Los alumnos del CEIP La Rosa-Camino Viejo de El Paso, nominados con el primer premio europeo eTwinning en la categoría de 4-11 años, han viajado a Budapest, vía Madrid, con motivo del acto de entrega del premio que tendrá lugar el jueves a las 15:15 horas y del "eTwinning Camps". En la ciudad húngara conocerán a sus compañeros de aventuras, alumnos de un colegio finés, con los cuales han trabajado conjuntamente todo el curso pasado y que sólo se han visto a través de la Web.
El número total de asistentes a este evento supera los 530 profesores y 120 alumnos de 31 países europeos que se reunirán para celebrar el éxito de sus proyectos, establecer redes de comunicación y colaboración, y contribuir al desarrollo de eTwinning, la mayor comunidad de centros escolares de Europa.
Aunque los programas de actividades de los profesores y de los alumnos son independientes, incluyen actividades conjuntas que les permitirán interactuar. El hecho de que este año asistan los alumnos, supondrá una gran oportunidad para que se produzca un fructífero intercambio de experiencias entre alumnos y profesores.
El proyecto realizado por el CEIP La Rosa-Camino Viejo desarrolla la autonomía y colaboración del alumnado haciendo uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación. eTwinning es una acción educativa de la Comisión Europea que forma parte del Programa Comenius. Tiene como objetivo crear proyectos de colaboración escolar a través de Internet entre dos o más centros educativos de países europeos diferentes, de manera que trabajen juntos, aprendan uno del otro y creen lazos de amistad.
La responsable del proyecto, Annette Westerop, explica que el objetivo del trabajo era reducir la distancia que separa a los alumnos de su colegio con los del Centro Ohkolan koulu (Sari Auramo, Finlandia). "Para acortar esa distancia decidimos juntarnos en una ciudad europea intermedia situada en la línea imaginaria que une las dos poblaciones de origen. Y como cualquier viaje que se planea, hay que conseguir financiación y prever todo lo necesario".
Las coordinadoras de este proyecto-periplo organizaron al alumnado en grupos de nacionalidad mixta hispano-finesa y les propusieron una competición cuyo objetivo fue el encuentro de todos los socios europeos miembros del mismo equipo. El ganador era el equipo que primero se reunía. Para ello, y después de haber acordado el medio de transporte a utilizar, estudiantes de cada país recorrieron una parte del trayecto que les separaba.
"Como suele ocurrir en los viajes de aventuras, éstas están llenas de vicisitudes y las han resuelto superando pruebas de mucha dificultad que han quedado archivadas en el cuaderno de bitácora: han buscado la ruta más adecuada, han utilizado un sistema de coordenadas, localizando puntos en un mapa, han explorado las ciudades por las que han pasado, han estado atentos a la meteorología, han tenido que conseguir las monedas de curso legal. Cada prueba superada y según su dificultad generó crédito para comprar el combustible necesario para la siguiente etapa del viaje", agrega la docente.
"A pesar de que el trayecto ha sido largo y ha durado un curso, los grupos se han mantenido compactos durante toda la travesía y han colaborando de forma eficaz. Con ayuda de las herramientas de comunicación (chat, email, vídeo conferencia…) han estado al tanto de las necesidades y la evolución de cada etapa; instrumentos de observación les han permitido captar imágenes de reconocimiento aéreo y singularidades de los lugares geográficos; y dispositivos de grabación han servido para almacenar la información más relevantes y comprometida", concluye.
Últimas noticias
Lo último en blogs