La institución científica recibe la Medalla de La Palma por su contribución a mejorar el campo palmero durante más de medio siglo
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recibió la Medalla de la Isla de La Palma, como un reconocimiento al más de medio siglo de cooperación con el Cabildo para el desarrollo y la mejora de la agricultura palmera. El presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, agradeció esta distinción, que aseguró que “tiene un significado muy distinto” a otros reconocimientos, “por venir de quien viene y significar lo que significa”.Una Medalla que “representa y debe entenderse como una prueba de la fraternal relación entre las dos instituciones y como un reconocimiento explícito de nuestra colaboración interinstitucional”.
Lora -Tamayo hizo un repaso de la historia de la colaboración entre sendas instituciones, cuyo germen está en el convenio de 1963, cuando comenzó “un trabajo capitaneado por el profesor Juan Bravo, que lleva a la constitución paulatina del Laboratorio Insular, como un referente para el sector agrario de la Isla, en el que se van incorporando los agricultores de La Palma para la tecnificación de sus cultivos, basado en el control analítico que prestaba este laboratorio”.
“Este largo y provechos período comenzó con el laboratorio de la plaza de San Francisco, donde terminó también en 1995, con la temprana desaparición del doctor Bravo. Este recordado y querido colega no pudo ver terminadas las nuevas instalaciones del Laboratorio Insular de Agrobiología de Miraflores, que hoy llevan justamente su nombre, en un gesto de reconocimiento a su labor realizada en aquella época tan complicada para la Isla”.
Lora – Tamayo recordó que tras unos años de “indefinición de modelo del centro, mi predecesor firmó en el año 2000, con el entonces presidente del Cabildo, José Luis Perestelo, un convenio más ambicioso, que constituía un núcleo investigador en la Isla”. “Hemos conocido desde entonces situaciones económicas muy difíciles, pero hemos conseguido que se sigan cumpliendo los objetivos propuestos”, añadió.
Anunció, por último, que este año, el CSIC, dotará a la unidad técnica de una plaza de técnico superior, dedicado a los estudios de germoplasma, a la vez que cubrirán una plaza de técnico de Laboratorio. También están apunto de resolver el concurso para dotar de equipamiento técnico al Laboratorio por valor de 250.000 euros para las especialidades de nutrición, fertilización y germoplasma.
El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, por su parte, señaló que este reconocimiento es un acto de “justicia” a un organismo que realiza una estrecha labor en favor del campo palmero desde hace más de 50 años.
Pestana se remontó al acuerdo plenario de 1960, donde el Cabildo aprobó la creación de un Centro de Edafología en Santa Cruz de La Palma dependiente del CSIC. Será en 1963 cuando se firma el primer convenio. Un hecho que, como se recoge explícitamente en los acuerdos con este organismo, sobresale porque “una comunidad tan pequeña como La Palma , en 1960, tuviera la percepción de la importancia que para la agricultura supone ligarse al CSIC, de modo que el soporte técnico y científico que pudiera proporcionar sería muy importante para el desarrollo del sector agrícola”. De ahí que Pestana expresara su gratitud a la Corporación Insular de aquel momento y a su presidente, Manuel Pérez Acosta.
Un nuevo paso se produjo en 1987, cuando el Cabildo y el CSI actualizan el convenio, acordando la creación de un nuevo laboratorio, más acorde con las necesidades del sector agrícola y diseñan la nuevas instalaciones que se ubicarán en la Finca Experimental de Miraflores. “Una vez más, el Cabildo supo apostar por esta colaboración, y se lo agradecemos a aquella Corporación, y a su presidente, José Luis González Afonso”.
Pestana indicó que el siguiente paso se produjo en el año 2000, “gracias a la labor del entonces presidente insular, José Luis Perestelo, y a la temprana e injustamente desaparecida, Margarita Castro Pérez, consejera de Agricultura, con la firma del nuevo convenio y la finalización de la construcción del nuevo laboratorio situado en Miraflores”. Que comienza a funcionar como sección del departamenteo de Agrobiología del Instituto de productos Naturales del CSIC.
Desde entonces, la relación se ha ido fortaleciendo, buscando incluso metas más ambiciosas en la investigación. Pestana citó la realización de estudios de tanta importancia como los de fertilidad de los suelos y nutrición mineral de cultivos como el plátano y el aguacate; sobre la fertilización en relación con la incidencia del mal de Panamá; la reestructuración y mejora de las medianías, y caracterización química de las aguas subterráneas.
Pestana recordó que el Laboratorio lleva el nombre de “su gran valedor”, Juan José Bravo Rodríguez, y también tuvo palabras de recuerdo para el primer palmero que entó en las filas del CSIC, José Pérez Vidal, “uno de los principales intelectuales de Canarias en el siglo XX”.
El presidente concluyó agradeciendo la tarea del CSIC, que no solo ha redundado en beneficio de La Palma, “sino que suma en la búsqueda incansable del ser humano por hacer del entorno que nos rodea un lugar habitable y dichoso para todos”.
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