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Opinión
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Horacio Concepción García

Los orígenes de Barlovento

  • El actual pueblo de Barlovento surgió en torno a un cruce de caminos

Parroquia de Nuestra Señora del Rosario 1919 (Fondo Miguel Brito) Archivo General de La Palma

El actual término municipal de Barlovento nació y se desarrollo a través de un heterogéneo mestizaje poblacional y cultural entre aborígenes, conquistadores y pobladores de origen europeo (fundamentalmente lusitanos), del que fueron testigos sus costas y laderas bañadas por la influencia de los vientos húmedos del Atlántico. La colonización efectiva de los territorios anexionados por la Corona de Castilla se formulaba a través de los sistemas de repoblación y repartimiento de tierras (datas), aguas y otros bienes naturales. Este régimen tenía como objetivo establecer a los campesinos en la tierra y viabilizar las necesidades de autoabastecimiento tras la conquista, pilares que sostenían las reglas fundamentales de la economía tardo-feudal[1].

En un principio Barlovento floreció en torno al pago de La Punta de Los Dragos (Punta Cumplida), que comprendía desde La Fajana hasta el barranco de La Herradura. En 1515 los habitantes de este lugar eran parroquianos de San Andrés y Sauces: «Otrosí en el lugar de Santo Andrés de los Salzales […] a la cual acudirán por parroquianos los vecinos e moradores que viven en la punta de los dragos e la herradura[2]». En el siglo XVI la complejidad de la orografía insular y la dificultad del transporte por vía terrestre, hacían que la actividad mercantil, ya fuese para el abastecimiento de productos básicos o para la exportación de productos de la tierra, se realizase a través de una red de fondeaderos esparcidos por toda la costa isleña[3]. En el pago de La Punta de Los Dragos se sitúa el puerto de Talavera (enmarcado en la zona denominada Los Pedregales), que engarzaba a Barlovento con estas transacciones marinas, lugar este donde desembarcó en 1494 el capitán Diego Rodríguez de Talavera, para sofocar una rebelión de los naturales[4].

El actual pueblo de Barlovento surgió en torno a un cruce de caminos, en el cual los campesinos y ganaderos que allí llegaban realizaban sus intercambios comerciales en estos parajes del nordeste de La Palma. Barlovento creció a la sombra del papel socio-económico dominante desempeñado por la villa de San Andrés, donde se establecieron tras la conquista: nobles familias, casas solariegas, una escribanía[5] e ingenios como el ubicado en 1504 en la zona de Los Catalanes, denominado la Hacienda de los Señores (propiedad del mercader catalán Pedro de Benavente). Las tierras de Barlovento se dedicaron al cultivo de cereales y a la cría de ganado, que fue un sector básico desde los tiempos de los antiguos pobladores, aportando a la nueva economía alimento, fuerza motriz para el trasporte de mercancías y labores artesanales relacionadas con el sector. Además se cultivo la hierba pastel o gualda (Isatis Tinctoria) introducida por los pobladores portugueses, de la cual se obtiene el colorante azul natural índigo (añil)[6]. En La Laguna de Ereguil, zona de tierras helecheras, se construyó un ingenio para hacer tinte de esta planta que se exportaba a los centros manufactureros de Europa. Fue el propietario de dicho ingenio el conquistador valenciano Miguel Martí, casado con Beatriz de Cervellón Bellid, quien en 1518 obtuvo[7]: «100 fanegas de tierra monte en Barlovento y término de la Laguna de Regián e hizo un ingenio de pastel». Para acceder a dicho ingenio se construyó un camino que partía desde el barranco de La Herradura, del lugar que dicen las Vueltas de Guerrero[8].

A comienzos del siglo XVI se inicia de manera progresiva la producción de tejas en la isla, y en 1514 Diego de Madrid, en un lomo próximo al barranco de La Herradura, construyó un horno de tejas[9]. Diego de Madrid (procurador fallecido antes de 1549[10]) fue uno de los grandes hacendados de los primeros tiempos de Barlovento; estuvo casado con María de Alcázar, hija de Marcos Camacho y Juana de Alcázar[11]; nieta por línea paterna de Martín Camacho e Inés de Inticote; por línea materna de Francisco Cordobés y Luisa Hernández. Una reunión del Cabildo se realizó en 1505 en casa de Diego de Madrid, de lo que se desprenden dos circunstancias: por un lado que el Concejo todavía no tenía casa consistorial propia, y por otro que el propio adelantado tampoco la tenía, ya que se alojaba en casa ajena[12]. Hernando Luján fue hijo de Diego de Madrid, estuvo casado con Antonia Martín, y otorga testamento en 1549, donde encontramos una de las primeras referencias a la parroquia de Barlovento: «…quiere que su cuerpo sea sepultado en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de este término…»; Hernando Luján fue mayordomo de la misma desde 1544 hasta su muerte[13].

