Roque de los Muchachos-Parque Nacional Caldera de Taburiente.
Especies de flora endémica de las cumbres de Tenerife y La Palma se encuentran en riesgo de desaparición debido al cambio climático, cuyos efectos serían mayores en el caso de las especies botánicas de la primera isla citada, según ha informado este jueves la Universidad de La Laguna.
Estas son las conclusiones extraídas por el grupo de investigación de la Universidad de La Laguna “Plant Conservation and Biogeography”, que ha finalizado el proyecto “Generando el conocimiento necesario para frenar las pérdidas de biodiversidad de los ecosistemas canarios en el contexto actual de cambio climático”, financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información.
Este proyecto ha permitido analizar la vulnerabilidad de la flora endémica de 60 especies de las cumbres de Tenerife y La Palma en tres escenarios climáticos: presente (1990-2019), futuro a corto plazo (2041-2060) y futuro a largo plazo (2061-2080), señala el centro docente en un comunicado.
Aunque este proyecto no ha incluido toda la flora endémica de los ecosistemas estudiados, como el pinar y el retamar de cumbre, los resultados obtenidos hasta ahora muestran diferencias significativas en la vulnerabilidad de la flora de las cumbres de estas islas para los escenarios futuros.
En Tenerife la proporción de especies con riesgo alto y muy alto en el futuro (33% en el futuro cercano y 50% en el escenario 2061-2080) es el doble que en La Palma (10% para el futuro cercano y 17% para el escenario 2061-2080).
El 52% de las especies analizadas en La Palma tiene, al menos, un factor que reduce su capacidad de respuesta al cambio climático, mientras que en Tenerife este valor asciende a un 67%.
Esto indica que, a pesar de la ventaja que tiene este ecosistema en Tenerife al contar con mayor superficie, el estado actual de las poblaciones puede determinar mayor riesgo de pérdida de biodiversidad debido al cambio climático.
Este proyecto ofrece recomendaciones de manejo para cada especie analizada, enfatiza la necesidad de gestión activa para que puedan adaptarse al cambio climático e incide además especialmente en el control y erradicación de herbívoros invasores en los ecosistemas estudiados.
El trabajo ha sido liderado por la profesora titular de Botánica Juana María González Mancebo, junto con el catedrático de Botánica Marcelino del Arco Aguilar y los profesores Víctor Bello Rodríguez y Jonay Cubas Díaz, todos ellos del grupo de la Universidad de La Laguna.
También se ha contado con la colaboración de investigadores como Andreas Hamann, de la Universidad de Alberta (Canadá), y de las administraciones públicas implicadas, como los parques nacionales del Teide y de La Caldera de Taburiente.
Gracias a este proyecto y a otro previo concedido a este equipo de investigación por la Fundación Biodiversidad-Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto demográfico, se ha elaborado por primera vez una metodología precisa que incluye problemas característicos de las islas oceánicas, como son el reducido tamaño de sus ecosistemas y el estrés mantenido en el tiempo por los herbívoros invasores, como conejos, cabras, ovejas, muflón y arruí.
Esta es la primera vez que en Canarias se trabaja la vulnerabilidad de la flora canaria desde tres aspectos distintos, como son la pérdida de superficie potencial de las especies como consecuencia de los cambios de temperatura y precipitación; el desajuste que se produce en el área de desarrollo de las especies y en las localidades actuales de ocupación a medida que se incrementa la temperatura; y, por último, las posibilidades de las especies para adaptarse al cambio climático.
En este último aspecto, se considera no sólo el tamaño del hábitat donde vive cada especie y el problema de los herbívoros invasores, sino también otros aspectos como el efecto de la sequía o la capacidad de regeneración y migración que tienen las especies.
Esta línea de investigación continúa a través de un convenio de cooperación con el Gobierno de Canarias para analizar la vulnerabilidad de las comunidades vegetales de Canarias frente a los riesgos inducidos por el cambio climático, en el que se incluyen todas las islas Canarias, analizando el conjunto de su flora endémica.
Con este trabajo, que se pretende finalizar en 2026, se sentarán las bases para una gestión integrada de los ecosistemas de cada una de las Islas Canarias, que permita incrementar la capacidad adaptativa de sus especies a los efectos del calentamiento global, añade el centro docente.
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AntonioLuz
Pues nada, más subvenciones para los ecologetas par que luchen contra el cambio climático.
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