El instrumento, que se trasladó el pasado 19 de la sede central del IAC, en La Laguna, al Observatorio del Roque de los Muchachos pasa con éxito su primera prueba y toma imágenes del cúmulo globular NGC5053
A la izquierda, primera imagen tomada con EMIR del cúmulo globular NGC5053 en el filtro J. La imagen del a derecha muestra los primeros espectros de EMIR con las lámparas de calibración. (GTC).
El espectrógrafo infrarrojo EMIR del Gran Telescopio CANARIAS (GTC) tuvo su primera luz con éxito el pasado 13 de junio, obteniendo, entre otras, una imagen del cúmulo globular NGC5053. Para estas observaciones, apuntó a una estrella de guiado, centrada en el campo de visión del GTC con el fin de comprobar el alineado relativo del instrumento respecto del telescopio. “La estrella –explica Francisco Garzón, investigador principal del proyecto-, apareció prácticamente en el centro del detector de EMIR y, seguidamente, apuntamos a objetos cada vez más complejos, hasta que una media hora más tarde tomamos la imagen de NGC5053. La imagen del cúmulo se mostró nítida, aunque algo desenfocada, lo que se corrigió rápidamente”, añade. Al día siguiente, también se tomaron los primeros espectros con las lámparas de calibración.
“Nos dio una gran satisfacción ver las imágenes tras intensas semanas de trabajo”, declara Mary Barreto, gestora técnica de EMIR y coordinadora de su traslado al Observatorio del Roque de los Muchachos.
EMIR es un instrumento diseñado, fabricado, ensamblado y verificado por completo en el IAC. Obtendrá imágenes y espectros en el infrarrojo cercano, lo que le permitirá ver los objetos más fríos y distantes del Universo. Es criogénico, porque para trabajar en ese rango del espectro se requiere enfriarlo en un tanque cerrado a unos -200 grados centígrados. Al igual que OSIRIS, es un instrumento versátil que, sumado al espejo de 10,4 m de diámetro del GTC, hará observaciones novedosas y de muy alta precisión.
EMIR salió el pasado 19 de mayo de la sede central del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en La Laguna,con destino al Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma. Su traslado hasta el GTC fue lento y cuidadoso debido a su gran complejidad, así como su instalación en el rotador. Tras unas semanas de comprobaciones y verificaciones, EMIR pasa su primer examen satisfactoriamente. “Confío en que la comunidad científica, sobre todo la española, sepa agradecer todo el esfuerzo realizado haciendo la mejor ciencia con EMIR”, concluye Garzón.
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