El catedrático de Geografía de la ULL indica que muchos palmeros apostaron por la agricultura y porque sus hijos realizaran estudios superiores para los que no tienen salida en la Isla
Profesor León. Archivo.
¿Cómo frenar la sangría de pérdida de población que sufre la Isla desde hace años? La solución no es fácil aunque el Doctor en Geografía de la Universidad de La Laguna, José León García, sostiene que generando actividad posiblemente se podría mitigar ese proceso que viene de atrás y que es el resultado de una decisión que tomaron, dice este profesor palmero, nuestros padres, y en algunos casos nuestros abuelos, apostando por la agricultura de regadío, -“todos los recursos se destinaron a eso y la gente que no se especializó, se marchó”-, y por dar una educación superior a sus hijos, lo que ha implicado que cuando terminan fuera no tienen posibilidad de ejercer las actividades para las que se han formado en la Isla Bonita.
Para el profesor León, esta decisión con respecto a la educación es una cuestión directa que tiene que ver con la pérdida de población. “Esas generaciones apostaron por una determinadas prácticas y porque sus hijos estudiaran unas determinadas cosas que incluso no tuvieran nada que ver con la agricultura. Por eso, La Palma tiene el mayor porcentaje de población universitaria de Canarias, pero una población universitaria que en parte no vive en la Isla”.
De modo que, afirma, “la propia decisión de una parte importante de la población en relación con lo que quieren para sus hijos ha limitado el desarrollo de la propia isla”.
La consecuencia de ello es que “hay un río de gente que se sigue marchando y si pueden viven fuera cuando terminan”. El profesor León afirma de hecho que “la mayoría de los palmeros que han estudiado fuera no han regresado y los que lo han hecho más bien son personas mayores procedentes de la emigración de Venezuela o de otros sitios, donde no han encontrado el apoyo y los sistemas de seguridad social que hay en España; salvo en esos casos, la historia de la demografía en La Palma es una historia de emigración de la gente joven. Emigración de los hijos que por la formación profesional que han hecho, por la cualificación universitaria no tienen cabida en la Isla y se han acostumbrado a otros modos de vida”.
La explicación a esta situación la encuentra León en que aparte del plátano y de “esa pequeña dinámica del turismo que parece que empieza a abrirse camino en la Isla, no hay ninguna otra cosa, salvo los servicios generales para la propia población que tiene también dificultades incluso para que los médicos se queden, porque quieren estar más en las capitales grandes, lo que dificulta el mantenimiento de personal cualificado y de especialistas”.
Todo eso se deriva, indica el profesor de la ULL, de unas determinadas decisiones que se tomaron y también tiene que ver con el tamaño de la Isla. “Los 80.000 habitantes de la Isla es una población demasiado pequeña como para tener un mercado para muchas cosas, y luego la población se va envejeciendo, se quedan los menos emprendedores, incluso para la política. Eso tiene que ver con que la emigración siempre es un proceso selectivo, se marchan los que tienen más formación, los más emprendedores, con lo cual hay una reducción de la cualificación que tiene consecuencias en los aspectos sociales y políticos a la hora de tomar decisiones”. Por eso, agregó, la población en La Palma “es un poco la historia de un estancamiento y de un retroceso”.
Para revertir esta situación, José León habla de que hay que posibilitar que las comunicaciones con la Isla sean más baratas y que haya más conexiones directas para que venga más turismo, aboga por “vender” La Palma como una isla atractiva para residir, pues cuenta con un entorno natural interesante, y por buscar actividades contando con los recursos existentes. Para el profesor León, La Palma tiene también posibilidades de producir algunos cultivos que pueden abastecer el mercado regional, y ve una oportunidad en instaurar actividades relacionadas con el Obervatorio que puedan generar empleo. “Hay varias cosas que habría que repensarlas e intentar tomar decisiones”, indicó.
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EstudianteUni
Roqueniquiomo, vivo y trabajo en la Palma, no vivo ni del sector publico ni de las plataneras.
Yo quiero vivir en la Palma, pero no quiero que mi futuro economico dependa de destrozar aun mas la isla, prefiero tener que salir de ella que la conviertan en otro amasijo de cemento, cosa para la que no falta mucho por desgracia.
¿Quieres progreso? A mi tambien me gustaria, pero progreso que no significara aumento de poblacion ni aumento de construcciones, y eso actualmente es imposible.
