Fallece Antonio Méndez, el “embajador” que bailó los Enanos

El entrañable Antonio Méndez, un vecino muy querido en Santa Cruz de La Palma, aficionado a escribir cartas a las principales personalidades del mundo y danzarín de los Enanos en varias ediciones, falleció este domingo en Tenerife, donde se encontraba ingresado por problemas de salud. Su muerte ha sido muy sentida y comentada en la calle y en las redes sociales, donde numerosas personas han mostrado su pesar por la desaparición de este hombre vital y alegre que se convirtió en uno de los personajes más carismáticos de la Calle Real capitalina y del Bar Bahía, su bar, al que iba todas los días a las seis de la mañana. Sus empleados lo echan más que nunca en falta.

El alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, escribía en su facebook al enterarse de la noticia que "ha fallecido una gran persona. Allí donde estés Antonio Méndez, danza, escribe a personalidades como buen embajador palmero y alegra como tú sabes ese lugar".

También el presidente insular del PP palmero y diputado, Asier Antona, escribía en esta misma red social que "ha muerto mi grandísimo amigo Antonio Méndez, nuestro particular embajador. Seguro danzará al ritmo de la polka de los enanos en el cielo. Descansa en paz".

Numerosos amigos y conocidos han destacado en las redes sociales su valía y gran humanidad, siendo especialmente emotivo el mensaje de los trabajadores del Bar Bahía, en el que le dan las gracias por "tantos momentos de sonrisas". "Con esa alegría y en tu rincón favorito del Bahía te recordaremos siempre, amigo Antonio. Gracias por darnos tantos momentos de sonrisas. Descanse en paz".

Su cuerpo, según han informado personas del entorno, será trasladado a Santa Cruz de La Palma esta tarde, en el vuelo de las 17:00 horas, y mañana martes será enterrado a las 13.30 horas en el cementerio de la capital palmera.

Antonio Méndez ha sido una personalidad muy ligada a la vida sociocultural de la capital palmera y a sus manifestaciones festivas, especialmente en las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen bailó en numerosas ocasiones la Danza de los Enanos.

Además, disponía de una colección epistolar importantísima, con cartas de las principales personalidades del mundo, que llevó incluso a realizar una exposición en La Palma y en Tenerife. Este afán coleccionista le valió el sobrenombre del "embajador" de La Palma.