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Cruz Roja sigue en La Palma un año después tras más de 10.000 atenciones y un plan de recuperación hasta 2025

Operario de Cruz Roja limpiando ceniza-Archivo.

Cruz Roja sigue presente en La Palma cuando quedan pocos días para cumplirse el primer aniversario de la erupción volcánica de Cumbre Vieja con un plan de recuperación de tres años y más de 10.000 atenciones (en su mayoría a mujeres), más de 1.400 asistencias psicosociales, un total de 11.500 limpiezas de cenizas y 21 sesiones de ventilación emocional.

La cartera de proyectos de recuperación de Cruz Roja está centrada en favorecer la recuperación y la prosperidad de la población palmera que se vio afectada por la erupción, respondiendo a necesidades que continúan en constante evolución y que la organización ha detectado y plasmado en un “árbol de problemas” en el que trabajar.

Así, a los efectos más conocidos, como la pérdida de vivienda, el desalojo temporal o la necesidad de cuidado psicosocial, se suman numerosos problemas que la organización trabaja de manera continuada y personalizada, señala en una nota.

En este sentido ha detectado problemas de aislamiento físico, social y emocional derivados de la menor relación con su entorno, la menor interacción con sus conocidos, la pérdida de contacto con sus animales o el desconocimiento de su nuevo entorno, lo que provoca desarraigo y pérdida de identidad.

Del mismo modo, Cruz Roja ha visto en la pérdida de los medios de vida de la población palmera –por la pérdida de trabajo, disminución de los negocios o precariedad laboral anterior o como consecuencia de la emergencia– cómo los ingresos insuficientes y una inadecuada gestión financiera pueden tener también consecuencias psicológicas “que van más allá de la dificultad de afrontar gastos y la sobrecarga económica que experimentan las familias afectadas”.

Relacionado con ello, la necesidad de compartir vivienda para ahorrar costes, la inseguridad habitacional por estar en lugares con alquileres precarios, viviendas no adaptadas correctamente o el incremento de los precios de alquiler, provoca que el alojamiento de quienes no han podido regresar a sus casas también afecte de manera transversal a problemas económicos o psicológicos, indica.

Para el desarrollo, la recuperación y la prosperidad de la población afectada, Cruz Roja también ha considerado esencial trabajar en aspectos como la mejora del clima familiar, el éxito escolar o el vínculo entre personas y colectivos.

A todo ello hay que sumarle los problemas estructurales que ya existían antes de la erupción o que se han incrementado en el último año, como el mercado laboral no inclusivo, la desigualdad por género, la inflación, o la economía sumergida, entre otros.

Consciente de que todavía queda camino por recorrer hasta alcanzar la plena recuperación, Cruz Roja continuará trabajando con la población afectada a través de su cartera de proyectos durante todo el próximo año.

Asimismo, como tras cualquier catástrofe, la erupción de La Palma se genera un escenario propicio para trabajar en la reducción del riesgo ante futuras crisis y emergencias.

Siendo esta una prioridad estratégica de Cruz Roja, en los próximos meses se comenzará a ahondar en el conocimiento y la preparación para desastres tanto de las comunidades como de los equipos organizados de respuesta.

CONCIENCIACIÓN A LOS CIUDADANOS

Esto incluye acciones como la concienciación a los ciudadanos y ciudadanas de los posibles riesgos que pueden afectar a su zona.

Con ello, y con la continua difusión de planes actualizados que sirvan para responder y movilizar a las comunidades, los vecinos y vecinas podrán ayudarse a sí mismos de manera inmediata en el estallido de cualquier emergencia, consiguiendo un aumento de la respuesta y una mejora y eficacia en la atención a las personas.

Junto a ello, los proyectos en materia de educación, empleo, o voluntariado, y todos los que ya están en marcha o inminente comienzo a punto de cumplirse un año de la emergencia, se hacen posible gracias a los más de 6 millones de euros que Cruz Roja va a destinar para la recuperación, y el millón de euros invertido en la fase de emergencia.

Con el volcán en erupción, los primeros días de emergencia se centraron en la atención de la cobertura de necesidades básicas, como alojamiento, productos de alimentación, vestimenta o higiene, así como de la propia información inicial y filiación de la población para poder organizar y distribuir la ayuda.

A través de los Equipos de Respuesta Básica en Emergencias de Cruz Roja (ERIE), el voluntariado instaló el albergue provisional del acuartelamiento de El Fuerte, en Breña Baja, en el que se atendieron a 456 personas, y se instalaron puntos de encuentro por la isla para las personas evacuadas.

Cruz Roja también se volcó con la asistencia social de las personas afectadas, con un centro logístico de más de 1.500 metros cuadrados en El Paso para almacenar donaciones en especie y productos adquiridos con los fondos propios y donativos económicos.

1.600 TARJETAS DE COMPRA

Igualmente, entregó 1.600 tarjetas de compra, 2.200 tarjetas monedero y cerca de 400 tarjetas de gasolina, que junto a las 885 ayudas extraordinarias al alquiler conforman la entrega de ayudas directas a la población.

Además más de 218.000 mascarillas, gafas y equipos de protección individual fueron repartidos en los primeros meses en los municipios afectados para proteger a la población y el personal interviniente de la ceniza y la mala calidad del aire, junto a 1.328 kits de limpieza para viviendas y 127.500 raciones de comida.

Hasta 474 personas de toda España se desplazaron a la ‘Isla Bonita’ para dar soporte a la población canaria que, a su vez y en gran medida, era canaria y voluntaria, y ayudaba a sus vecinos y vecinas a superar la situación, demostrando así la capilaridad del mayor movimiento ciudadano del mundo, que bajo su principio de Unidad demostró que existe una sola sociedad para todo el país que actúa de manera coordinada y accesible en todas partes.

Cerca de 100 entidades y empresas mostraron su apoyo a Cruz Roja, así como miles de ciudadanos y ciudadanas que con sus donaciones han hecho posible poner en marcha una cartera de proyectos a corto, medio y largo plazo.

Asimismo, la coordinación con el Gobierno de Canarias y la integración de Cruz Roja en el comité de dirección del Pevolca permitió a la organización optimizar su respuesta, en constante colaboración con el resto de personal interviniente.

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