La cruz del CEIP Manuel Galván viajó al centro de Universo

El Colegio de Educación Infantil y Primaria Manuel Galván de Breña Alta también celebró la festividad de la Santa Cruz con la confección de una cruz que en esta ocasión viajó al centro del Universo. Con trabajo, con   ilusión y con el material necesario, los alumnos, guiados por el profesorado, lograron hacer una recreación muy divertida y espacial en la que había traje y nave espacial,  estrellas y por supuesto una cruz.

Este el relato de cómo surgió la idea y de cómo se hizo realidad con la participación activa de los alumnos:

"El primer paso para preparar el enrame de la cruz es decidir el tema. En el colegio Manuel Galván pensamos que si el curso pasado fue el fondo del mar el escenario que acogía frescamente a la cruz, este año podíamos mirar con fantástica ilusión a lo alto del cielo para situarla.  Y así se comienza a diseñar un pequeño extracto de nuestro Universo con los materiales que los niños manipulan y organizan siguiendo las orientaciones de la maestra Reyes, durante casi un mes, mayordoma o astrónoma mayor del colegio.

Nuestro planeta azul debía tener un lugar preferente en nuestro universo y por ello se dibujan bien los continentes que los niños colorean para después surfear con brochas sobre los azulados océanos que tanto debemos cuidar.

Los niños quieren ver nuestro planeta desde fuera, pero para ellos hay que preparar bien el viaje. Conseguimos cartón y papel debidamente pintado y pegado por los chicos, el cual se hace mágico para convertirse en un eficaz traje de astronauta que nos permita hacer el viaje espacial en condiciones mínimas de seguridad.

Con el traje espacial no es suficiente, ahora toca preparar nave espacial que transporte a los astronautas debidamente ataviados. Todos no podrán subir a la nave a la misma vez, pero no hay problema, porque los materiales al ser reciclables y ligeros ayudarán a que el viaje sea rápido, ecológico y que de grupo en grupo viajen después de aportar los colores mágicos que inyectarán la mágica potencia que permitirá el despegue de la nave. Ya vuelan con la nave y entonces ven la estrella más cercana, el radiante sol que nos invita a mirarlo con prudente respeto y distancia de precaución. Nuestros alumnos supieron darle el brillo que caracteriza su calidez canaria.

El cielo es uno y muchas las estrellas que en él vemos. La ilusión de varios niños en la elaboración de cada estrella, depositando en cada una de ellas su mejor sueño particular, aporta un grupo de estrellas en la armonía propia del trabajo en equipo.

Ahora, ya podemos transportar nuestra cruz al centro de nuestra construcción universal escoltada por cohetes espaciales que la anuncian por uno y otro lado describiendo órbitas fantásticas, siendo la luna testigo silencioso de la feliz celebración del día de la cruz, festejada por padres e hijos, mayores y jóvenes, festiva tradición que sea siempre transmitida de generación en generación".