Miles de palmeros visitaron ayer, Día de todos los Santos, los distintos cementerios de la Isla para llevar flores y rezar por los seres queridos desaparecidos. Se conmemora así el Día de los Difuntos que se celebra cada 2 de noviembre.
Los camposantos por unas horas se llenaron de vida y las flores adornan las tumbas y sepulcros en memoria de los que se han ido para siempre aunque siguen vivos en nuestro recuerdo. Un hombre con los ojos llorosos nos comentaba en el cementerio de Santa Cruz de La Palma, que hacía diez años que se había muerto su mujer y que ni un solo día, desde entonces, había dejado de pensar en ella. Su tumba este lunes, como casi todas, estaba llena de flores.
Escenas similares de recuerdo se han vivido en cada camposanto, aunque también en estos días hay gente que sufre en silencio porque no tienen un lugar donde llorar a sus muertos o simplemente depositar una flor de recuerdo y de cariño. Son los familiares vivos de las personas asesinadas durante la guerra civil, más de cincuenta en La Palma, que todavía hoy siguen buscando sus restos para darles cristiana sepultura.