Barlovento junto con San Andrés y Sauces y Puntallana fue uno los lugares donde más repartimientos de tierras se concedieron, correspondiéndoles estos a los principales conquistadores por la riqueza de sus tierras y aguas. Uno de los encargados de controlar estos repartos fue el portugués Aparicio Rodríguez, quien estuvo casado con Catalina Rodríguez dejando gran descendencia en el municipio; el mismo ejerció de alguacil mayor, medidor, deslindador, repartidor de tierras y heredamientos[14]. También era propietario de dos cahíces de tierra que se extendían desde el barranco de La Herradura al monte de La Laguna de Ereguil: «las tierras de los herederos de Apariçio Rodríguez que son en Barlovento». Su nombre quedó reflejado en la toponimia del lugar en el camino real que va a Barlovento en la Cruz de Aparicio[15]. Otros repartos realizados fueron: en 1502 a Camacho el castellano  donde encontramos la primera referencia al topónimo Barlovento: «En el molino que haceis en el rio por que sois el primero que posisteis mano en el por el pro e bien de la tierra; mas en Barlovento dos cahices[16]»; en 1515 Diego Rodríguez de Talavera, casado con Ana de Herrera, obtuvo en  tierras en la montaña de La Laguna y en la zona colindante con el río de Los Sauces[17]; en 1515 doña Juana de Masyeres, tercera esposa de Alonso Fernández de Lugo, obtuvo: «…tierras y sobras que estan por dar en el barranco de la Herradura termino de los Sauces desde las tierras de Martin de Aroche y Francisco de Casañas hasta la montaña de La Laguna y por otra parte tierras de Diego de Talavera y tierras de Pero Afonso Pavón, con todas las aguas que nacen en ellas[18]»; en 1521 Hernán de Alcocer, regidor casado con Esperanza de Cervellón con quien alcanzó dilatada posteridad en la isla[19], obtuvo grandes repartos de tierras: «de un termino de tierra en Barlovento comprendido de mar a cumbre y del barranco de la Herradura al barranco de Gumiguez»; en este mismo año sin especificar cantidad Alonso Fernández de Córdova, regidor del antiguo Cabildo[20], casado con Catalina Fernández, también obtuvo tierras en Barlovento[21]. Entre los primeros propietarios de Barlovento que no obtuvieron tierras por repartimiento sino por compra figuran Francisco de Burgos y Guiomar de Escobar, vecinos que fueron vecinos de Sevilla y dejaron descendencia[22]. Hasta el último tercio del siglo XIX la propiedad de la tierra en Barlovento perteneció a las haciendas de los grandes mayorazgos insulares: Lugo-Viña, Poggio, Van de Walle o Fierro, siendo los habitantes del municipio simples jornaleros. Estos terratenientes muchas veces privatizaban las tierras públicas mediante la usurpación, basándose en las datas del tiempo de la conquista, lo que daba lugar a eternos litigios con el Cabildo o el ayuntamiento.

En fecha temprana del siglo XVI se colocó Barlovento una pila de barro vidriado verde para bautizar a la población indígena[23]. Los aborígenes, al integrarse en la nueva sociedad, continuaron con su práctica ganadera (principalmente ganado caprino), que tuvo que competir en desigualdad de condiciones con el modelo de la nueva propiedad y las nuevas relaciones de producción que tipificaron el trasplante del modo feudal sobre el preexistente indígena. Uno de los descendientes de estos criadores de ganado fue Marcos Rodríguez de Barlovento, casado con Inés Estévez, quien a mediados del siglo XVI se dedicaba a la producción de quesos, leche, manteca, cueros y demás provechos[24].

Para concluir, recalcar que la agricultura y la ganadería fueron las bases primordiales de la economía de la sociedad barloventera de inicios del XVI, que con su trabajo y esfuerzo arrancaban a la tierra todo aquello que les era indispensable para sobrevivir, a la vez que obraban nuevas tierras para su explotación de zonas baldías.

Horacio Concepción García

[Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias]

 

 


[1] Primeramente quiero gradecer la colaboración prestada por Belén Lorenzo Francisco.

