El Ayuntamiento homenajea a María Nieves Bethencourt Guerra por sus más de treinta años trabajando en La Recova

El alcalde de la capital palmera, Juan José Neris Hernández, y la concejala de Turismo, Desarrollo Local y Mercado, Carla Rodríguez, hicieron entrega de una placa conmemorativa a ‘Mary’, como cariñosamente es conocida entre la clientela y el resto de compañeras y compañeras del mercado.

Un reconocimiento que fue recibido por sorpresa por parte de la homenajeada, que desde 1990 y a sus treinta años, inició su relación laboral en una de las lonjas de La Recova contratada por el comerciante del sector primario Silvano Rodríguez Guerra en su empresa Palmafrut S.L.  Desde entonces y hasta la fecha, Mary se ha convertido en un referente del comercio de frutos, productos y víveres de La Palma.

A este homenaje se une el agradecimiento y participación en numerosos eventos en los que ha participado elaborando diferentes recetas y propuestas gastronómicas avalada por su “buena mano como cocinera”, destacando su buen hacer en la preparación de mojos, torrijas y quesillos.

Tanto desde la Corporación como el resto de la plantilla de La Recova felicitaron a la compañera, cuya vocación de servicio y exquisita atención al público le han valido el cariño de la clientela que habitualmente compra sus productos en el mercado.

Cabe destacar que este sencillo homenaje se realiza en el marco de la celebración de la VII edición de la Semana de La Recova de Santa Cruz de La Palma, una iniciativa para potenciar el consumo local y de kilómetro cero en el municipio y que, además, coincide con el 137 aniversario de este mercado de abastos.

La Recova de Santa Cruz de La Palma, un mercado centenario

Pocas ciudades de Canarias cuentan en su municipio con un espacio emblemático con el valor patrimonial como es el caso de La Recova, el mercado de abastos de Santa Cruz de La Palma, edificado en 1886 sobre el solar del antiguo Hospital de Nuestra Señora de Los Dolores, por Felipe de Paz Pérez, uno de los maestros de obras mejor dotados para su oficio en nuestra isla.

De líneas elegantes y con una gran iluminación natural en su interior, este edificio alberga desde hace 137 años los puestos y lonjas en los que se venden productos del sector primario y de la tierra que alimentan a las familias palmeras y a los visitantes que a diario conocen este destacado rincón de la capital palmera.