Definitivamente nos toman por idiotas

"¿Cree usted que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petróleo?" Esta es la pregunta que el Gobierno regional hará el 23 de noviembre a los canarios, siempre que el Estado lo autorice, para conocer la opinión de los ciudadanos sobre las prospecciones que Repsol va a hacer en aguas cernanas a Lanzarote y Fuerteventura. Desde luego, no estoy en contra de que se pregunte al pueblo -deberían hacerlo más a menudo- pero lo que sí rechazo es el populismo y la demagogia barata empleados en este asunto desde un principio y la pregunta se las trae porque qué es eso del modelo medioambiental cuando en estas islas se ha hecho de todo sin que nadie moviera un dedo y basta con darse un paseo por el sur de las islas turísticas para ver lo que "han cuidado el territorio". Es verdad que el turismo es la principal industria de las islas y las prospecciones son un riesgo, eso está claro, pero hay que hilar fino y es justo lo que no se ha hecho. Rivero se ha aferrado a este asunto como si fuera un clavo ardiendo porque sabe, tonto no es, que es un tema muy sensible que preocupa a la ciudadanía y que le da votos (aunque ya de poco le van a servir) y el Gobierno de Rajoy peor no ha podido gestionarlo porque ha tirado de su mayoría absoluta para imponer una decisión cuando lo que hacía falta era diálogo y consenso. Los gestos son importantes. El resultado, la convocatoria de una consulta que cuesta un pastón, que se podría destinar a otras cosas y esto no es demagogia, y que obedece a una "guerra" absurda que han mantenido Soria y Rivero desde un principio pese a que en su momento gobernaron juntos. La sensación que queda, al menos la que tengo yo, es que el resultado importa poco, lo que vale es el "ruido" generado y el desgaste, lo dicen las encuestas, que está suponiendo esta "contienda" para una de las partes, el PP, que es evidente que ha metido la pata hasta el fondo. Las imposiciones no son buenas nunca y en este caso tampoco. Ahora toca esperar a que el Gobierno central mueva ficha. Continuará. Por Digna Martín.