El sistema de votación en España: despilfarrador e insostenible

Hace ya más de cuarenta años que tuvimos las primeras elecciones algo “democráticas” en el estado español. En aquella época era una novedad y, por consiguiente, no estábamos muy familiarizados con el tema de la mecánica de la votación: diversas opciones, papeletas, sobres, candidaturas diversas, urnas, cómo mantener la privacidad del voto en las cabinas, etc. Es de suponer que, después de tanto tiempo, y con tanto porcentaje de la población que ha nacido, y ya vota, después de finalizada la Dictadura del Criminalísimo, pues ya sabemos todos hacerlo. Con más o menos estudios, más jóvenes o más viejos, nada de eso nos debe parecer extraño, desconocido, complicado. ¿O no?

Por ese motivo tan evidente, es una verdadera aberración que en el Estado Español mantengamos un sistema de votación que debe ser, con diferencia, uno de los más caros, despilfarradores, insostenibles y absurdos del mundo mundial. Y me refiero en concreto al tema de las papeletas y los sobres. Hay muchos sistemas diferentes de votar según los países: unos lo hacen en urnas informáticas, como ha sucedido estos días en Brasil. Es el sistema más rápido y barato. Otros combinan la urna electrónica con la papeleta física. Otros una única gran papeleta con todos los candidatos y/o partidos, para señalar uno de ellos. Otros con papeletas para cada partido o candidatura….Pero, en todos los casos, el único material electoral legal es el que se recoge únicamente en la sede electoral.

Prácticamente en ningún lugar se hace el disparate español de imprimir cientos de millones de papeletas y sobres que se reparten de la también disparata e insostenible forma que ya conocemos en España: A pesar de que ya hay papeletas más que suficientes de cada partido en cada sede electoral, además, en el colmo de absurdo y despilfarro, gracias a subvenciones de dinero público, los partidos nos envían las mismas papeletas a cada domicilio por correo, e incluso, para triplicar la operación, algunos partidos pudientes nos las reparten de nuevo en persona puerta a puerta. Y eso en cada convocatoria…sea para elecciones municipales, autonómicas, generales, europeas, y en las islas para los Cabildos o Consells insulares. Es aterrador pensar en el gasto en papel, en dinero público, en tiempo, en personal que se gasta en estos casos.

En este año próximo, 2023, que tenemos varias convocatorias electorales, el gasto por ese concepto será inmenso. ¿Nos lo podemos permitir? ¿Nos sobran los recursos públicos para ese derroche? ¿Por qué, de una maldita vez, no se dictamina que solo y únicamente las papeletas y sobres de las sedes electorales son válidas? ¿Cómo es posible que ningún partido político haya tenido la cordura y el sentido común de presentar una iniciativa de cambio y ahorro en este sentido? ¿No podría una autonomía, demostrando con ello ser menos irresponsable que las demás, acabar con esta sinrazón en su territorio? ¿Dónde está la supuesta sostenibilidad, ahorro de recursos públicos, etc…de la que tanto se habla?. Cuando se plantea, a algún político, el porqué de esta sinrazón, la excusa no puede ser tan estúpida….Suelen argumentar: -“es que a la gente mayor le gusta traer ya preparado el sobre de casa, porque se pueden equivocar en la sede”- Ya, ya, en un estado español en que a los más mayores, que han nacido mucho antes de la generalización de los medios informáticos, que les cuesta usarlo o lo desconocen, y que, en el colmo de la insensibilidad y maltrato institucional, se les obliga a hacer on line cualquier trámite, petición, gestión…no vengan ahora con el cinismo y la hipocresía de tanta preocupación con los más mayores. Además, es legal que una persona mayor pueda ser ayudada en el momento de votación por un familiar directo si lo desea, o incluso pedir información al presidente de la mesa. Así que, menos cuentos. Realmente, esto se mantiene porque quieren agotar y y utilizar hasta lo imposible cualquier método de presión sobre el votante, aunque sea a costa de un enorme gasto público.

Además, si se acabara con esta práctica del envío y reparto de papeletas previas a las elecciones de una vez por todas, tendría otro efecto beneficioso, aparte del ahorro: la profundización de la democracia real en este estado, que buena falta que nos hace. Ya se acabaría de una vez con el juego sucio de esos alcaldes, de uno y de otro signo, que organizan una red de “transporte” para ancianitos, personas mentalmente vulnerables, gentes cuyo puesto de trabajo depende de ellos, etc. a los que les ponen el voto en la mano, los llevan a la sede electoral, y luego vigilan que vayan directamente a la urna sin pasar por la cabina….Esa mafia que todos niegan y que es un secreto a voces… Especialmente en los pueblos pequeños, el alcalde de turno ya tiene garantizado uno o dos concejales por ese método, antes de que empiecen las votaciones. Se nota descaradamente la flota de coches, yendo y viniendo, listado en mano, para “generosamente llevar a votar” a un montón de personas. ¡¡Vaya democracia más avanzada que tenemos en Españistán! Los partidos y candidaturas que dicen que ellos sí son limpios, que no usan esos trucos perversos, que son sostenibles y no derrochadores, y tal y tal…que lo demuestren. ¿Cuándo presentarán, con máxima publicidad y conocimiento de la ciudadanía, una propuesta donde corresponda, sea parlamento central, autonómico, etc…para tener un sistema de votación limpio y sostenible como la mayoría de países democráticos del mundo? Quedamos a la espera.

Fdo. Tomás Ramos