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María José Blanco, directora del IGN en Canarias y portavoz científica de la erupción de La Palma, se jubila tras 33 años de servicio

María José Blanco (IGN)-EP-

La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, se jubila tras 33 años de carrera en el servicio público en el que ha gestionado, entre otras crisis, la erupción volcánica submarina en El Hierro en 2011 y más recientemente, en 2021, la erupción de Cumbre Vieja en La Palma.

El anuncio lo ha revelado a través de Twitter el vulcanólogo Rubén López quien ha resaltado el “liderazgo” de Blanco para que finalmente Canarias disponga de su “ansiado” Centro Nacional de Vulcanología reclamado durante todo el siglo XX.

Blanco aprobó la oposición a Ingeniera Geógrafa en 1990 y fue destinada a Tenerife, siendo en ese momento “la única mujer en un campo dominado por hombres con mucha más experiencia que ella”, detalla López.

En la isla, en un servicio con “pocos medios y muy lejos de donde se decidían los recursos”, indica, fue nombrada jefa regional y además continuó su faceta científica y publicó su tesis doctoral en Sismología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Como muestra del desarrollo del IGN en el archipiélago el número de estaciones de vigilancia volcánica ha crecido exponencialmente en los últimos años pasando de no llegar a una por isla a tener más de 100.

“Reivindicativa, atenta, generosa y feminista, firme defensora de la función pública y de sus servicios regionales. Ahora le toca dedicar tiempo a quienes se lo hurtó para dedicárnoslo”, resume López a modo de conclusión.

María José Blanco fue, junto con su colega en el IGN Carmen López, el rostro visible de la comunidad científica durante los 85 días de actividad eruptiva en La Palma, tras las reuniones del comité técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en Canarias (Pevolca).

También lo fue, por la parte institucional Miguel Ángel Morcuende, igualmente jubilado.

En una entrevista a propósito del primer aniversario del comienzo de la última erupción en Cumbre Vieja, María José Blanco admitía que a los científicos que monitorizaron la actividad preeruptiva les “hubiera gustado ser más precisos” en sus predicciones, pero “es lo que hay, no hay más conocimiento”.

Recordaba que la reunión del Pevolca celebrada apenas unas horas antes de que empezara a manar la lava en la zona de Cabeza de Vaca, el 19 de septiembre de 2021, “fue larga porque era importante llegar a un consenso” sobre el informe que debían trasladar a los gestores de la emergencia, y la situación era “muy, muy complicada”, y añadió que por aquel entonces “no había indicios de una erupción inminente”.

Lo justificó en lo difícil que era saber, “en base a la información de lo que había en superficie, lo que estaba ocurriendo bajo tierra”, y tampoco en el caso de haber dispuesto de más instrumentación habrían tenido “más luz” para sus predicciones, que en lo que a la vulcanología se refiere “son muy complejas”.

En contraste con las críticas recibidas desde algunos sectores de la sociedad palmera, la labor de Blanco, el IGN y la comunidad científica en general recibió numerosos elogios por su gestión durante la crisis volcánica en La Palma, además de un reconocimiento expreso en un acto institucional en el aniversario de la erupción.

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