La Caldera de Taburiente, declarada parque nacional en 1954, tras los de Ordesa y Monte Perdido (1918), Montaña de Covadonga (1918) y Las Cañadas del Teide (1954), ha conmemorado este 30 de octubre sus 70 años gozando de la máxima distinción como espacio natural.
Situado en La Palma, el parque es conocido por su peculiar formación geológica en forma de circo de 8 kilómetros de diámetro y 2.000 metros de desnivel, modelado por sucesivas erupciones volcánicas, deslizamientos y la erosión del agua.
Su escarpado paisaje, atravesado por torrentes y arroyos de gran fuerza, alberga una notable biodiversidad con una alta concentración de especies endémicas canarias.
En el acto de aniversario, el consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Mariano Hernández Zapata, ha destacado la relevancia del parque para la identidad de los palmeros y de todo el archipiélago.
“Los gestores y personal han dado lo mejor de sí mismos para que podamos seguir disfrutando de la Caldera en su máximo esplendor”, ha expresado Hernández Zapata, que también ha enfatizado el compromiso de las autoridades canarias en su conservación, “garantizando el disfrute de su paisaje único sin comprometer su protección”.
El vicepresidente del Cabildo de La Palma, Juan Ramón Felipe, ha valorado el esfuerzo intergeneracional que ha hecho posible la protección de la Caldera de Taburiente, señalando que “muchas personas —guardabosques, funcionarios, políticos y sociedad en general— han contribuido a mantener esta maravilla natural”.
“Nos corresponde como responsables asegurarnos de que nuestros hijos y nietos la disfruten como nosotros hoy”, ha afirmado.
El director de la Administración General del Estado en La Palma, Carlos García, afirmó que esta celebración debe significar para la sociedad palmera orgullo y responsabilidad: “Orgullo porque disponemos de un Parque Nacional que se configura como clave de bóveda de un ecosistema tan especial como el de nuestra isla de La Palma, Reserva Mundial de la Biosfera; y responsabilidad, porque somos los garantes de que podamos seguir disfrutando de este privilegiado enclave natural durante muchos años”.
El director del Parque Nacional durante las últimas tres decenios, Miguel Ángel Palomares, ha hecho hincapié en el valor geológico y la biodiversidad de este ecosistema, mencionando que, aunque fue declarado parque por su “espectacularidad paisajística”, hoy se le reconoce también por su riqueza arqueológica y alta endemicidad.
“Este espacio, uno de los más importantes a nivel mundial para geólogos, ha contribuido al estudio de las islas oceánicas. Sin embargo, nuestro reto es restaurar el impacto de prácticas desarrolladas desde tiempos aborígenes, como el fuego y el pastoreo, para acercarnos al paisaje original de la Caldera”, ha explicado Palomares.
Un símbolo histórico
La Caldera de Taburiente cuenta con valor naturales y culturales excepcionales, como son la depresión calderiforme, y la multitud de diques, acantilados, roques, barrancos y cavidades volcánicas que se encuentra a lo largo de todo su perímetro, así como las fuentes y cascadas de agua.
Se trata de un ecosistema donde domina el pinar canario y que cuenta con un alto porcentaje de endemismos de flora y fauna, muchos de ellos protegidos. Además, a lo largo de su superficie, que comprende un total de 4.387,88 hectáreas, se pueden encontrar yacimientos arqueológicos de los benahoaritas (antiguos pobladores de la isla), así como numerosas galerías para aprovechamiento de agua, recurso fundamental en la isla.
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vicaray
jajajaja ni que fuera churchil para poner su nombre en la placa, cuanto egocentrismo, no te olvides de pagar la multita de la tuberia
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Alfonso Garcia
Mariano otra vez en La Palma? No, gracias. Cuanto más lejos, mejor.
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