo que se acercara muchas veces para darle agua ni comida por temor a que le tirasen. Ello angustiaba al equipo que veía cómo pasaban las horas sin apenas beber ni comer y no había ni desayunado por los nervios.

A pesar de ello, se ha sentido bien durante toda la travesía, salvo la última media hora que ya estaba sin energía. El equipo le cantaba, le animaba todo lo posible para animarle de lejos a pesar de que el agua les empapaba a todos por todas partes por el oleaje. Pero ninguno desistía de alentar a Ricardo a pesar de estas circustancias.

Todos vivieron momentos de tensión al ver a Ricardo agotado, pero una vez más sacó fuerzas para llegar a su meta.

En sus esquís lleva pegada la foto de sus padres ya fallecidos y de su equipo. Algo que le levanta el ánimo.. y de su familia. Dedicó la prueba a un amigo y llegó agarrando con los dientes la cuerda, a pesar de que parecía que se iba a desmayar.

Una vez más realizó su objetivo, una nueva hazaña que jamás olvidarán los que han vivido este reto.

A su llegada, una lancha facilitada por el club náutico de Santa Eulalia se acercó a recibirle y ya, una vez reanimado, se le hace un bonito recibimiento. Allí le espera la prensa y todo el equipo pudo reponer fuerzas.

Esta prueba supone, además, un reto añadido para Ricardo García, ya que hace ahora tres año sufrió un aparatoso accidente de motocicleta en EEUU que casi le cuesta la vida. Es por este motivo, y tras afrontar un duro y doloroso proceso de recuperación en tiempo récord, por el que este bravo deportista palmero quiere dedicarle esta prueba a todas aquellas personas que han pasado por circunstancias similares y demostrar así que con voluntad y tesón todos somos capaces de recuperar y alcanzar nuestras ilusiones en la vida.

 

 

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