Dos acontecimientos sociales que, en el fondo, simbolizan una apuesta por la tolerancia
Pase de moda en Love Festival.
La Palma ha destacado a lo largo de su historia por ser una isla abierta y tolerante. La llegada a la isla de las principales corrientes ilustradas a través de ese cruce de caminos entre el continente europeo y americano que fue el puerto de Santa Cruz de La Palma dejó una huella imborrable.
Dos expresiones de esa manera de entender la vida se sucedieron a lo largo de este año. Uno de ellos fue la celebración del Love Festival, un espacio que, entre otros objetivos, perseguía la reivindicación de una sociedad más igualitaria y tolerante, a través de la promoción de la cultura LGBT.
Música, conferencias, moda, comercio y gastronomía se fueron sucediendo a lo largo de varios días, donde la apuesta por la calidad y la excelencia fue una de las señas identificativas de este Festival del Amor.
Otro hito social en La Palma que se puede encuadrar en esta línea fue el resurgimiento en la isla de la masonería. Un movimiento que tuvo un auge importante en La Palma, pero que el franquismo aplastó y no volvió a renacer hasta 2016.
La reaparición de la masonería en La Palma se hizo con luz y taquígrafo. Con el primer desfile masónico que se celebraba en España y en el que participaron miembros de esta organización procedentes de todos los rincones del país.
Así se produjo la reconstitución de la Logia Abora 87 ochenta años después de su desaparición bajo la represión franquista, con el Diputado del Común, Jerónimo Saavedra, al frente.
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