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Los canarios tendrán que "aprender a convivir" con las microalgas, cada vez más habituales

Archivo. Microalgas. J.C.

Los canarios tendrán que “aprender a convivir” con las microalgas, cuya llegada masiva a las costas del archipiélago será cada vez más habitual por el calentamiento global del océano Atlántico en la región de la Macaronesia.

Esta es una de las conclusiones de un equipo científico formado por investigadores del Instituto de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Instituto de Ciencias Matemáticas (Icmat), del CSIC, y de la empresa tecnológica Digital Earth Solutions (DES).

Este equipo ha desarrollado un sistema de predicción de la llegada de estas manchas de microalgas a las costas canarias con una antelación de hasta 72 horas.

Entre junio y septiembre ha estado documentando la aparición de afloramientos masivos de cianobacterias Trichodesmium en las aguas costeras de Gran Canaria, así como en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, cuya presencia, advierte, podría prolongarse hasta octubre de forma visible.

En un comunicado, los investigadores explican que este tipo de cianobacterias son muy comunes en las áreas subtropicales y tropicales, en aguas con rangos de temperatura superiores a los 23 grados centígrados.

Desde el episodio de afloramiento masivo de microalgas reportado en 2017, su presencia en aguas canarias comienza a ser más frecuente debido al calentamiento global del océano Atlántico en la Macaronesia , y el consiguiente aumento de la temperatura en esta área.

Los científicos prevén que se produzca su llegada de forma periódica, aunque no todo son malas noticias.

Porque aunque no es aconsejable el baño en su presencia, su aparición es positiva para el medio ambiente al fijar dióxido de carbono, tal y como hacen el resto de las comunidades vegetales, oxigenando las aguas en las que se encuentran y alimentando al resto de la cadena trófica.

El profesor Antonio González Ramos, de Ecoaqua, explica que las colonias en forma de “cápsulas” (tricomas) aparecen en superficie cuando hay ‘calma chicha’ en el mar, y “desaparecen” con el viento hundiéndose y dispersándose al volver a su forma unicelular.

“La población deberá a aprender a convivir con ellas”, sostiene González Ramos, por lo que cuando los ‘blooms’ (afloramientos) llegan degradados a la costa forman ‘natas’ blanquecinas (caspasas) que liberan amoníaco, que además de generar malos olores pueden provocar urticarias en caso de contacto directo.

Con lo que solo habría que prohibir el baño en las playas, o sectores de las mismas, donde aparecen, tal y como se haría en el caso de aparición de afloramientos de medusas en aguas costeras, esgrime el experto.

Para la elaboración del estudio se han empleado escenas de muy alta resolución procedentes de la constelación europea de satélites Sentinel 2A y 2B, del programa europeo de vigilancia ambiental Copernicus.

En cada imagen analizada se hicieron distintas combinaciones RGB (rojo, verde y azul) entre las 13 bandas disponibles, con el fin de identificar la presencia de la cianobacteria en los distintos escenarios ambientales.

Una vez identificados los ‘blooms’ en las imágenes de satélite, estos se aíslan del resto de la escena y son proyectados espacio-temporalmente mediante campos de corrientes horarios obtenidos del sistema europeo Copernicus Marine System.

Para ello se utiliza un avanzado modelo matemático desarrollado por Icmat/CSIC, la empresa DES y el instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que predice “de forma muy precisa” el momento y el lugar de la llegada de las acumulaciones de cianobacterias a las costas en un rango horario de hasta 72 horas.

Los afloramientos de cianobacterias forman grandes “lamparones”, o bien “líneas filamentadas” de decenas de kilómetros de longitud, dependiendo de la dinámica costera en cada punto geográfico de las islas.

En ambos casos, el sistema desarrollado por este equipo científico es capaz de detectar y predecir su evolución horaria incluyendo los posibles desgajamientos y subdivisiones de las formas originales obtenidas a partir de las imágenes de satélite.

Hasta el momento, la llegada masiva de cianobacterias ha afectado a gran parte de las playas ubicadas al sureste y suroeste de Gran Canaria, si bien ha habido reportes de llegada a las Canteras coincidiendo con periodos de calma chicha en todo el sector norte de la isla.

En las islas occidentales afectó al sureste, sur y suroeste de Tenerife, al este y sur de El Hierro, al oeste de La Palma y a todo el sur de La Gomera.

Durante agosto se encontraron hileras de todos los tamaños, muchas de las cuales medían decenas de kilómetros en las aguas calmas de las islas occidentales.

En concreto, uno de los reportes de Trichodesmium, localizado en el sur de La Gomera y en el este de El Hierro, cubría un área de 100 kilómetros cuadrados.

Esta metodología de predicción de episodios masivos de microalgas ha sido probada anteriormente y publicada en revistas internacionales por este mismo equipo de investigadores en el marco del proyecto europeo H2020 IMPRESSIVE, que tenía como objetivo el reporte y evolución de vertidos de petróleo en aguas portuarias.

De hecho, el equipo intervino en casos como el hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov en 2015 en aguas al sur de Gran Canaria, el vertido del ferry Volcán de Tamasite en el Puerto de la Luz en 2017 o los vertidos múltiples de crudo que asolaron las costas del Mediterráneo oriental en 2021.

El Trichodesmium sp es una especie fitoplanctónica procariota que “inventó” la fotosíntesis normal hace 3.500 millones de años, que ha sido heredada por sus descendientes eucariotas: microalgas, macroalgas y plantas superiores marinas.

Al igual que estas, las Trichodesmium consumen Dióxido de Carbono (CO2), producen Oxígeno (O2) y alimentan al resto de la cadena trófica marina.

El richodesmium tiene sin embargo la particularidad única de ser “diazotrófica”: es capaz de fijar Nitrógeno (N2) cuando no hay Nitrato (NO3), un gas disuelto disponible en el agua, que es la forma de Nitrógeno que utilizan el resto de vegetales unicelulares o multicelulares marinos y terrestres.

Por ello, cuando el mar está muy cálido, el NO3 de aguas profundas no aparece en la superficie, haciendo que el resto de aloframiento de microalgas, macroalgas o plantas superiores marinas no puedan proliferar.

Cuando las aguas se enfrían y mezclan con las más profundas, el NO3 vuelve a aparecer en las aguas superficiales, y con ello vuelven a reproducirse el resto de vegetales marinos, micro y macroalgas, responsables del secuestro de CO2 en el océano y la consiguiente producción de O2.

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