Barlovento pierde su drago más emblemático.
A los que somos de Barlovento como yo, se nos ha encogido el corazón con la caída del drago que presidía el casco del municipio. Desde finales de los años 70 siempre había estado ahí, siendo testigo mudo de muchos acontecimientos y de infinitas conversiones, -como bien decía una usuaria si hablara la de cosas que podría contar-, además de ser un punto de encuentro para los vecinos. Era un referente, un símbolo, el punto de partida de muchas cosas y de fiestas como la recuperada del Entierro de la Sardina. Curiosamente, un rato antes de que se desplomara pasé en coche por delante sin pensar que sería la última vez que lo iba a ver como siempre, alto y erguido como una torre pero verde y con hojas como una árbol que era. Dice el refrán que uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde y hay algo de verdad en el dicho porque hasta ahora no me había puesto a valorar su importancia, quizás porque daba por hecho que estaría siempre ahí cuando todo en la vida tiene un principio y un fin. Supongo que ahora pasará a formar parte del imaginario colectivo aunque es muy probable que la gente siga quedando en el drago para lo que sea aunque ya no esté. Y es que no era un drago más, era el drago con el que muchos nos identificamos. Por Digna Martín.
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PedroLuis
Eso pasa con los símbolos o referentes colectivos. Son de todos y de nadie a la vez. Se les quiere o valora más cuando desaparecen, que cuando se disfruta de su presencia.
Sugiero: Las ramas no afectadas por la caída, debidamente tratadas para que su parte abierta forme callo (los jardineros saben como acondiconarlas), pueden ser, posteriormente, plantadas, que de nuevo enraizarán.
Así se puede dispersar el "símbolo" por diferentes barrios del municipio, o en los márgenes de la carretera que se rectifica, preferentemente huyendo de sitios húmedos y sombríos, mejor en la zona baja o medianía más cálida del municipio.
Es una forma de propagar y mantener vivo el símbolo que ha sido para muchos y renovará su presencia en otros tantos lugares para las generaciones venideras.
En el mismo lugar puede plantarse una de estas ramas (dejar el tronco desgajado con su rama, no suele ser buena práctica: no suele quedar bonito y el "resto o testigo" suele ser frágil. Eso sí, no lo rieguen, pues en Barlovento-casco llueve en exceso para los dragos.
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