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Miguel Leal Cruz

La Palma y Cuba: Hermanamiento secular

  • Periodismo histórico

Hacia 1496, comienza el trasiego migratorio de habitantes de La Palma hacia Cuba, resto de las Antillas y América continental. La conquista y colonización de ambos archipiélagos, canario y cubano, coinciden parcialmente en el tiempo, al final de la conquista del primero y comienzo en el segundo, desde las postrimerías del siglo XV. La consolidación sistemática se llevó a cabo en los siglos XVI y XVII con una base demográfica procedente de la península Ibérica para ambos. Los aborígenes canarios habían sufrido algunas pérdidas en su población durante la conquista, la mayoría deportados como esclavos, al principio, o como guerreros en las otras islas donde pasaron a depender de la nueva administración (también hubo muertes por enfermedades). Si bien, a pesar de todo, está constatado perduraron los dos tercios del total, al parecer, que se integran en la nueva estructura social (Gaspar de Fructuoso y otros) o contribuyeron, en gran número a poblar América, según Francisco Morales Padrón.

Para Cuba la población existente en 1492 a la llegada de Colón sufrió un fuerte impacto, con extinción de la mayoría por falta de adaptación al choque cultural y a los nuevos virus importados. Sin embargo, los canarios sí superaron aquel encuentro por los continuos contactos anteriores. Por esta circunstancia fue necesaria la importación de población negra africana a Cuba en la que estas islas tampoco fueron ajenas como demandantes, y bases de escala y aprovisionamiento.

En una primera época, los cultivos para la obtención de azúcar fueron los que más se extendieron, a través de plantaciones de caña, junto a los ingenios azucareros, puesto que los canarios, con técnica de Madeira, eran auténticos especialistas, según Ana Viña Brito; cultivaban, además, trigo para Canarias y maíz para Cuba, amen de otros productos de consumo interno en ambos Archipiélagos. En este momento fue pronto necesario establecer otras estrategias agrícolas para abastecer a las flotas que hacían escala en sus viajes a América; así se extendieron los campos de cereales, frutales y, sobre todo, de vid, de la que se obtenía buen vino que acabó convirtiéndose en uno de sus principales productos comerciales hasta bien entrado el siglo XVIII.

Es incuestionable y así confirmado que estas relaciones canario-cubanas, o viceversa, han descansado fundamentalmente en el aspecto migratorio; tanto de canarios a Cuba, cubanos a Canarias o al resto de España, relaciones que hoy han superado en mayor profundidad al mismo aspecto migratorio. Los asentamientos canarios en Cuba, desde dicha modalidad, precisa aún mayor estudio y análisis por su antiguo papel de pobladores necesarios e imprescindibles. La presencia de los mismos constituía el aspecto fundamental para los fines colonizadores de la Monarquía Hispana.

La Palma probada por unos siete mil autóctonos (no aborígenes, acepción esta en desuso), se adaptaron fácilmente a la nueva administración en la que continuarán con sus ocupaciones pastoriles o agrícolas en sus comarcas de origen… Si bien, ante la falta de pobladores para las nuevas colonias americanas, muchos embarcaron voluntariamente, parece, hacia aquellas posesiones, según refleja el historiador palmero Salvador Herrera.

Fue importante su capacidad productiva y reproductiva que favoreció en gran medida aquella política repobladora y en consecuencia socio-económica. Esta medida evitó la pérdida de varias islas antillanas, Jamaica y otras, precisamente por falta de población hispana, y no sólo por falta de medios o el pésimo control administrativo, para caer en manos francesas, holandesas e inglesas… e incluso de piratas; enemigos acérrimos de la España de aquella época…

Tanto en occidente, centro y oriente cubano, se constata cuantitativamente la presencia canaria, en orden al momento en que se producen dichos asentamientos para ir avanzando hacia oriente ocupando nuevos espacios desde La Habana o Pinar del Río, hasta Santiago de las Vegas, Matanzas, Placetas, Villa Clara, Cienfuegos y en el Sur Oriental, Sancty Spíritus, y poblaciones circundantes en especial Cabaiguán (la población con mayoría de "isleños", por antonomasia), para continuar hasta la región de Santiago de Cuba, Palma Soriano, etc.

Las condiciones de vida de éstos desde su salida de las Islas Canarias hasta su llegada y estancia en Cuba, han sido analizadas en diversos tratados, destacando Julio Hernández García, y en numerosas ponencias, coloquios y comunicaciones sobre el tema. Amplia bibliografía en publicaciones canarias, CHCA, TEBETO…

La mayoría se limitan a la economía y elaboración del tabaco y su influencia en la estructura social en siglo XVIII y XIX, que juntamente con el cultivo, alzado y muela de la caña son las principales ocupaciones del "isleño". El ferrocarril inicial y su construcción fue soporte de mano de obra y de avance social y económico para muchos emigrantes; a pesar de las vidas humanas que costó a los "isleños".

La conocida "emigración golondrina" de temporeros a lo largo del siglo XIX fundamentalmente, con viajes de "ida y vuelta", pero no suficientemente estudiada salvo por Alberto Galván Tudela y sus pupilos antillanos. No olvidar el tópico Tributo de Sangre (familias forzadas, a cambio de fletes mercantiles), en uso durante determinada época del siglo XVII.

Las luchas sociales con participación canaria en estos aspectos desde los primeros momentos, es notable. La presencia canaria en las guerras de independencia desde "La Guerra de los Diez años", hasta la de 1895-1898. Los combatientes canarios en la lucha contra bandidos en la lucha de Scambray, en periodos históricos más recientes pre y post revolucionarios que, para periodos determinados, analiza exhaustivamente Manuel de Paz en dos amplios tratados.

Por tanto, resulta obvio que para estas Islas Canarias sería inconcebible hablar de su historia pasada ni no se la une a la de Cuba. Ambos archipiélagos se entrecruzan tanto en sus relaciones humanas como, en consecuencia, socioeconómicas y culturales que tendrán lugar desde el mismo momento que finaliza la conquista y colonización paulatina de las islas por normandos y castellanos a partir del siglo XV, para continuar de forma constante; se conoce que la integración hispana de Tenerife, última en la incorporación al unificado reino castellano, es coincidente con la que tendrá lugar en Cuba y tierra continental americana, según se recoge en libro de reciente presentación en La Palma, Canarias Cuba, perspectivas.

Aquel pretérito acercamiento se hará más intenso en las tres primeras décadas del pasado siglo, a través de continuo intercambio que sus gentes mantienen en permanente flujo migratorio a la Gran Antilla. Aquellos que fueron a trabajar y ganar los centenes, los que retornaban con el premio del laborioso esfuerzo, para adquirir propiedades o construir casas típicas de dos plantas, y los más que llegaban, sin éxito, sin pesos y a veces repatriados con la salud perdida después de años de soportar el riguroso clima tropical de difícil adaptación para el "isleño", a pesar de cierta similitud climática tropical en ambos espacios geográficos situados en ambos extremos del proceloso Atlántico.

Si bien se intuye que si Cuba permite la necesaria apertura económica para aceptar nueva inmigración hispana, será La Palma, otra vez, la primera en coger los bártulos para emigrar a la isla hermana, por las razones apuntadas, creemos.

Periodismohistoricosl.blogspot.com

 

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