Conozco pocas personas con unos principios tan firmes como María de Haro. Unos principios inculcados desde la infancia por nuestra familia: ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, ser siempre íntegros y honestos. Lo que nos decía nuestra abuela: ser personas "de fundamento".
Bien sabe ella que, aunque la apoyamos en su decisión de implicarse en política, sus familiares cercanos hemos visto como trabajaba hasta la madrugada, fines de semana y jornadas maratonianas con el único fin de ayudar en todo lo que estuviera en su mano a los demás. Su implicación ha sido tal que por momentos temíamos que le costara la salud ese continuo trajín de viajes de trabajo, falta de sueño, comer dónde le cuadrara. No se piense que esta devoción por lo público tenía motivos económicos. Al contrario, se perfectamente que le costaba dinero.
Para que me entiendan, María es de ese tipo de personas incapaz de mirar a otro lado ante una injusticia. Una idealista convencida de que esta sociedad podría ser mejor. Su sentido profundo de la responsabilidad le ha llevado a enfrentarse contra el muro de los que están en lo público más por interés propio que por vocación de servicio al ciudadano.
Como es sobradamente conocido a estas horas, mi hermana ha sido imputada por un presunto caso de falsificación documental por su breve etapa al frente de la Escuela de Servicios Sanitarios (ESSCAN). Está imputada pero no tiene absolutamente ninguna información de lo que se le acusa por esa figura llamada "secreto de sumario".
Un secreto de sumario para ella, pero no para los medios y la opinión pública a los que se filtra la información con nombres, apellidos. La opinión pública sabe más del caso que ella misma.
Me pregunto en qué clase de estado de derecho vivimos en el que se ordena la detención de un ciudadano sin saber siquiera de qué se le acusa. ¿Qué tipo de secreto de sumario es este que lejos de proteger los derechos del afectado, lo deja totalmente indefenso? ¿Qué tipo de justicia y fuerzas de seguridad tenemos que filtran interesadamente una información con el único fin de perjudicar a un partido u otro con fines electorales, sin importar si para ello se llevan por delante la reputación de un ciudadano inocente?
Cuando todo esto pase, el daño moral y al honor (esta palabra lamentablemente tan pasada de moda) causado a una persona absolutamente íntegra y honrada será difícil de restañar. Los que hoy alimentan el linchamiento mediático, alguien que mañana podría ser usted o yo, se lavarán las manos y pondrán mil excusas para escurrir el bulto. Así funciona esto.
Yo denuncio públicamente, como muchos de los que la conocemos, que María está siendo víctima de una enorme injusticia, víctima de un sistema en el que todo vale por un puñado de votos. Los mismos que piden firmas por los derechos humanos en el tercer mundo son los que diseñan, alimentan y dirigen un sistema que permite aplastar sin posibilidad de defensa a un ciudadano honrado con el único fin de permanecer en el poder. Todo vale para estos sinvergüenzas sin oficio ni beneficio. Estos que desconocen lo que es el Servicio Público. Los que no saben lo que es el Bien Común. Estos que ya olvidaron, si alguna vez lo supieron, el significado de la palabra dignidad.
Desde la indignación, todo mi apoyo a María. Esto pasará y quedará en el recuerdo como un mal sueño, pero lastimosamente lo que no cambiará es este país supuestamente democrático, un país con las entrañas corroídas por la podredumbre moral de esos que piensan que el fin justifica los medios.
Fdo:
Ginés de Haro Brito, Sonsoles de Haro Brito.
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Senecadelvinotea
Confío en la inocencia de Mª de
Haro.
El tinglado de los falsos títulos era muy anterior
a su llegada al frente de
la Escuela de Servicios Sanitarios.
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