El turismo, para acogerlo hacen falta instalaciones, y eso son mas construcciones, y el turismo contamina, esas instalaciones y esas personas necesitan energia, la cual en la Palma viene de fuentes fosiles en su mayoria, esas personas crean residuos de todo tipo que tienen que gestionarse en vertederos y plantas depuradoras.
Si el aumento de turismo fuera gracias a recuperar instalaciones ya existentes como el hotel maritimo, o adaptar antiguas edificaciones como la hacienda de abajo, o transformar algunas como el faro de Barlovento, bienvenido sea.
Si el aumento de turismo viniera acompañado primero de un aumento de energias renovables MUY considerable, si mejoraran las plantas potabilizadoras y si la gestion de residuos de la isla fuera perfecta ademas de la limpieza, bienvenido sea.
Y si todo esto se acompaña de destruccion de construcciones ya existentes y descenso de la poblacion permanente, aun mejor.
No todo puede verse desde un punto de vista economico.
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Logico
El eterno problema del “no a todo” que impera en esta isla, como no hay futuro pues unos se van, otros se drogan, otros se suicidan…
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RoqueNiquiomo
EstudianteUNI, tu no vives en la palma no?? Ni tienes pensado venir verdad??
Pues lo que somos PALMEROS con mayusculas, que queremos vivir en nuestra isla, y ver al vecino que tengo puerta con puerta tener un trabajo, queremos PROGRESO.
El problema es que todos los que se oponen al PROGRESO, ven muchos fantasmas. ¿Porque PROGRESO tiene que ser copiar el modelo de fuerteventura o de cualquier otro sitio?, ¿Porque no podemos crear un modelos propio de desarrollo y ligado al TURISMO?
El Turismo es la industria que mas posibilidades tenemos de explotar. Los trabajadores del turismo son personas cada vez más cualificadas, y el que se forma y tiene ganas de puede llegar a tener un buen sueldo.
Ahora no, mejor no. Mejor heredo mi fanega de plátanos, espero a que lleguen las subvenciones, que eso de formarse es muy cansado. Ademas, paso de que haya COMPETENCIA, que puede que me hagan TRABAJAR de verdad.
Venga ya …..
Que sin progreso no hay trabajo, y una sociedad ESTANCADA, o perdón, es RETROSESO, no tiene futuro. Y sin FUTURO no hay ESPERANZA.
Yo quiero vivir en mi isla, y quiero que todos los palmeros que queremos vivir aquí, podamos tener trabajo.
La conversación de nuestros espacios naturales tiene que ser primordial, pero no puede ser un freno a nuestra existencia.
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GALVA
Amen a Pintao…
Encima el REA, en lugar de servir a la ciudadania ha sepultado la agricultura de medianias…………
Vamos, que en algunas cosas estamos peor que cuando el gallego hablaba en un atril….Y vamos por casi 50 inviernos con este bajo una losa en Madrid.Triste es decir que tenemos una economia a la altura de un pais bajo una dictadura…
Los colegas de trabajo de Tenerife no me creen que aqui estemos peor que ellos…Me dicen: PEEEEEEEOOOOOOOORRR…NOOOOOOOO!!!!!!????…
Pues si…Peor…
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Pintao
El Profesor León confirma las opiniones que hasta la fecha hemos tenido oportunidad de leer en anteriores artículos de gente con los pies sobre la tierra. También como vemos es difícil no estar conforme con la mayoría de los comentarios que anteceden.
Las limitaciones que impone el hecho de ser una isla que no coge de paso a otros flujos económicos, sino más bien que ha de vivir de los bienes y servicios que produzca, nos ha de hacer reflexionar en que somos el número de habitantes que nuestra actividad productiva puede sostener como es lógico.
Gente como tal, no necesitamos, si no tenemos actividad productiva donde se puedan ocupar para en consecuencia vivir dignamente sin que ello signifique que el actual nivel de bienestar (alto o bajo, es cuestión de opiniones) no se deteriore, pues a esto creo que la mayoría legítimamente no estaría dispuesta.
Podemos recibir más gente, pues bastaría que abriéramos nuestras “fronteras”, que gente hay de sobra en lugares bien próximos. Pero como es natural, no tenemos actividad para más gente, ni para parte de la propia. Y además hemos de ser solidarios, pero no en el sentido de deteriorar nuestro sistema de vida, al que igualmente y de manera justa tenemos derecho, pues no ha sido un regalo, sino el producto de muchos años de esfuerzo. Esto no es egoísmo, sino sentido común, aquí y en Pernanbuco.