[2] Cazorla León, Santiago. Beneficios y ayudas de parroquias en la Isla de La Palma. [Santa Cruz de La Palma]: Litografía La Palma, 1999, p.30.

[3] Torres Santana, Elisa. Historia del Atlántico El comercio de La Palma con el Caribe 1600-1650. Prologo de Jerónimo Saavedra Acevedo. [La Palma]: Cabildo de La Palma, 2003, p. 81.

[4] Concepción García, Horacio. Sangre de Dragón, www.elapuron.com 6/5/2015.

[5] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573). [Isla de La Palma]: Cartas Diferentes Ediciones, 2014, v. 1, p. 32.

[6] Bonnet Suárez, Sergio F. «Notas sobre el cultivo y comercio de la hierba pastel en canarias durante los siglos XVI y XVII». En Curso: «Estudio de los ecosistemas de El Golfo de El Hierro». Asociación Canaria para la enseñanza de las  ciencias Viera y Clavijo.

[7] Pérez García, Jaime. Fastos biográficos de La Palma. [Santa Cruz de La Palma]: Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 2009, p. 253-254.

[8] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573) op. cit.  v. 2, p. 454.

[9] Moreno Fuentes, Francisca. Las Datas de Tenerife (Libro primero de datas por testimonio). Introducción Concepción Medina y María Dolores Tavío. Fontes Rervm Canariarvm XXXV. [San Cristóbal de La Laguna-Isla de Tenerife]: Instituto de Estudios Canarios, 1992,  p. 203.

Garrido Abolafia, Manuel. «Primeros oficios y ocupaciones artesanas de Santa Cruz de La Palma. Oficios relacionados con los metales, piedra y barro». En: Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma nº  2. Sociedad de Estudios Generales de la Isla de La Palma, 2006, p. 82.

Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573) op. cit.  v. 2, p. 301.

[10] Padrón Mesa, María. Extractos del escribano Juan Márquez (1518-1521). Fontes Rervm Canariarvm XXXII. [San Cristóbal de La Laguna-Isla de Tenerife]: Instituto de Estudios Canarios, 1993, v.1 p. 148.

[11] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573). [Isla de La Palma]: Cartas Diferentes Ediciones, 2014, v. 2, pp. 53-302.

Martínez Galindo, Pedro. Protocolos de Rodrigo Fernández (1520-1526). Fontes Rervm Canariarvm XXVII [San Cristóbal de La Laguna-Isla de Tenerife]: Instituto de Estudios Canarios, 1988, p. 387.

[12] Gambín García, Mariano. «La elección del pregonero en 1505. Noticias sobre el primer Cabildo de La Palma provenientes de un extracto del desaparecido libro primero de acuerdos del concejo. Documentos antiguos de La Palma (I)». En: Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma nº  2, Sociedad de Estudios Generales de la Isla de La Palma, 2006, p. 695.

[13] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573) op. cit. v. 2, p. 53.

[14] Pérez García, Jaime. Fastos biográficos de La Palma op. cit. p. 344.

[15] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573) op. cit. v. 2, p. 421.

[16] Moreno Fuentes, Francisca. Las Datas de Tenerife (Libro primero de datas por testimonio)op. cit. p. 44.

[17] Concepción García, Horacio. Sangre de Dragón, www.elapuron.com 6/5/2015.

[18] Viña Brito, Ana. «Aproximación al reparto de tierras en La Palma a raíz de la conquista». En: Coloquio de Historia Canario-Americano VII [Las Palmas de Gran Canaria]: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1986, v. 1, pp. 483-484.

[19] Ibídem, p. 39.

[20] Moreno Fuentes, Francisca. Las Datas de Tenerife (Libro primero de datas por testimonio)op. cit.  p. 280.

[21] Pérez García, Jaime. Fastos biográficos de La Palma op. cit.  p. 142.

[22] Aznar Vallejo, Eduardo.: Documentos canarios en el Registro General del Sello (1476-1517), Fontes Rervm Canariarvm XXV. [San Cristóbal de La Laguna-Isla de Tenerife]: Instituto de Estudios Canarios, 1981, v. 1, p. 35.

Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573) op. cit. v. 2, p. 525.   

[23] Fuentes Pérez, Gerardo. «Aspectos artísticos de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Barlovento (La Palma)». En: Coloquio de Historia Canario-Americano IV. [Gran Canaria]: Cabildo Insular de Gran Canaria, 1982, p 315.

[24] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573)op. cit. v. 2, p. 820.

 

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