El Punto Limpio de las Breñas, situado junto a la depuradora comarcal, sigue cerrado después de más de diez meses de terminadas las obras mientras la basura (desde bidones hasta colchones y electrodomésticos varios) se acumula por fuera dando una imagen poco adecuada de lo que debe ser una instalación de estas características que se ha convertido en un vertedero improvisado.
Esta situación fue denunciada hace ya algunos meses por los socialistas en un pleno del Cabildo, sin que de momento haya cambiado nada, salvo que el volumen de la basura ha aumentado para enfado de algunos ciudadanos que dicen verse obligados a depositar los residuos allí, pese a que todavía la instalación no está señalizada ni en funcionamiento aunque, eso sí, los horarios están puestos, porque no tienen otro lugar donde dejarla y el Punto Limpio de Puntallana les pilla lejos.
Las obras se este punto limpio se adjudicaron en enero del pasado año con un presupuesto que ascendió a 330.857,57 euros y un plazo de ejecución de cinco meses y según denunciaron los socialistas en sesión plenaria "paradójicamente llevamos más tiempo esperando para que la obra sea entregada por el Gobierno de Canarias, que lo que se tardó en la ejecución de la misma". La ejecución duró cinco meses y más de diez meses después sigue cerrada a cal y canto. La instalación está limpia por dentro pero sucia por fuera.
El tratamiento adecuado de los residuos sigue siendo una de las principales asignaturas pendientes de esta Isla, declarada Reserva Mundial de la Biosfera, que sigue esperando aún por la puesta en marcha del ansiado complejo ambiental de residuos de Los Morentos, en Mazo, un proyecto que lleva años de retraso, y por el que soporta en pleno siglo XXI un gran vertedero, el de Barranco Seco, situado a escasos metros de la carretera del norte, en el que se entierran las basuras de toda la Isla, con los consiguientes malos olores que desprende para disgusto de los vecinos de la zona y de los conductores que transitan a diario por esta vía.
