Agustín Rodríguez Fariña recibiendo la primera medalla al Mérito Ciudadano otorgada por el Cabildo. Foto de Carlos Aciego. Archivo.
Pudiera ser que lo dicho en artículos anteriores se interprete como un discurso "antideportivo". Por tanto, aclaro: Siempre he procurado a pequeña escala practicar el deporte no "oficial" tal la simple gimnasia, la natación y sobre todo el caminar, como algo necesario y de mi agrado. Lo de ganar a otro es algo que ha sido secundario; lo importante era ganarme a mí mismo tratando de vencer mi "dejadez", hacerlo mejor, racional y adaptado mis gustos y necesidades. Algo así he visto en mis compañeros senderistas.
Lo del deporte competitivo que sigo como un aficionado, casi investigador, es algo aparte que no me quita el sueño, gane mi equipo o el otro. Me encanta el buen juego. Me molesta que los medios de comunicación acuciados por los verdaderos promotores financieros que de ello viven, lo conviertan en una "segunda" religión en que la persona importa menos que el juego en sí.
Hasta ahora, se ha ido "arropando" la Ruta de Los Volcanes y resto de cumbre, que por una vez al año llama toda la atención en ese bonito y famoso campeonato (competitivo y oficial de tracking "Transvulcania", que, por cierto, nos están dejando en algunos lugares espaciosos que parecen más autopistas que lo que eran entrañables senderos recónditos.
Creo que con diferentes variedades no menos interesantes, y posiblemente con un mayor abanico de los esfuerzo a realizar, si se quiere escoger, hay otros caminos antiguos por las medianías y costas, que podrían ofrecer opciones que eviten repetir siempre el mismo sistema. Algunos ayuntamientos ya lo hacen en cortos trechos: ¡Que no sólo existe "El bastón de las Cumbres"!
Sí. La fórmula correcaminos tracking que tanto admiro por su fortaleza, pero que personalmente y bajo el senderismo poco me dice, hay que sostenerla, pues simboliza una propaganda atractiva, aunque sectorial, de la Isla, ¿a qué costo?
Pero, y eso hay que resaltarlo igual o con más interés, es necesario hacer lo mismo con el resto de los senderos. Son los del simple y curioso senderista que durante el año de su estresante trabajo, sueña con la paz serena de sus vacaciones en el monte. Estoy seguro de que la suma del día a día del total de estos, en cuanto al producto económico que dejan, es superior y más repartido que al anual tan celebrado. Caben los dos o más tipos, pero, sin discriminaciones, sin deformar nuestros senderos.
Creo es muy conveniente establecer un ordenamiento con distintos circuitos de senderos combinados para ir por un lado y regresar por otro, al lugar de partida. Al caminante le gusta la variedad y retornar a su coche por otras nuevas rutas. (Hasta se puede combinar con horarios de guaguas). Prácticamente los caminos a intervenir están trazados, sólo faltan pocas intervenciones "de unión": Es cuestión de señalizar y describir debidamente sus entradas y salidas, así como sus distintos tiempos (de 3, 4, 5 o más horas) de recorrido; indicar sus sencillas variaciones botánicas, geológicas u otras. Estimo que pasarán de una veintena tales conjunciones.
Dicen que otro posible medio de atracción pudiera ser el ciclismo. Pero, ojo, con orden y concretado. Con frecuencia encontramos por algunos de los senderos inclinados, que son casi todos, precisamente donde es más difícil sostenerlos, grupos de bici de montaña que, de una pasada, estropea toda una recuperación de días, aparte de un posible accidente con el usuario común que no las espera por allí. Nuestro suelo es endeble, inclinado, joven, volcánico sin compactarse (siempre hay que repetir eso). Por cierto, nunca me he tropezado en esos u otros recorridos, con un vigilante de Medio Ambiente patrullando los senderos y su utilización.
