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Horacio Concepción García

El vino de la Fiesta de San Martín

  • En otoño se siguen inaugurando por toda la Isla las bodegas para jurar las pipas

"El vino de la fiesta de san Martín" 1565-1568 (Pieter Brueghel el Viejo) Museo Nacional del Prado.

 

La viña ha estado entre las principales prácticas agrícolas de la isla de La Palma desde el siglo XVI, y está cargada de gran trascendencia, no solo comercial sino también espiritual, al alcanzar la condición de verdadero rito lleno de aspectos y singularidades folclóricas: «Fue creciendo la tierra y con la noticia de su fertilidad acudieron flamencos y españoles, catalanes, aragoneses, levantinos, portugueses, franceses e ingleses con sus negocios, de lo que vino tanto aumento, que vino a ser la mayor escala de Indias y de todas estas islas; plantaron viñas, y al ver la gran abundancia de vinos que daban, llenaron de cepas toda la tierra[1]».

Los griegos difundieron la cultura helenística por todo el Mediterráneo, y con ella el binomio vino-religión hasta los últimos confines del Occidente; así el vino comenzó a envolverse de una cualidad sagrada que lo convirtió en una ofrenda óptima para los dioses. Una de las primeras prensas de vino conocidas (aproximadamente de mediados del II milenio a.C.) fue descubierta en Palekastro (Creta), perteneciente a la cultura minoica[2].

El vino de la fiesta de san Martín, es una pintura de grandes dimensiones (148 X 270 cm.) obra del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo, que se conserva en el Museo Nacional del Prado; está fechada en torno a los años 1565-1568, y en ella podemos contemplar los excesos con que se celebraba en el norte y centro de Europa esta festividad brindando con el vino nuevo. La fiesta de san Martín era muy celebrada en Flandes cuando este territorio se encontraba anexionado al Reino de España[3]; fue precisamente la importante colonia flamenca, en gran parte procedente de razas feudales, arribada a La Palma tras la conquista castellana, la que introdujo la tradición de san Martín en la isla; además de convertir su puerto en el principal enclave comercial de mediados del siglo XVI en Canarias[4]. Esta festividad se ha extendido en la cultura popular de muchos lugares independientemente de sus creencias religiosas[5].

La conmemoración de san Martín marcaba en tiempos pasados el ciclo del cultivo de la vid en La Palma: renta del diezmo de los parrales, arrendamientos agrarios y momento para el envío de limosnas de vino a monasterios y parroquias[6], etc.; así en los protocolos notariales de 1547 se recoge el siguiente arreglo: «del caldo de 2 botas de vino cocho bueno, de 12 barriles cada uno del padrón de esta isla, por habérselos comprado y pagado a 2 doblas y 3 reales cada una. Entregara el vino en la bodega de la viña por San Martín primero siguiente[7]». En san Martín no solo se entregaba el vino, sino también otro tipo de utillajes como los envases para el almacenamiento del mismo: «1551. Deuda que Hector Afonso, tonelero, vº. en el termino de de San Andrés reconoce a Fernando  Luxán vº, presente, por quatro cascos de botas de palo de haya y el arcazón de arcos de follado, que lleben diez e seys barriles cada bota […] Los entregará en el término de Barlovento, en casa de Luxán, por el día de San Martín[8]». Una de las bodegas más sobresalientes de la isla a mediados del siglo XVI, se situaba en el actual término municipal de Barlovento y era propiedad del regidor Miguel de Monteverde, hijo del muy noble caballero flamenco Jácome de Groenenberg y de Margarita de Pruss[9]; este mayorazgo de Barlovento estaba compuesto por viñas, tierras de pan, casas, granel, lagar, huerta y pomar, y su valor alcanzaba las 1800 doblas[10].

San Martín de Tours, «Caballero», nació en Hungría (ca. 316-397) y murió en Candes de donde fue transportado a Tours (Francia), siendo enterrado el 11 de noviembre, fecha fijada para su onomástica; allí se conservó su cuerpo hasta el siglo XVI en que los hugonotes (herejes calvinistas) se apoderaron de Tours y lo quemaron[11]. Se le considera el primer santo no mártir con fiesta litúrgica y su culto fue una de las advocaciones más destacadas durante la Edad Media, por la extensión y popularidad de la que gozo. San Martín sirvió como jinete en la guardia imperial romana, y un gélido día de invierno entrando en la cuidad de Amiens (Francia), encontró a un pobre temblando y calado de frío, san Martín sacó la espada y, con gesto generoso, cortó la mitad de su gran manto de guardia imperial, entregándosela al necesitado para que se cubriera[12]. Tras su fallecimiento, la media capa que san Martín cortó fue guardada en una urna y se le construyó un pequeño santuario, donde los feligreses que allí acudían decían refiriéndose a esta media capa: «vamos a orar donde está la capilla», expresión que da origen a la denominación de esta construcción religiosa. Se le considera protector de los pobres, patrono de los soldados, comerciantes y tejedores[13].

