La Palma despide con música a Luis Cobiella, un espíritu inquieto y un hombre ejemplar

La Palma ha despedido a uno de sus hijos ilustres, Luis Cobiella Cuevas, y lo ha hecho con música, una de sus pasiones en la que brilló con luz propia. Familiares, amigos, gente de la cultura y autoridades, le dieron su último adiós primero en la capilla ardiente instalada en el exconvento de San Francisco y después en la parroquia del mismo nombre donde se celebró el funeral.

El momento más emotivo del último adiós al maestro se vivió justo antes de la entrada del féretro a la iglesia y a su salida ya que la Banda de Música San Miguel tocó para él, Amor eterno, una marcha fúnebre del siglo XIX, de Alejandro Henríquez, y la Marcha de los Caballeros, música compuesta por el propio Luis Cobiella para la primera parte de la Danza de Los Enanos de la Bajada de la Virgen de 2010.

En el interior del templo, completamente lleno, tanto el cura como el periodista Luis Ortega destacaron la importancia de la figura de Luis Cobiella y el gran legado que deja tras de sí tanto en la música, como en el pensamiento y en la cultura para la generaciones presentes y futuras.

El cronista oficial de Santa Cruz de La Palma, Manuel Poggio, habló de Luis Cobiella como una persona honesta, comprometida y generosa. "Un hombre bueno, igual de querido que admirado y respetado", cuya contribución ha sido muy significativa en diversos ámbitos de la cultura y el pensamiento. "La música, la literatura, el periodismo, la teología o los derechos humanos y cívicos fueron algunas de las facetas que abordó y plasman un espíritu inquieto y curioso". Aunque para Poggio, su profundo magisterio se encuentra sobre todo en el ejemplo. "Luis ha sabido comunicar unos valores y un sentido de la vida que perdurarán para siempre en la Isla".

Por su parte, el presidente del Parlamento, Antonio Castro, dijo que la muerte de Luis Cobiella es "una pérdida irreparable y un persona irrepetible, con una trayectoria inigualable". Porque "en este campo de la ciencia, de la cultura, incluso de la política donde deja un legado de un comportamiento ejemplar que hoy debería ser muy tenido en cuenta, puede haberlos mejores pero no iguales".

Castro dijo que para "mí era por encima de todo un amigo y al haber sido el primer Diputado del Común marcó la pauta de lo que es y de lo que ha sido el Diputado del Común de Canarias, porque era una institución desconocida y él con sus intervenciones en el Parlamento, que yo tuve la ocasión de oír en varias ocasiones y con su mensaje de que venía a hablar en nombre de Juan canario, es decir, en nombre del pueblo, de los ciudadanos, cuya voz es difícil que llegue a las instituciones, marcó un camino, una pauta para que todo el mundo entendiera lo que era la institución del Diputado del Común, y que a lo largo de más de 30 años todos los diputados del común han seguido esa impronta que él le dio".

El presidente del Parlamento aseguró que con el tiempo se valorará más lo que ha sido Luis Cobiella, "el inmenso legado que nos deja y en el fondo yo siento no solo que hemos perdido un amigo, un hombre de la cultura, sino que La Palma con él pierde una época". Era, dijo Castro, una persona muy humana y un intelectual de una proyección universal aunque su obra esté radicada en La Palma y en Canarias, así que "yo quiero manifestar el profundo sentimiento por la pérdida de Luis Cobiella que tenemos en el Parlamento de Canarias no solo por haber sido Diputado del Común sino porque se pierde una figura ejemplar". Al tiempo que también mostró su sentimiento de pesar a la familia que "ha estado al lado de él siempre, y de hecho decía que lo que era se lo debía en gran parte a su familia, y en especial a su mujer Conchita", una mujer rota por el dolor por la pérdida del compañero, del padre, del maestro y del amigo. Era su vida.