El escritor y filólogo Anelio Rodríguez Concepción pertenece a una familia tabaquera de Santa Cruz de La Palma al que el tabaco ha dejado profundas huellas y lazos afectivos. Autor de un título de referencia, ‘La tradición insular del tabaco (mucho más que humo y ceniza)’, hablará el próximo día 13 de julio (19:00 horas) de la afamada tradición artesanal tabaquera de la isla de La Palma y sus vínculos con América, en la tercera sesión del IX Campus de Etnografía y Folclore de la ULPGC que se celebra en el marco de la 27º edición del Festival Internacional de Folclore de Ingenio ‘Muestra Solidaria de los Pueblos’ que impulsa la Asociación Cultural Coros y Danzas del citado municipio.
Rodríguez Concepción se referirá en su conferencia a los lectores de tabaquería y sus relaciones con el espíritu liberal y progresista de La Palma entre el siglo XIX y comienzos del XX. “En parte gracias a esta tradición lectora, los tabaqueros son por definición pacientes, cautos, observadores, críticos, emprendedores. La costumbre del lector fue traída de Cuba y respondía a un plan hasta cierto punto subversivo de culturización de los obreros. La lectura abre las compuertas del espíritu crítico, y esta marca el camino de la libertad de conciencia. No debe extrañarnos que las primeras huelgas de Canarias se debieran al carácter inconformista de los tabaqueros, ni que muchos de ellos fuesen castigados por el aparato represor del franquismo después del estallido de la Guerra Civil. En las tabaquerías se leía en voz alta porque los obreros podían escuchar al mismo tiempo que hacían sus labores. Se leía obras de grandes escritores preocupados por la dignificación de la vida humana, como Tolstoi o Pérez Galdós, y también la prensa escrita, que describía la realidad sin tapujos, eso que a menudo se echa en falta en las versiones oficiales del gobierno de turno. Aquel caudal de palabras no podía caer en saco roto. Luego se corrió el tupido velo de los censores durante la dictadura, y a ello se sumó un carrusel de programaciones radiofónicas de puro entretenimiento”, señala el escritor.
Para el escritor “la tradición tabaquera está llena de altibajos, ha exigido mucho sacrificio y sigue en pie contra viento y marea. El trabajo de los tabaqueros, en cierto modo, es como una forma de resistencia. No quieren que desaparezca aquello por lo que se ha luchado tanto durante siglos”, explica. “Hay una extraña corriente de unión entre la idiosincrasia palmera y lo que el tabaco ha supuesto para ella. Ya en el siglo XVII el tabaco tenía su importancia en la economía insular. No debe extrañarnos que los próceres palmeros del XIX estuvieran obsesionados con la idea de asociar la producción tabaquera al crecimiento económico y social de la isla”.
La desaparición de la tradición
El filólogo palmero advierte varios peligros alrededor de la supervivencia de las tradiciones etnográficas seculares más llamativas de Canarias. “Contemplo varios peligros. El principal es el de la desaparición paulatina en medio de un complejo entramado de nuevas costumbres impuestas por los grandes medios de comunicación de masas (antes estaba la televisión, ahora el arrollador despiporre provocado en todos los órdenes por las redes sociales, que actúan como cantos de sirena para la gente desorientada entre tanto ruido, tanta imagen suelta, tanta engañifa con la necesidad del utilitarismo). Otro riesgo sería el de la adulteración por falta de cuidado y rigor, algo que parece inevitable en este mundo poliédrico y vertiginoso que invita a renovarlo todo. Sobre los sectores artesanales se ciernen, por supuesto, los claroscuros de la globalización con su tendencia a caer en la volatilidad de las modas. A esto añadamos que en muchos casos las nuevas generaciones, bien por desconocimiento o por prejuicios, bien por pereza o por falta de tiempo, le dan la espalda al tesoro cultural del mundo cercano de sus padres y sus abuelos”, añade.
Rodríguez Concepción intenta combinar de la mejor manera posible su faceta de escritor narrador con la de investigador. Confiesa que en ese proceso “hay un claro desequilibrio a favor del trabajo insistente de cuentista y novelista. Ahora ando liado con una novela, aún sin título, y con un librito dedicado a la tradición de los mascarones en Santa Cruz de La Palma. En La Palma llamamos “mascarones” a esos seres maravillosos que corretean y bailan revoltosos en las fiestas callejeras (en Gran Canaria se les conoce como “papahuevos”). Ese librito, más que un estudio erudito, es un ensayo juguetón sobre estos personajes y su presencia secular en la isla”, adelanta.
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Joker
Felicidades Vedv tranquilo/a/e tu media neurona tiene derecho a paguita como la que ya recibe Jessic@ por defender las ideas ecofeminista inclusivas y bla bla
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VedV
joker ganador al tonto del dia
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Jessic@
Joker, ¿usted entiende por el culo?
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Joker
Que en los comentarios de esta noticia se haga alegoría a ETA como algo bueno me indica que en esta isla existe todavía analfabetismo
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3399
Asociar cultura liberal y (progre)sismo es como asociar garbanzos con lechugas.
Los progres están siempre con la mirada para atrás sin darse cuenta que se estampan con el presente.
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VedV
yo los mandaba pa cuba
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VedV
antonio sanchez tiene un plan regenerar el occidente arcaico,machista y contaminante por nuevos españoles de bien,solo que suelen violar,matar y alguna cosita mas pero nada siempre sera mejor q el cristiano,facha y trabajador
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Bermeja
De lo poco que aguante a leer sobre el comunista este, me quedé con que los canarios éramos unos incultos y los cubanos nos enseñaron a leer, manda h…, Este es de los que quieren reescribir la historia, como perdieron la guerra (que a mí me da igual) ahora quieren que nos tragemos sus alusinaciones de revanchistas. Ya eso pasó hace mucho tiempo, mejor dedíquese a vivir y dejar vivir a cada uno con sus ideas, no adoctrinen mas, que hasta a los niños los están degenerando en las escuelas. Pobres padres de hoy en día tienen un problema con esta casta totalitaria.
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Ivan4
El tabaco mata, por mucho “puro” que sea, don Anelio. Soy un defensor de las tradiciones Canarias; sin embargo, en este caso no veo conveniente “mantener” algo que se ha demostrado tan tóxico. Si a respetar a quien quiera disfrutar en solitario de un puro palmero (pero con tabaco cultivado en La Palma, no de Sumatra o de Extremadura) y recordar toda la cultura en torno a este “producto”.
Por otro lado, tiene razón “Baifito” con respecto al sistema educativo y con profesores como el que toca…¡Las malas lenguas hablan de su poco compromiso en difundir el conocimiento y la cultura en las aulas! ¿Pero quién puede con esta Consejería de Educación que vacía de contenidos las aulas de Secundaria y Bachillerato?
Eso sí, me saco el sombrero ante un gran escritor y, sobre todo, narrador (es un placer escuchar sus charlas e intervenciones).
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VedV
tranquilo los nuevos canarios seguiran las tradiciones,AMEGO un cigarro
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