Otra costumbre popular relacionada con san Martín nos la aporta el refrán: a cada cerdo le llega su san Martín; desde finales del siglo IV la gente comía y bebía muy cordialmente en vísperas de san Martín, ya que a partir de este día daba comienzo el Adviento o Cuaresma de san Martín, 40 días de ayuno de preparación para la Navidad, práctica que se mantuvo hasta el siglo XIII[14].

En otoño, por víspera de san Martín, se siguen inaugurando por toda la geografía palmera las bodegas para jurar las pipas, degustar los nuevos caldos y comer castañas, tradición narrada por el lanzaroteño Isaac Viera y Viera (1858-1941), en su libro Costumbres Canarias (1916), de la siguiente forma: «Los palmeros pobres y ricos se dan citas al ocultarse el sol tras los empinados montes, para celebrar la fiesta de Baco […] que recuerdan los regocijos de las bacantes helénicas […] toman parte activa en esa fiesta, sintiendo que su espíritu se remoza, apurando buenos tragos del rico moscatel, sin desdeñar los vasos rebosantes del listan o del dorado malvasía[15]».

San Martín

tirín tintín

fuego a la castaña

y mano al barril

 


[1] Primeramente quiero agradecer la colaboración prestada por la escritora Belén Lorenzo Francisco.

Frutuoso (ca.1568), Gaspar. Las islas Canarias (de Saudades da terra). Prólogo, traducción glosario e índices por E. Serra, J. Regulo y S. Pestana. [San Cristóbal de La Laguna]: Instituto de Estudios Canarios, 1964, p. 110.

[2] Johnson, Paul. Historia del Cristianismo. [Barcelona]: Vergara, 2004.

[3] Rodríguez Peinado, Laura. «Los santos caballeros». En: Revista Digital de Iconografía Medieval, v. 2, nº 3, 2010, pp. 53-62.

[4] Fernández de Béthencourt, Francisco. Nobiliario de Canarias. [San Cristóbal de La Laguna]: Juan Régulo Pérez, 1952-1967, v. 3, pp. 491-495.

Egea Molina, Eugenio. Apellidos flamencos en Canarias. Unas anotaciones sobre su asentamiento. En: www.geneacanaria.blogspot.com

[5] Rodríguez Peinado, Laura. «Los santos caballeros»… op. cit. pp. 53-62.

[6] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Blas Ximón, escribano de la Villa de San Andrés y sus términos (1546-1573). [Isla de La Palma]: Cartas Diferentes Ediciones, 2014, v. 1-2.

[7] Ibídem, v. 2, p. 26.

[8] Ibídem, v. 2, p. 61.

Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1546-1567). [Santa Cruz de La Palma]: Caja General de Ahorros de Canarias (etc.), 1999-2005. v. 1-4.

[9] Pérez García, Jaime. Fastos biográficos de La Palma. [Santa Cruz de La Palma]: Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de La Palma: Caja General de Ahorros de Canarias, 2009, p. 281.

[10] Hernández Martín, Luis Agustín. Protocolos de Domingo Pérez, escribano público de La Palma (1546-1567)op. cit., v. 1 p. 46.

[11] Pernoud, Regine. San Martín de Tours. [Madrid]: Ediciones Encuentro, p. 139.

[12] Delehaye, Hippolyte. Les légendes grecques des saints militaires. [París]: Picard, 1909.

[13] Pernoud, Regine. San Martín de Toursop. cit.

[14] George Cyprian, Alston. «Gaudete Sunday». En: The Catholic Encyclopedia. Traducido por: Raúl Toledo. [New York]: Robert Appleton Company, v. 6, 1909.

[15] Viera y Viera, Isaac. Costumbres Canarias. [Madrid]: Renacimiento, 1916, pp. 73-74.

Horacio Concepción García

[Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias)

 

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