En la dirección que coordina la extinción del incendio reina un cierto optimismo dentro de todas las cautelas necesarias en un fuego que está marcado por unas condiciones climáticas que ha hecho variar sus condiciones a lo largo de las 3 jornadas que lleva vivo y que ya ha afectado 4.000 hectáreas de terreno. El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, destacó que “la noche ha vuelto a ser buena y el buen hacer de los profesionales que han estado en el terreno, nos ha permitido contener el avance del incendio”.
“Estamos hablando ya de 70 horas seguidas en emergencias, y a pesar del trabajo continuo, la gente sigue dándolo todo y lo mejor de sí mismo. Esto nos permite ser más optimistas en el día de hoy que ayer pero sin perder la prudencia”, agregó Clavijo en la rueda de prensa de las 11 de la mañana.
La consejera de Política Territorial y Emergencias, Nieves Lady Barreto, describió la situación por sectores:
- El sector de El Paso: Está perimetrado. Hay personal a lo largo de la carretera, que está haciendo labores de vigilancia y control de los focos para estabilizar la zona. No están operando ahí medios aéreos. Dentro de ese espacio, en El Llano de las Moscas, que era el que más preocupaba ayer, ahora está perimetrado, con un retén de vigilancia y no tiene medios aéreos.
- El sector de Fuencaliente: Están trabajando en labores de perimetrado, con efectivos de la UME, los helicópteros y personal del Cabildo de Gran Canaria. En este sector se estuvo trabajando hasta última hora de la madrugada con medios terrestres.
- El sector del Cabrito: El foco más importante, donde están concentrando los mayores esfuerzos. Tiene la situación más compleja más compleja y están trabajando desde tierra con la Brifo, personal de Parque Nacionales y los hidroaviones.
Barreto señaló que están trabjando en total alrededor de 300 operarios, junto con 11 de los 12 medio aéreos – el Kamov se encuentra en una parada técnica de mantenimiento -. Además la cifra de evacuados que ofrece el Gobierno de Canarias sigue siendo la de 2.500 personas, que regresarán a sus domicilios una vez las condiciones lo permitan.
La consejera, al igual que el presidente, se mantuvo cauta y pese a que “podemos ser positivos, hay que tener todas las cautelas y, desde luego, no hay que bajar la guardia en ningún momento”.
