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Arqueología

El Cabildo realiza un inventario de los restos que alberga el Museo Arqueológico

  • Se ha contratado a tres arqueólogas durante cinco meses

El Cabildo ha contratado a tres arqueólogas (en la foto) durante cinco meses para que realicen un inventario de los restos depositados en el Mueso Arqueológico Benahoarita.

El Cabildo de La Palma ha comenzado la realización de un inventario de todos los restos óseos y arqueológicos que se encuentran depositados a través de donaciones en el Museo Arqueológico Benahoarita (MaB), para lo que se ha contratado a tres arqueólogas durante cinco meses.

La apertura del MaB, en abril de 2007, se llevó a cabo especialmente con restos arqueológicos procedentes de tres colecciones privadas, la de Miriam Cabrera, Tomás Oropesa y Ramón Rodríguez. De la primera de ellas ya se realizó el correspondiente inventario por la arqueóloga Verónica Barroso.

Posteriormente, se trajeron desde el Departamento de Arqueología de la Universidad de La laguna todos los restos benahoaritas que allí se encontraban desde hacía más de 30 años. Los únicos yacimientos inventariados eran los de la necrópolis de El Espigón (Puntallana), el Ara B de El Tendal (San Andrés y Sauces) y El Rincón (El Paso). De los restantes vestigios apenas si se conoce algo más que su procedencia.

A raíz de la apertura del Museo Arqueológico Benahoarita han sido donados también una gran cantidad de restos arqueológicos procedentes de distintas zonas de la Isla. Estos restos han sido entregados por Carlos Abreu Díaz, Casiano Melián Cruz, Luis Miguel Robayna Simón, o Anibal Pérez Ramos, entre otros muchos.

Por todo ello, la Consejería de Cultura, Educación y Patrimonio Histórico ha emprendido el proyecto de realizar el Inventario de los restos arqueológicos que actualmente están depositados en el Museo Arqueológico Benahoarita. Para ello se ha contratado a tres arqueólogas durante cinco meses.

Las investigadoras son Nuria Álvarez Rodríguez, Ylaisa González Navarro y Beatriz Brito Castañeda. Cada pieza, por pequeña que sea, va a constar de un registro y ficha en la que se recogerá la mayor información posible de su procedencia, características, tipología, mediciones, o fotografías.

Los trabajos se van a centrar en el inventario de los restos procedentes de las colecciones de Ramón Rodríguez Martín y Tomás Oropesa Hernández, así como el estudio de los numerosos restos humanos procedentes de los yacimientos de El Espigón (Puntallana), Huerto de Los Morales (Garafía), Salto de Casimiro (El Paso), o Barranco de Briestas (Garafía).

La colección de Ramón Rodríguez Martín está formada por abundantes y variados vestigios que proceden de toda la Isla, aunque una buena proporción son de Garafía.

Entre las piezas destacan algunas que se pueden considerar auténticas joyas de la arqueología palmera como, por ejemplo, la denominada vasija de La Reina, el esferoide en forma de pico, la "pintadera" de piedra de La Cueva de Las Goteras (Villa de Mazo), los petroglifos grabados por ambas caras de las cumbres de Garafía, o el anforoide de Fondero (Las Tricias. Garafía).

A todo ello se añade una veintena de cuencos de barro, grabados rupestres de motivos geométricos ejecutados con técnica incisa y picado, una riquísima y variada industria ósea y malacológica, restos humanos, miles de fragmentos de cerámica y piezas líticas, u objetos de madera.

La colección de Tomás Oropesa Hernández alberga, fundamentalmente, restos arqueológicos procedentes del municipio de Breña Alta, aunque también cuenta con materiales de Villa de Mazo, Garafía, Santa Cruz de La Palma, Puntallana, o Tijarafe.

Sin duda, destacan los restos humanos quemados y las vasijas de la Fase II procedentes de la gran necrópolis conocida como Cueva de Los Huesos (La Grama. Breña Alta). Así mismo, la industria ósea, con un centenar de punzones de hueso y numerosas cuentas collar y colgantes de hueso, es realmente espectacular con piezas que son únicas dentro de la arqueología palmera.

A todo ello se añaden molinos de mano circulares y uno de los pocos naviformes que se conocen en la Isla, colgantes de piedra cochinera y en conchas marinas, un cuenco de madera decorado con incisiones, "mocas" y cucharas de la misma materia prima.

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