A la hora de desarrollar actividad económica, si que cabrían nuevas ideas, pero esto no es tampoco un asunto fácil, pues por un lado nadie invierte si contar con perspectivas de obtener beneficios y tampoco nos podemos lanzar a una carrera donde a medio plazo, lejos de conseguir vivir mejor, lo que hagamos sea todo lo contrario.
Hay tres vertientes sobre las que de vez en cuando podemos leer opiniones de gente que damos por muy competente, y deberíamos de reflexionar.
Tratar de desarrollar las posibilidades de producción del sector primario, dedicándole al menos el mismo interés que le dedicamos a la importación de alimentos. Esto no son pozos de petróleo, pero si podemos producir en casa parte de lo mucho que importamos para alimentar el inmenso mercado que somos en Canarias, hacemos que muchos recursos que se van fuera, se queden aquí ayudando a inducir mayor creación de riqueza y ocupación.
Aprovechar ahora que tenemos el viento de popa, para ir construyendo una industria turística a escala de una isla que quiere seguir siendo reserva mundial de la biosfera y a nuestra escala, y a poder ser con inversión autóctona que haga que los beneficios no vuelen dejando sólo en la isla, sueldos de miseria y deterioro en general. Es preferible que sea así aunque vaya despacio.
Comenzar a desarrollar de una vez, nuestra fuentes de energía renovable. Pues contando con ellas y no haciendo nada al efecto es tanto como hipotecar el futuro y continuar dando coces contra el aguijón, propio de sociedades subdesarrolladas.
Seguro que surgen muchas pequeñas ideas que ayudarán a crear actividad rentable en La Palma, pero necesitamos autoridades que además de ser inteligentes sean valientes y no actúen sólo para ir día a día perseverando sólo en conservar el clientelismo político para ir tirando y echando días para atrás. No hay que ser tan radicales como Trump, pero si un poquito y en la buena dirección.
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EstudianteUni
La pregunta es, ¿es esto un problema? para mi no, La Palma es la periferia de Gran Canaria o Tenerife, el resto de las islas no deberian sufrir el ansia economica destruccionista que a destrozado ambas islas.
La Palma igual que la Gomera y el Hierro deben ser conservadas y cuidadas, no explotadas, esa mania de convertir todos los lugares en ciudades y con todo, no lo entiendo.
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GALVA
De la palma, y de las demás Islas…Aquí todos han emigrado….
Si queremos ser como Fuerteventura;mas población, pero menos población oriunda, y los precios por las nubes para oriundos y no oriundos, menudo negocio…Como dicen los viejos pescadores de mi Pueblo: “Amarrenme ese cangrejo que va por mares afuera”
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PedroLuis
De acuerdo, estimado profesor José-León. La diagnosis es clara y concluyente.
Es en la terapia, donde no conseguimos dar con la clave. Lo peor, cuando se ha intentado apostar, desde hace décadas, por fórmulas alternativas, mi experiencia personal me ha llevado a encontrarnos con un muro, por ahora, infranqueable:
1. La convicción de muchos palmeros, más o menos acomodados, que piensan que la isla es, tal como está, paradigma o modelo de bienestar (paraíso, dicen algunos);
2. Rechazo “verde” sistemático a cualquier propuesta o iniciativa, que apostara por fortalecer infraestructuras o dinamizar economías ajenas a la tradicional vocación agrícola de la isla; y
3. Celos y recelos entre las clases dirigentes, más preocupadas por mantener el control político y el protagonismo socioeconómico local, que por consensuar propuestas o políticas estratégicas de desarrollo. Nada nuevo, bajo el sol.
Visto desde la atalaya que proporciona cierta distancia geográfica -y temporal-, de quien lleva viviendo 50 años fuera de “su isla”, pero que en ningún momento ha dejado de visitarla asiduamente, vivir su realidad, y comprometerse con sus inquietudes. No faltarán los que piensen que “calladitos estaríamos más bonitos”. Tal vez, sin duda, más cómodo resulta.
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RoqueNiquiomo
Y ………
Los 80.000 habitantes de la Isla es una población demasiado pequeña como para tener un mercado para muchas cosas, y luego la población se va envejeciendo, se quedan los menos emprendedores, incluso para la política.
Es decir, que en general somos personas acomodadas, egoístas con nuestra propio pueblo, poco emprendedora, gandules, y así podría seguir un rato ….. pero esto de escribir es cansado, me voy a dormir bajo una platanera a verlas venir.
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apurando
Ese es el problema: si los jóvenes se van, algo estaremos haciendo mal.
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