Para las bicicletas hay pistas forestales en abundancia, que se prestan a hacer circuitos largos o cortos combinados, por muchos lugares; señálense y háganse folletos. Pero, ojo, ¡no para más competiciones! (De esas hay abundantes y mejores fuera de aquí). Existe mucho que ver, sentir, admirar, gozar desde las mismas, y hay mucha gente que prefiere eso, sin esa carrera antinatural de llegar primero. En las indicadas pistas forestales también pasan vehículos de personas que van a sus quehaceres agrícolas, y "simples" caminantes, sobre todo mayores, a los que parte del sendero duro ya les es más dificultoso. Pero, desde luego, la bicicleta en el sendero tradicional debe ser totalmente prohibida. ¡Ah!, y que por lo menos lleven el obligatorio timbre o de señal acústica que indica el código de circulación. Evitaría molestos sustos pasados con frecuencia, y posibles accidentes.
Sí estimo firmemente que la geología de esta Isla no está hecha de ninguna manera para las motos de montaña de dos o cuatro ruedas, que sí que erosionan, y mucho, aparte de romper todo el encanto de nuestros paisajes, con el ensordecedor ruido de sus motores y polvareda que todo lo inunda. La Palma o cualquier lugar no sirven para todo; se tiene que aprender a escoger lo más conveniente.
Hay en la Palma, actualmente, una tendencia a que toda oferta senderista, bicicleta, naturalista, etc., sea un sistema competitivo también. Cierto que el deporte en la prensa, insiste en ese sistema: ¡Antes que nada, ganar! Pero, sin despreciar ese mundo que debe tener su espacio afín, hay otro donde la gente busca paz, ritmo voluntario, tiempo para saber que existe tanto él como la belleza de la naturaleza, sin que la adrenalina esté siempre presionándolo. Y mucha de esa gente viene a La Palma en busca de ese mundo olvidando la adrenalina. Vigilemos al que ya tenemos acelerado. Fomentemos el que busca tranquilidad, belleza, variedad paisajística, paz que resuena en nuestro interior tanto para el senderista turista, como para el nuestro que, con gran alegría, veo se va incrementando.
Agustín R. Fariña.
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moloca
Don Agustín, entiendo que el deporte que practica usted no es competitivo y lo hace por placer como aficionado. También sabemos que su ganas de aprender le ha hecho conocer esta isla como nadie.
Estoy de acuerdo que esta isla no sirve para todo pero también es verdad que si se ponen los mecanismos necesarios de prevención y cuidado con la naturaleza, pueden adaptarse lugares para la práctica deportiva de competición. Los eventos que usted nombra como Transvulcania, incentiva que la isla reciba cantidad de visitantes que indudablemente afectan positivamente a la economía de la isla, ya de por sí maltrecha.
Entiendo que usted, prefiera que la isla se le conozca por sus belleza, por la práctica del deporte calmo no derivado del estrés y de la competición, pero le recuerdo según tengo entendido por allegados que usted, siempre se ha marcado objetivos deportivos, como mejorar cada año el tiempo de llegada a algún sitio, eso es competir con uno mismo y también es competición.
Lo importante de la práctica deportiva, es que genera buenos hábitos de salud y calidad de vida pero más allá de eso, el deporte ha tenido un boom alucinante, los tiempos han cambiado, cada día se crean nuevas modalidades deportivas, muchas de ellas en la naturaleza y algunas de ellas de competición y superación, no se debe tanto a la práctica de algunos deportes como la falta de regulación que impida el destrozo de nuestros parajes.
Debemos acoplarlas al ámbito insular pero regular mitigar y prevenir el daño a nuestra naturaleza. Pudiera ser, que solo se adaptara algunos caminos para ese fin, estos serian los que estarían vigilados y continuamente mantenidos. No es lo mismo mantener unos cuantos, que toda la isla.
También es verdad que el numero de senderistas crece cada día y eso también le debería llenar de orgullo a usted y a todos sus compañeros que con su actitud han contagiado a otros hacia este deporte multidisciplinar, pues no solo se camina se aprende de la biología, geografía, arqueología, etc.
De todas maneras siempre es bueno que alguien defienda la isla a toda costa ya se encargaran otros de no hacerlo. Gracias por sus escritos y siga haciéndolos.
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