Marián Franquet Navarro, directora del Instituto Canario de Igualdad.
La conmemoración del Día Internacional de las Mujeres es fruto de siglos durante los cuales mujeres, conocidas y anónimas, han sido artífices de la lucha por participar en la sociedad en igualdad de condiciones con los hombres. Hoy, en pleno siglo XXI, seguimos demandando que nuestros derechos, el de las mujeres, sean efectivos, y la igualdad plena, real y efectiva.
El Día Internacional de las Mujeres se trata de una ocasión más para reclamar los derechos pendientes y rendir el merecido tributo a las mujeres que a lo largo de nuestro pasado, también de nuestro presente, se han enfrentado al machismo, a la misoginia, a la exclusión, a la invisibilidad o a la falta de reconocimiento a su labor para el desarrollo de las sociedades. Mujeres que dedicaron su vida, y en algunos casos la perdieron, al acto pacífico de pedir su dignidad, y que han hecho posible que hoy podamos contar los logros alcanzados.
El 8 de marzo es una fecha para la reivindicación, en pro de la igualdad, la justicia, la no violencia y el desarrollo, porque pese a que se han producido avances, estos han sido lentos y dispares, y las desigualdades siguen siendo notorias.
En las redes sociales se conmemora esta fecha con felicitaciones, como si fuera el santo o el cumpleaños de las mujeres, a las que también se les regala flores, olvidando que lo que estamos reclamando es acabar con la desigualdad por razón de género y que esa lucha es de todas y de todos, no solo de las mujeres. No queremos felicitaciones, ni flores, queremos implicación, unidad de acción y compromiso para lograr la igualdad.
En el mundo pervive aún la violencia física, psíquica, sexual y económica contra las mujeres, que seguimos siendo las principales víctimas de la pobreza, y sufrimos discriminación en todos los sectores: sigue siendo escasa la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad y existe un techo de acero para llegar a los puestos de poder, padecemos especialmente la precariedad laboral y se nos discrimina en los salarios. Tenemos serias dificultades para conciliar la vida laboral y personal y sufrimos la falta de corresponsabilidad en los cuidados.
No hay motivos para la flores y las felicitaciones, pero sí para colaborar y sumar férreas voluntades con el cometido de que la igualdad impregne el día a día en todos los ámbitos de la sociedad. La lucha es difícil porque en muchas ocasiones la discriminación es sutil, y corremos el riesgo de normalizar esas situaciones. Por ello, debemos unir fuerzas para defender los logros conseguidos e impedir retrocesos.
Con este espíritu, este 8 de marzo en Canarias celebramos por primera vez un acto unitario. Con el lema "8 de Marzo. 8 Islas por la Igualdad", la Federación Canaria de Municipios (FECAM), el Consejo de Ciudadanía de La Graciosa, los siete cabildos insulares y el Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias nos unimos para alzar la voz en defensa de la igualdad entre mujeres y hombres.
En un acto simultáneo en las ocho islas, entre las 11:00 y las 12:00 horas, se celebrará un maratón de lectura de la obra "Él", de la escritora canaria y luchadora por los derechos de las mujeres, Mercedes Pinto. Nuestras armas serán, una vez más, las más punzantes: la palabra y las ansias por derrotar a la desigualdad, a la discriminación y a la violencia de género.
Invito a todas y a todos a este gran maratón en pro de la igualdad real entre hombres y mujeres, porque necesitamos el empuje y el aliento de toda la sociedad para llegar a la ansiada meta. También animo a los medios de comunicación a sumarse a esta lucha, ya que son un altavoz fundamental para sobrepasar barreras y cambiar la mentalidad de nuestros jóvenes y mayores.
Somos conscientes de que este maratón es una carrera de larga distancia, que son aún muchos los kilómetros que nos separan de la meta deseada, pero los recorreremos sin descanso, sin pausas, paso a paso.
*Directora del Instituto Canario de Igualdad
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