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La vía sobre las coladas se alumbrará con energía limpia de la geotermia somera y del sol

.Se colocarán sensores y una mini central y la previsión es que la carretera se pueda abrir por la noche a finales de octubre o principios de noviembre

.A tan solo 3 metros de profundidad en la zona más caliente de la carretera se registran temperaturas de entre 600  y 650 grados centígrados

La apuesta por la sostenibilidad es casi una obligación en los tiempos actuales en los que el cambio climático es ya una realidad. La carretera La Laguna-Las Norias construida por encima de la coladas y aún sin terminar es un ejemplo de esa apuesta sostenible que está haciendo La Palma, ya que todas las unidades de obra que conforman el cuerpo de esta infraestructura viaria en superficie es material exclusivamente volcánico, derivado de la transformación, cribado y selección de las coladas.

Sin embargo será en la “explotación” donde se verá más la sostenibilidad, ya que para el alumbrado de la vía se contará con luminarias solares y el aprovechamiento de la geotermia somera (la energía en superficie, no hay que buscarla en profundidad) del volcán.

Así lo ha explicado a este periódico el técnico del Cabildo Insular de La Palma, Amílcar Cabrera, quien ha señalado que se van a colocar sensores y una mini central que “va a dar cobertura a todo lo que es el mantenimiento de una auscultación permanente y a través de la geotermia somera, labor en la que están colaborando varios científicos del CSIC”. “Ya tenemos elaborado el proyecto piloto de la planta que queremos montar”, afirmó. En cuanto a el alumbrado señaló que es una luminaria polivalente de uso, es decir, que va a ser solar y va también a ser alimentada por la red que viene configurada a través de esta central y de la geotermia somera, porque “el reservorio está en superficie, y se está investigando para tener una mayor eficacia”.

La carretera contará para ello con múltiples sensores a lo largo de los 3,5 kilómetros para “tenerla auscultada todos los días del año (se medirán parámetros como temperatura superficial, convectiva, humedad, condensación, etc)”. El objetivo, agregó Amílcar, “tener auscultada toda la carretera a través de unos sensores que se van a ubicar en unos sondeos de profundidad que al mismo tiempo van a retroalimentar un modelo matemático que tiene el IGN, el IGME e Involcan para poder predecir el mapa de enfriamiento”.

La previsión, si no surgen imprevistos, es que finales de octubre o principios de noviembre se pueda abrir la carretera por la noche, con iluminación que se alimentará del sol y de la geotermia somera para tener energía limpia.

Un año después del inicio de la erupción a tan solo 3 metros de profundidad en la zona más caliente de la carretera se registran temperaturas de entre 600  y 650 grados centígrados. Mientras que la temperatura media de convección ( la temperatura que nos da la tierra de abajo hacia arriba) en toda la plataforma se sitúa en torno a los 80-100 grados. Estas temperaturas se estima que pueden durar  décadas. “Tenemos un mapa de enfriamiento que nos da de seis meses, un año y hasta tres”, dijo Cabrera.

“Vamos a hacer muchos sondeos a partir de la próxima semana para poder ir retroalimentando este modelo”, añadió Amílcar, al tiempo que preció que ahora mismo poder predecir un enfriamiento por debajo de los 60 grados es muy complicado, no hay nadie que se moje”. Además, puso el acento en que la herida de La Palma es muy profunda: “la herida de la placa litológica, es decir del fondo de donde ha salido la lava es muy profunda y eso tardará muchísimo tiempo”. A modo ejemplo recordó que la erupción del Timanfaya fue en 1730 y a día de hoy a diez metros de profundidad tiene 600 grados centígrados.

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