(de izqda a drcha) Teresa González de la Fe, la directora del curso, Teresa González Pérez y Marina Núñez Gil.
Mientras que en el conjunto de la Universidad tres de cada cinco estudiantes son mujeres, sólo 6 de cada 100 cursan estudios tecnológicos. Un dato que en el caso de los hombres evidencia que 20 de cada 100 se decanta por titulaciones relacionadas con este ámbito académico explicó en la mañana de hoy la catedrática de Sociología de la Universidad de La Laguna (ULL), Teresa González de la Fe, en su ponencia sobre "Ciberciudadanas: El segundo mito de la tecnofobia femenina" impartida en el marco de la XI edición de los cursos de verano de la Universidad Ambiental de La Palma (UNAP).
No obstante, el sesgo de género es una constante no sólo en lo que a estudios universitarios se refiere sino que también afecta a los estudiantes de Bachillerato y de Formación Profesional Superior donde mientras los ciclos de Imagen personal y Administración están completamente feminizados, los de Electricidad, Electrónica y Mecánica están completamente masculinizadas.
Datos que, para la ponente, implican que, "al menos en un futuro próximo, a cinco años vista, el panorama de la ausencia femenina de las profesiones tecnológicas no va a cambiar porque no existe curva de crecimiento en lo que al número de alumnas se refiere" y advirtió del riesgo que implica "la importante brecha digital existente entre hombres y mujeres no sólo a nivel académico sino social en un ámbito que como el tecnológico avanza rápidamente y cuyo dominio resulta imprescindible para la vida cotidiana".
En este sentido resaltó que "las mujeres no podemos ser únicamente especialistas en tecnologías del hogar, sino que tenemos que dominar las tecnologías rentables que son el centro de la sociedad del conocimiento y aprovechar nuestro talento aplicado a este campo".
Aunque reconoció que las causas de este fenómeno son complejas y requieren de estudios en profundidad, González de la Fe apuntó a que en gran medida tiene que ver con las imágenes de sí mismas que las niñas van construyendo durante la socialización primaria, las cuales difieren profundamente de las de los niños.
La ponente hizo especial hincapié en aquellas teorías que intentan atribuir explicaciones fisiológicas a la ausencia de las mujeres en las profesiones tecnológicas, aludiendo a las diferencias entre el cerebro femenino y masculino. Teorías a su juicio "inviables ya que, aunque sean pocas, existe presencia de mujeres en estos campos".
La catedrática de la ULL se mostró partidaria de aquellas corrientes que explican este rechazo de las mujeres a las profesiones técnicas, llamado tecnofobia, a factores culturales y sociales ya que "por una parte, las condiciones sociales en que se desarrollan las vidas de las mujeres, especialmente la"doble jornada", hacen que éstas se orienten a ocupaciones y profesiones del sector público" y porque, además, "los modelos femeninos que sirven de ejemplos y referentes a las niñas y las jóvenes poco tienen que ver con las capacidades y destrezas tecnológicas".
Para contrarrestar esta situación, Teresa González reivindicó la necesidad de poner en práctica acciones especiales en el ámbito familiar y educativo capaces de motivar y atraer a las niñas a las tecnologías.
"Necesitamos que las ingenieras y las tecnólogas ya establecidas comuniquen sus experiencias y sirvan de modelos para las escasas jóvenes inclinadas hacia las tecnologías" expuso la ponente quien, además, demandó el diseño de programas de fomento de las vocaciones científicas y tecnológicas dirigidos a niñas y jóvenes y el desarrollo de campamentos tecnológicos para niñas "dados los buenos resultados que están dando en otros países y que, sin duda, son un ejemplo interesante a seguir para reducir y eliminar la tecnofobia femenina en nuestro país".
Finalmente Teresa González explicó que pese a los avances, se mantienen diferencias entre hombres y mujeres en el acceso a Internet y, sobre todo, en los usos de Internet aunque en su opinión "el uso de Internet no es lo más importante, lo fundamental es el diseño y creación de tecnologías y tenemos que velar para que los contenidos de las web y el software no responda única y exclusivamente a los intereses y necesidades de sus diseñadores que, hoy por hoy, son mayoritariamente hombres".
Fisuras y caretas
Teresa Gonzalez de la Fe compartió mesa y jornada con la especialista en Teoría e Historia de la Educación y profesora titular de la Universidad de Sevilla, Marina Núñez Gil, que analizó detalladamente las paradojas de la igualdad y abogó a lo largo de su ponencia "por sellar las fisuras existentes en la actualidad, esas por las que se filtran modelos de identidad de género que nos hacen más vulnerables y quitarnos la careta que está solapando la realidad porque en lo que a igualdad se refiere nos queda mucho camino por recorrer".
Núñez Gil abordó la importancia de la educación como sistema, herramienta y estrategia del cambio y apostó por la coeducación entendida desde el punto de vista de la educación crítica y estructurada en torno a los conceptos de convivencia, compromiso, creatividad y justicia. Un sistema capaz de compensar la discriminación histórica a la que ha estado sometida la mujer en sus diferentes ámbitos y que requiere la implicación de todos los agentes que intervienen en el proceso educativo: familias, entorno y escuela.
"Tenemos que reconocer y reconocer los conflictos actuales que sufre el sistema educativo y la sociedad en general porque no podemos seguir aprendiendo y mucho menos reproduciendo modelos de identidad sexuada" explicó la académica sevillana que culminó repasando gráficamente destacados ejemplos de publicidad sexista, videojuegos infantiles de descarga gratuita sexistas y con grandes dosis de violencia o canciones de artistas españoles donde la lectura de género es fácilmente perceptible.
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