En relación con la noticia publicada ayer por este periódico a raíz de una denuncia realizada por unos particulares sobre la muerte de numerosas ovejas en el cortafuego de Barlovento por abandono y frío, el consejero de Medio Ambiente, Julio Cabrera, ha salido al paso para decir que "sólo se han muerto tres ovejas" y que fue por "empacho". El consejero aclara además que algunos ganaderos cedieron sus animales para ponerlos en el cortafuego y que posteriormente se los llevaron ellos mismos, de modo que no fueron robados.
Julio Cabrera explica también que "posteriormente una persona de la Consejería de Medio Ambiente trajo sus propias ovejas, que son las que están actualmente en el cortafuego de Gallegos, en Barlovento". "Sí es verdad que murieron tres. Fue al principio de llegar y murieron por empacho. No las mató nadie ni fue por frío".
El consejero de Medio Ambiente añade que actualmente hay cuatro ovejas, que las mismas tienen una caseta para resguardarse y que son visitadas periódicamente por personal de Medio Ambiente del Cabildo, por lo que "en absoluto están abandonadas. Precisamente el primero proyecto comenzó con cabras, y se sustituyeron por ovejas debido a que las primeras saltaban la alambrada y generaban problemas".
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