Querido José María:
Eres de las pocas personas de la corporación municipal que valoras los contenidos educativos y culturales. Por tu experiencia, por tu prestigio, por tu inquietud sé que eres el único receptor que entenderá esta misiva.
José Juan Pérez y Pérez, profesor, escritor y amigo, autor de la novela "La bodega" y otros interesantes relatos, lleva años empeñado en una cruzada estéril. Su petición es sencilla y barata: que el ayuntamiento ponga una referencia, un recordatorio en la Academia de don Pepe Lavers, actual sede del Canal 11 de Radio y Televisión, donde trabajan por la isla excelentes profesionales como Pedro Montesinos.
Lo que se pedía y lo que se sigue pidiendo era la colocación de una sencilla placa que valore la gran labor que hizo aquel centro en medio del páramo, cuando en la isla solo había instituto en Santa Cruz de La Palma y esta Academia era el único centro educativo para el bachillerato desde Garafía a Fuencaliente.
Como bien sabes, en aquellos años de oscuridad y represiones la Academia de don Pepe Lavers fue el único lugar donde pudieron formarse docenas de jóvenes que más tarde pudieron llegar a la universidad y contribuir a la grandeza del valle y de la isla.
José Juan Pérez ha solicitado reiteradamente este pequeño gesto pero ya sabes tú que las cosas de la cultura y la educación no son muy tenidas en cuenta en nuestro entorno. Tal es la indolencia de la isla que a la isla tristemente la veo sumida en la melancolía y la falta de actuaciones. Llegamos mal y tarde a casi todo: al turismo, a una economía competitiva que no dependa de la subvención, a las instalaciones culturales, al progreso espiritual. Hacen más por la isla algunos de los extranjeros aquí establecidos que los propios palmeros.
Hace varios años me atreví a presentar en el ayuntamiento un escrito en el que valoraba los incuestionables méritos de María Victoria Hernández, en su faceta de cronista, historiadora, persona entusiasta que ha trabajado por la isla en múltiples esferas y a la que tristemente no se le valora como merece. Terminaba solicitando para ella el título, más que merecido, de Hija Predilecta.
Como suele suceder, el silencio fue la respuesta más contundente que recibí. Como digo, estas cosas no interesan mucho en nuestro pueblo.
Pero como sé que eres la excepción, a ti dirijo estas palabras.
Se despide tu amigo que te seguirá apreciando:
Luis León Barreto
(blogdeleonbarreto.blogspot.com)
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oceano
Chema lo unico que valora es su egocentrismo y su afan de protagonismo..Despierta pueblo despierta…
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Senecadelvinotea
Aquí se valora a la gente,
cuando ya está ausente.
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Pacuco
Si de recordar "academias" se trata quiero romper una lanza por la que había en Tazacorte, formada por los mismos maestros que nos impartieron las primeras letras, y en la que nos formamos buena parte de los que ahora pasamos de los 50, no sólo éramos los bagañetes sino que había compañeros de Los LLanos y La Laguna.
Personalmente terminé mis estudios de bachillerato en el instituto de Sta.Cruz de La Palma de donde conservo mis más queridos recuerdos de aquellos años.
Pero era muy meritoria la labor de aquellos simples maestros (D.Justo, D.Vicente, D. Ricardo, D. Diego) para prepararnos para un futuro que todos queríamos que fuera mejor del que teníamos en aquellos años.
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florcon
Estoy de acuerdo en la idea de Luis. Tambien comparto lo dicho por Bencomo. Se trata de recordar lo que significó esa Academia, no de homenajear al Sr. Pepe Lavers. No se está pidiendo el nombre de una plaza, o calle, o instituto, simplemente de hacer justicia a la Historia de los Llanos, indicando donde estaba ubicada la única academia donde se podía estudiar Bachillerato y otros estudios durante una época. Es bueno que las generaciones de hoy lo conozcan, y sepan los sacrificios que había que hacer para lograr lo que hoy es gratuito y casi no valoramos.
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BENCOMO
Estoy totalmente de acuerdo en que hay que recordar todo aquello que forma parte de nuestra historia (lo bueno y lo malo); yo personalmente tengo un mal recuerdo de la referida “Academía de D. Pepe Lavers”, y me explico: A principios de los años 60 del pasado siglo, tendría yo por aquella época catorce años y cursaba estudios primarios en la escuela del barrio de La Laguna “La Tarangaña”. Mi querido maestro Don Lorenzo Nieto Baitón convocó a mi padre para aconsejarle que, dado mi interés por los estudios, debía continuar formándome más allá de aquella enseñanza primaria. Mi familia, agricultores y con pocos recursos, no podían costear un academia privada, aunque yo insistía en ir a la “Academia de D. Pepe Lavers”. Un buen día me presenté en “su academia” con mis pantalones remendados y me recibe aquel señor alto, de muy mal humor y me pregunta por el motivo de mi visita, al yo contestarle que mi deseo era ir a la academia, me mira despectivamente diciéndome que aquel no era mi lugar (seguramente por mi presencia).
Afortunadamente pude formarme y terminar mis estudios, todo con el esfuerzo de mi trabajo, cosa que algunos de sus “privilegiados alumnos” no consiguieron.
No estoy resentido con el momento que me toco vivir, pues tuve una infancia con carencias, pero muy feliz.
Respeto sus buenas intenciones, pero estoy seguro que comprenderá mi agravio personal que me impide apoyar cualquier iniciativa de homenaje al Sr. Pepe Lavers, de por él yo seguiría en el páramo.
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PedroLuis
En estas cosas, cuando se escribe sin conocer los "intríngulis del asunto", como es mi caso, casi siempre en vez de sumar se resta. Uno, consciente o inconscientemente, termina dando palos de ciego, es decir a todo el mundo, con lo cual “nuestro gozo en un pozo”.
Voy por tanto directamente al fondo de la cuestión: “apoyar sin fisuras (que es como se dice ante los planteamientos descuartizados) el reconocimiento que se solicita para la Academia de don Pepe Lavers”.
Soy de los beneficiados por la labor de las “Academias”. De no haber sido por su existencia, seguramente no estaría ahora escribiendo esto aquí. Cursé el Bachillerato Elemental en la academia de Doña Carmela Martín Jerez, en Mazo, donde don Fernando Jiménez, recordado párroco, nos enseñaba latín con la gramática de los coscorrones; doña Nelly Brito (química, hija de doña Carmela) nos enseñó como las matemáticas, la física y la química, con “casi sangre”, terminan por entrar; de la mano de doña Teresa Pérez (maestra) aprendimos en geografía, que además de La Palma existían otros muchos países en el Mundo; y doña Carmela nos curaba la heridas de todos con el bálsamo de la literatura… ¡Hay quién de más por 150 pesetas mensuales, pagadas con el sacrificio de unos padres campesinos, que antes de dejar de pagar la Academia a sus hijos preferían acostarse sin cenar!
Esas eran las Academias, o al menos así era en la que yo aprendí. Espero se comprenda mi apasionada defensa.
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kikiriki
Estimdo Sr. Luis león Barreto, me sorprende la forma con la que usted ha dicho que el resto de personas de una corporación municipal son incompetentes, es algo que está fuera del contexto que ha querido lograr con esta carta, está usted a tiempo de pedir disculpas. Sólo una cosa, no por ser más tolerante, se es mejor receptar, no se puede decir a todo que si, ni se puede contentar a tods cuando existe un problema
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